Por estos días se reinician las campañas electorales y esta vez es el turno de elegir el "nuevo" Congreso de la República de Colombia, el cual resultará conformado en su mayoría por los mismos y con contadas caras nuevas. Así las cosas otra vez vuelve y juega el municipio de Palmira (Valle), el cual es un símil de la condición del Vaticano en Roma; solo que Palmira propugna por ser un pequeño Estado independiente dentro de la república colombiana con un fenómeno, "el teflón", el cual ha hecho que resbalen procesos, denuncias y quejas disciplinarias en contra de quienes en un estilete mafioso se apoderaron de esta ciudad, vía administración publica. Como me corresponde me hago responsable de lo escrito por mí, razón por la cual he de exonerar al equipo de Las2Orillas de cualquier situación que se presente luego de la publicación de esta nota ciudadana.
Palmira (Valle), la otrora plaza roja de este país y lejana capital agrícola de Colombia, ha tenido representación en el Congreso, tanto en la cámara baja como en el Senado durante los últimos 3 o 4 periodos. De lo anterior vale preguntar: ¿para qué le ha servido a la ciudad y sus gentes esta honorable representación en el Congreso? La respuesta es simple: para nada. Además, ¿en dónde están las grandes obras de impacto social que beneficiaron a los ciudadanos que pagan impuestos? Que se sepa, no existen. Ahora, que si una piscina y una cancha de fútbol con graderías son las obras de mostrar, pues estamos como la guayabera por fuera del verdadero desarrollo. Lo peor del caso es que se construyó una ciclovía a la cual le metieron un montón de plata, la cual no ha generado más que caos vehicular y trancones. Eso sin contar con que la famosa ciclorruta fue construida en contravía del propio Código Nacional de Tránsito.
De otro lado, de las caras nuevas como candidato al Congreso aparece el anterior alcalde de la ciudad de Palmira (Valle), José Ritter López Peña, hoy autoproclamado mejor alcalde del país 2012-2015. Nada más absurdo y pretencioso. Este personaje tiene denuncias pendientes en la Fiscalía General de la Nación, y si el efecto teflón acaba, este personaje deberá responder por diversos presuntos delitos .
- En 2012, vía decreto municipal 002 bis contrario a derecho, leáse presunto prevaricato, permitió el ingreso a la ciudad de la dirección de tránsito de la Policía Nacional para que ejerciera como autoridad de tránsito, lo cual está prohibido desde el año 2009, con la expedición de la ley 1310.
- Convenios con la dirección de la Policía Nacional para que policías de tránsito ejercieran como autoridad de tránsito en Palmira. Leáse presunto prevaricato y peculado, en 2012, 2013 y 2014.
- Convenio con el exgeneral Palomino López en 2014 para que policías de tránsito ejercieran como autoridad en Palmira, lo cual es contrario al articulo 268 de la Constitución.
- Es tal la capacidad de este exalcalde, que en el 2013, mediante el decreto municipal 061 suprimió "el cargo de alcalde de la ciudad de Palmira" y con el decreto 062, ya sin ser nadie, se volvió a nombrar alcalde municipal.
- En 2014, con el contrato No 104 por prestación de servicios, vinculó a un socio político de profesión, abogado estando este oscuro personaje inhabilitado por haber sido condenado por narcotráfico en el año 2011 por el Tribunal Superior de Popayán; este negocio por presunto prevaricato y peculado y otras conductas le correspondió al fiscal 144 seccional de Palmira (Valle), Julio César García Orrego, quien a pesar de la certificación del SIRI de la Procuraduría y de que al señor exalcalde le tocara cancelarle el contrato al abogado inhabilitado, archivó la investigación en contra del hoy flamante candidato al Congreso.
En este país ya se conoce el cartel de las togas, entre otros. Ahora en Palmira (Valle) nos encontramos frente al cartel de las ias o como le llaman cariñosamente, las asustarias.
