Es posible que muchos pregunten por qué escribo desde este medio, la respuesta es sencilla, solo aquí encuentro la objetividad e imparcialidad para expresar lo que pienso y siento.
Soy un ciudadano de la patria, de esos a los que le duele lo que a cualquier ciudadano nacido en esta tierra de cóndores le afecta en sus entrañas. Claro que me duele mi país, me duelen aquellos que desangran a la salud, la educación y el futuro de los niños y de las niñas y que por cierto visten de cuello blanco; pero hay algo que me duele mucho también y es la indiferencia de un país que no se une ante el terrorismo.
Escuchaba a un amigo que vive en Soacha decir “mataron a ricos, si el atentando del Andino hubiera sido en Unisur-Soacha no pasa nada porque aquí vivimos los pobres y a los del norte entonces no les hubiera interesado”.
Pero también en las redes sociales aún más abiertas a la opinión pública la indiferencia por las víctimas se paseaba en círculo como aves de carroña cuando observan su presa muerta. Señalamientos iban y venían de un lado al otro, al final la culpa es de la vaca, dijo alguien de manera jocosa para cesar con las opiniones que se movían en esa esfera pública de la web, trinos llenos de odio y rencor.
Mientras esto ocurría en internet, veía a un General Nieto en la primera pantalla entregando declaraciones del suceso ya en el lugar de los hechos, nuevamente lo volví a ver como a las 10:30 p.m. en las declaraciones del Presidente, pero antes de todo esto lo había visto en Barranquilla y un día antes en Twitter supe que estaba en el puerto de Tumaco. Me pregunté en ese momento “¿es que esta gente no descansa?” Deberían, así podrían tener la mente mas lúcida.
Veo en el General Nieto un hombre sobrio, inteligente, sin afanes de protagonismo mediático como el anterior y tengo que decir que ha sido la calma después de la tempestad, sin duda algo que la institución necesitaba hace mucho rato.
El Presidente pidió prudencia en las redes, pues algunos indiferentes e inescrupulosos señalaban que habían petardos en otros centros comerciales, la policía en twitter tuvo que aclarar que no había tal. De nuevo la indiferencia pululaba, queriendo conectar el atentado con un proceso de paz que no tenía nada que ver pero que ante los ojos de la ignorancia era la mejor bala para atacar.
Cosas paradójicas el ELN pidió limpiar su nombre ya que dijeron no tener nada que ver con el atentado, luego las FARC condenaron el atentado terrorista y Uribe habló del falso positivo de la paz, cosas que solo pasan en Colombia.