A principios de este año, el gobernador de Sucre Edgar Martínez anunció que la adjudicación del Programa de Alimentación Escolar del departamento para el 2017 se pospondría hasta marzo. La razón resultaba prometedora: darle trasparencia a una licitación cuyo valor alcanza los casi $ 19.000 millones. Anunciaba su interés en que no hubiera un solo proponente como habia ocurrido cuando él, como gobernador y recién posesionado del cargo había tenido que firmar el contrato con la Unión Temporal Construyendo Bienestar, la escogida por su antecesor Julio Guerra Tulena para suministrarle alimentos escolar a los 95.000 niños del departamento.
El pasado viernes 7 de abril, cuando se abrió el sobre con las firmas escogidas para quedarse con el contrato, los sucreños constataron que la promesa del gobernador era como dicen, pura carreta. En el sobre venía un nombre conocido, la Corporación regional para la Construcción social –la del paisa Adolfo Ramírez-, acompañada de La Unión Temporal para la Niñez Saludable de Sincelejo, controlada por amigos del Paisa Ramírez y el alcalde Jacobo Quessep. Claramente se está proyectando un contrato amarrado de “yo con yo”.
Según el gobernador solo se presentaron estas dos propuestas, entre las que se verá obligado a escoger. El péndulo pende hacia Corporación regional para la Construcción social porque presentará entre sus antecedentes y experiencia los otros dos contratos adjudicados, casi a dedo, por tratarse de un único proponente, por el mismo gobernador Martínez y el alcalde Quessep. Como están las cosas se verá pronto a la representante legal Mildred del Carmen Brieva firmando en representación del paisa Adolfo Ramírez y su combo de amigos políticos, el contrato por $18.983.148.770 millones con el cual se coronará como el zar de los raciones escolares del departamento, sin consideración de la mala calidad que ofrece, como lo muestra este video presentado en la televisión local de Sucre. Los sacrificados son los niños y este caso los indígenas Zen de San Antonio Palmito que reciben arroz con gusanos y carne descompuesta.
La preselección fue fácil. El mecanismo de cartas marcadas resulta eficaz a la hora de filtrar oferentes y cerrar el círculo alrededor de los amigos. Requisitos únicos y excluyentes como:
1. Contar con un furgón acondicionado y habilitado por la Secretaria de salud –no hay otro en Sincelejo distinto a la Corporación del paisa Ramírez con el que cumple con el contrato de alimentación de los niños de Sincelejo- y
2. Contar con una bodega en Sincelejo de 500 más. cuadrados –solo la Corporación del paisa Ramírez cuenta con una de esas características situada en la calle 38 No. 4ª-184 en el Parque industrial Sincelejo.
Estos dos requisitos, hechos a la medida, pesaban en el pliego presentado por la gobernación pesaban más que la solvencia económica, con lo cual se le despejaba el camino a Adolfo Ramírez.
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Al acto en la gobernación prefirió no presentarse y en su reemplazo asistió Elkin Joaquín Murillo en representación de la Corporación regional para la construcción social, el mismo que había firmado el contrato del Programa de Alimentación Escolar con el anterior alcalde de Sincelejo Jairo Alfredo Fernández Quessep. La continuidad del poder y de los contratos en Sincelejo es total. Fernández Quessep le entregó la alcaldía a su primo Jacobo Quessep, quien firmó en enero la continuidad del servicio de la alimentación escolar con la Corporación del paisa Ramírez que venía de la administración anterior y cuyo costo fue de $ 14.511.540.204 millones firmado en el 2015.
Todo está previsto para que este miércoles Santo se asigne el contrato por los $18.983.148.770 millones en las oficinas de la Gobernación. Los organismos de control del nivel nacional, Procuraduría y Contraloría, esta última tiene andando una auditoria específica al PAE en Sucre, así que la fiesta del paisa Ramírez puede terminar aguándosele.
