Creo que es el momento de que el alcalde Galán se tome, aunque sea fugazmente, la opinión pública. Quizás esta solicitud sea producto del rezago dejado por la alcaldía anterior, que constantemente se vio involucrada en debates a nivel nacional, siendo confrontativa tanto con el Gobierno Duque como con el Gobierno Petro.
El buzo de Kung Fu Panda con el que salía López a rendir cuentas en épocas de pandemia se volvió un símbolo de sinceridad y esperanza al mismo tiempo.
La constante pelea sobre si el metro debe ser elevado o subterráneo, o incluso momentos más tristes en la historia de la ciudad, como el asesinato del taxista Javier Ordóñez, que desencadenó una masiva protesta social brutalmente reprimida, dejando un saldo de 13 personas muertas entre Bogotá y Soacha.
En todo lo anterior, para bien o para mal, Claudia López se colocó en la cabeza de los titulares y en la boca de los ciudadanos.
No es que un alcalde sea mejor o peor según se involucre más en la agenda del país, pero lo cierto es que periodistas como Vicky Avila son una voz mucho más importante en los temas relevantes para la ciudad, especialmente en aquellos que se colocan en la agenda ocasionalmente, siendo la inseguridad, sin duda, el principal de ellos.
El alcalde no parece ser una voz en nada. Recientemente se ha dado a conocer un aberrante caso en el que una niña de cinco años fue sometida a abuso por parte de uno de sus compañeros de colegio, de tan solo siete años.
Este caso trajo consigo una masiva manifestación frente a las instalaciones del colegio en busca de explicaciones por parte de los responsables de la institución pública, lo que resultó en un comunicado posterior escrito por parte de la Secretaría de Educación, cumpliendo parte de las demandas de los manifestantes.
¿Acaso este no hubiera sido un momento especial para que el alcalde tomara las riendas de su administración y liderara el proceso con mayor celeridad? Al parecer, el alcalde solo se pone al frente cuando se trata de temas que no generan polarización.
Así fue cuando, a principios de año, la ciudad se vio nublada por el humo de los incendios forestales. En ese caso, la opinión pública se unió en solidaridad y ayuda para apagar los incendios.
El alcalde Galán estuvo al frente de esto y se le vio conferenciando y rindiendo informes. Se decretó un pico y placa que solo duró un sábado, y la gente aplaudió, entendiendo su labor.
En fin, alcalde, al menos para mí y para mis allegados, nos hace sentir cierta tranquilidad que la persona responsable de nuestro bienestar público esté presente, que defienda nuestros intereses o, en dado caso, que nos amargue la cena con sus decisiones.
No le pido que salga a la calle como lo hacía Federico Gutiérrez, con una chaqueta de policía, a barrios populares para capturar gente, pero al menos que, cuando en la ciudad se presente un caso de indignación general, haya una respuesta institucional donde usted sea la cara de la alcaldía, y no que tengamos que ceñirnos al buen hacer de líderes de opinión que buscan su propio beneficio.
