Rodrigo Jaramillo, el expresidente de Interbolsa quien obtuvo casa por cárcel por aceptar delitos y ser mayor de 70 años, se da sus escapadas a la finca Palmeras de propiedad de su esposa Cecilia Botero de Jaramillo. Esta formaba parte de una extensa propiedad conocida como Hacienda La Botero en la vereda Puente Iglesias en Jericó y que fue fruto de la partición de una extensa propiedad en el Suroeste Antioqueño llamada Hacienda La Botero, comprada por José María Botero Arango en la segunda mitad del siglo XIX.
La finca se dividió entre dos familias Botero Restrepo, una por el lado de Cecilia Botero Restrepo y su hermana María Mercedes (hijas de Carlos Botero Mejía y Nora Restrepo) y otra de su prima hermana doble Camila Botero Restrepo única hija de Cristian Botero Mejía y Ana Restrepo, directora de Fundación Alejandro Ángel Escobar entre 1991 y 2011. En este predio está la casa antigua de la hacienda que se sabe que Camila restauró y se la había heredó a su sobrino Tomás Jaramillo, pero está a su nombre. Allí Tomás y su esposa Mariluz Ruano eran los anfitriones de amigos bogotanos y extranjeros en los tiempos de la opulencia de Interbolsa. La Fundación Alejandro Ángel Escobar fue una de las afectadas económicamente por el descalabro de Interbolsa, ya que Camila como directora había colocada una parte importante del patrimonio en la Comisionista.
La esposa de Rodrigo Jaramillo, fue señalada por las victimas de Interbolsa como beneficiaria de un contrato mensual de asesoría jurídica por $ 7 millones. María Cecilia Botero Restrepo de Jaramillo cobró durante 14 años sueldo en Interbolsa como asesora jurídica y no hay rastro de su labor en el departamento de gestión humana. Se justificaba su ingreso con trabajó desde la oficina de Medellín, pero en el momento de la crisis hubo quejas de nunca haber sido vista durante los años de 1998 hasta 2012 cuando fue retirada de la nómina de Interbolsa.
Cecilia Botero está dedicada desde hace varios años, y con más ímpetu luego del descalabro de Interbolsa, al cultivo de naranjas tipo valencia en su finca Palmeras donde hay más de 10.000 árboles sembrados. La finca tiene la ventaja de contar con una fuente de agua propia, que además del riesgo al cultivo le permite tener dos lagos internos.
Esta zona ha ido cambiando su vocación productiva por la de veraneo, y se encuentran en construcción varios complejos vacacionales y recreacionales muy apetecidas; tierras que se han valorizados por el proyecto vial Bolombolo- La Pintada.