En el año 2009, cuando fue condecorado por la Asamblea Departamental de Córdoba, el biólogo cordobés Álvaro Cogollo Pacheco propuso el diseño y creación de un jardín botánico en el departamento de Córdoba. La propuesta no fue una casualidad, ni mucho menos parte de su discurso de agradecimiento a tan merecido reconocimiento. Fue una consecuencia de los años que lleva dedicado a estudiar y escudriñar, en Colombia y el exterior, la biodiversidad del mundo vegetal, y que le ha valido el merecido prestigio de científico, a tal punto, que hoy, en el siglo XXI, es considerado el discípulo criollo más aventajado del sabio José Celestino Mutis.
El caso es que desde el día en que recibió la condecoración de la Asamblea de Córdoba se empezó hablar del proyecto; para lo cual, sobre esta idea, Álvaro Cogollo adelantó conversaciones con el entonces alcalde de Montería Marcos Daniel Pineda García quien, inicialmente, se mostró muy receptivo, e incluso envió un funcionario a la ciudad de Medellín para que hablara con Álvaro Cogollo, pero luego no se volvió hablar del proyecto, hasta la semana pasada cuando Cogollo Pacheco lo mencionó al final un reportaje que me concedió, y que fue publicado en este espacio.
Los jardines botánicos deben tener como objetivos la conservación, la investigación y educación en el contexto de la biodiversidad de la flora. Un jardín botánico sirve para generar conocimiento a partir de la investigación científica; debe ser un lugar de encuentro para la construcción de nuevo conocimiento. Y sobre estos propósitos educar a nuestros niños y las futuras generaciones. No deben ser entendidos como un lujo, ni como un simple parque de diversión. En Colombia existen lineamientos y disposiciones legales para el diseño y creación de un jardín botánico; disposiciones que el departamento de Córdoba estaría en capacidad de cumplir dada su gran biodiversidad de flora existente desde el Nudo de Paramillo hasta el mar Caribe, con muchas especies de flora amenazadas y otras que, muy posiblemente, no han sido descubiertas, por lo que se requieren ser investigadas y atendidas; además, un jardín botánico se justifica porque se requiere, con urgencia, buscar nuevas fuentes de especies útiles para la medicina natural y la alimentación.
Álvaro Cogollo Pacheco ha señalado que el jardín botánico puede estar en cualquier sitio del departamento siempre que se conserve el ecosistema; además, el departamento tiene la fortuna de contar con muchos humedales, manglares, estuarios.
De modo que uno no entiende por qué una iniciativa con un soporte y una justificación tan asombrosa como esta que propone Cogollo Pacheco haya sido abandonada casi que en el mismo punto de salida. Una propuesta de estas características no puede ni debe quedar por fuera del alcance de las posibilidades de realización en la historia del departamento de Córdoba o de Montería. Pienso que el alcalde Marcos Daniel Pineda García debe retomar esta propuesta tan audaz, importante y necesaria para la ciudad, para el departamento, el país y el mundo; sobre todo viniendo de un científico como Álvaro Cogollo Pacheco, quien cuenta con 38 años de experiencia en exploraciones botánicas, que ha descubierto más de 150 especies de plantas nuevas para la ciencia; de las cuales 18 han sido dedicadas en su honor; con una brillante producción científica que se basa en la participación en 56 proyectos de investigación en los campos de la florística, taxonomía, ecología, etnobotánica, biodiversidad y conservación; con un perfil que incluye 60 publicaciones entre libros, capítulos de libros y artículos en revistas científica nacionales, extranjeras, y que ha participado en 75 eventos científicos nacionales e internacionales (Colombia, Argentina, Panamá, Ecuador, Estados Unidos y China).
En fin, un científico reconocido en el mundo de la biología y la botánica; un científico criollo, nacido en el caserío de El Tapón, municipio de San Pelayo, Córdoba, pero con reconocimiento mundial. El alcalde de Montería Marcos Daniel Pineda García debe retomar semejante proyecto, como tampoco se debería negar la posibilidad de pasar a la historia por haberlo ejecutado en el momento en que la ciudad y la humanidad más lo necesitan. Sería un paso fuerte, señor Alcalde, hacia lo que es construir una verdadera ciudad verde.