Aprendámonos este nombre, Juanita Goebertus, va a tener mucho que ver con nuestro futuro y el futuro de la política colombiana.
El martes pasado, en cadenas nacionales los partidos de oposición al gobierno del presidente Duque, se presentaron ante la nación para hacer uso del derecho a la réplica, reconocido en el Estatuto de Oposición aprobado el año pasado y que se estrenó con el nuevo Congreso instalado el 20 de Julio del 2018.
En las pantallas, tres mujeres y once hombres, pertenecientes a seis partidos políticos con personería jurídica, representados en Senado y Cámara, nombraron como vocera a esta joven política, que por primera vez llega a un cargo de elección popular. La lista de la decencia, el movimiento Colombia Humana, el partido Mais, el partido Fuerza Alternativa del Común, el Polo Demorcrático y el Partido Verde y Juanita Goebertus. Su encargo, nada fácil, fue contradecir lo que había anunciado el presidente Iván Duque dos días antes. Y lo hizo con altura, claridad y convicción. Lo suyo fue un breve ejercicio pedagógico.
Allí estaban con ella personas tan experimentadas como Jorge Robledo, Ayda Abella, Antanas Mockus o Alexander López; también habló a nombre de otros que no estaban físicamente, aunque sí lo hacían representantes de sus bancadas, como Angélica Lozano, Gustavo Petro o Angela María Robledo. Todo un ramillete de nuevas esperanzas para la centro izquierda, en especial por las mujeres que con María José Pizarro completan un equipo envidiable de mujeres integras, preparadas y muy inteligentes.
Pero lo más importante fue lo que dijo Juanita, en nombre de la oposición. No sólo dejó claro que las seis objeciones planteadas por el gobierno, a la Ley Estatutaria de la JEP, eran innecesarias y contrarias al fallo de la Corte Constitucional, que en su revisión constitucional ya las había declarado exequibles y por lo tanto “cosa juzgada”, sino que llamó la atención al gobierno para que se concentre en los temas que verdaderamente interesan y son necesarios para el país. El futuro es el que hay que pensar, no regresar a un pasado incierto de conflicto armado. Temas que deben interesarle al gobierno, que con sus objeciones atenta contra la paz y la separación de poderes.
Disfrazar con objeciones de inconveniencia,
sin presentar ninguna razón válida, económica, social o política
es escudarse en argumentación falaz
Disfrazar con objeciones de inconveniencia, sin presentar ninguna razón válida, económica, social o política es escudarse en argumentación falaz. Por el contrario, las razones que dio el presidente parecen todas de orden constitucional, lo que no le corresponde, en especial porque ya pasaron por el cedazo de la Corte Constitucional. Objetarla, de esta manera, genera un choque de trenes y un precedente muy peligroso para la institucionalidad, que a partir de esta acción, caminará un sendero incierto, donde el Ejecutivo intenta primar (Cual Venezuela) sobre el Legislativo y el Judicial.
Por otro lado, le recordó al gobierno que la paz no se reduce a beneficios para los excombatientes, ni a la reinserción de la guerrillerada. “La paz es desarrollo social” y lo que hace el gobierno “es distraernos de temas fundamentales en la agenda nacional como la calidad de la educación, el mejoramiento de la salud, el crecimiento económico, la generación de empleo, el combate a la corrupción con casos como el de Odebrecht” (y los impedimentos del Fiscal NHM), el desarrollo rural, el fortalecimiento de la participación ciudadana, etc, etc.
Juanita Goebertus, con su cara fresca, muy lejana a la politiquería tradicional, nos ha dejado un mensaje de esperanza. La paz debe priorizarse, debemos unirnos como país en esta agenda de temas fundamentales y no dedicarnos a cultivar odios, que nos dividen. ¡Bien por esta mujer, que siendo vocera de un grupo grande de oposición, la ejerce desde la reflexión y el convencimiento, con respeto y mucha altura! El camino de Colombia es pa´lante, nunca para atrás, como quiere el Centro Democrático y su presidente “eterno”.