Está en el chip de los alcaldes de Medellín. Tal vez todo empezó con Sergio Fajardo. Lo que pasa es que Fajardo nunca pagó un peso por pauta. Era atractivo, inteligente, rompedor. Federico Gutierrez y Daniel Quintero solo son bonitos y mechilargos. Voy a hablar sólo de este último. Quintero sacó una propuesta llamada plan de salvamento para rescatar medios comunitarios en Medellín. Por eso compraban pautas para que hablaran bien de la alcaldía. Sólo recibían plata los que elogiaban a Quintero, los que le daban likes. Lo mismo pasó con Caracol Radio. Justo cuando se desarrollaba una investigación contra el alcalde Telemedellín, en poder de la alcaldía, se contactó con la gente de Caracol para hacer una pauta que obligaba a la emisora a hacerle una entrevista amable a Quintero. Da asco. Comprar con recursos públicos buena imagen es una inmoralidad.
Sabemos que los paisas son creídos pero nada como sus dirigentes, nada como Quintero que tiene a todos indignados. Quintero se vendió como un opositor del uribismo pero desde que llegó a la alcaldía no ha hecho sino pactar con el uribismo. Miren no más lo que hizo apenas llegó, nombró a Juan Carlos Vélez Uribe, uribista pura sangre, el mismo que reconoció que se sacó a la gente emberracada con mentiras para votar No en el Plebiscito con la paz por las Farc, fue nombrado por Quintero en diciembre de 2019 para coordinar el empalme en temas de seguridad en la capital antioqueña.
Además está el tema del ESMAD, haber metido estas fuerzas policiales a la Universidad de Antioquia en plenas protestas, fue traicionar a todos los que votaron por él, a gente como Jesús Abad Colorado que creyó de verdad que era independiente, un tipo contra el sistema y no un represor.
Es una mamera esa echadera de flores a él mismo, estrategia que se viene implementando desde la alcadlía de Federico Gutierrez, siempre está diciendo que Medellín va a la vanguardia en todo, que en Medellín el virus no pegó, parece esos paisas enfermos de orgullo que dicen que la Piedra del Peñol es mejor que la Torre Eiffel. Y para eso tiene un aparato publicitario fundamentando en Telemedellín, a quienes los tiene trabajando con plata de la alcaldía en un prestigioso hotel de la ciudad. Son páginas enteras, perfiles en internet amables, con reportajes en emisoras de radio para contrarrestar el escándalo que se le viene encima: las denuncias que tiene sobre acoso sexual y que él está tratando de calumniosas. ¿Por qué lavar la imagen ahora, mostrarlo como un padre de familia abnegado?
Acabo de escuchar la entrevista que le hizo Julio Sánchez Cristo en la W, el muchacho parece un uribista experimentado. No respondió una sola pregunta sobre si estaba comprando pauta el día del padre para mostrarlo como el mejor padre del mundo. Los sofismas forman parte de un uribista pura sangre y eso es lo que es Daniel Quintero: un uribista que cada vez sale más del clóset.
