Colombia nunca ha sido el país más feliz del mundo. Los medios alguna vez nos vendieron esa equivocada idea, ya que estamos, en la realidad, muy lejos de serlo. El índice de felicidad o la Felicidad Interna Bruta (FIB) es un indicador serio que mide el nivel de satisfacción de las necesidades esenciales del ser humano como salud, educación, seguridad, trabajo, recreación, afecto, etc.
Estamos bien lejos de ello. Folclóricamente confundimos felicidad con hacer fiestas con cualquier pretexto, incluso con el consumo de licor. Los borrachos creen que están "felices", pero son el símbolo de la decadencia de un pueblo. En ese orden, seríamos un país muy rumbero, festivo y carnavalero. Un país con, tal vez, el mayor número de días festivos o feriados en el mundo. Y ello sí que es un pésimo indicador, más relacionado con improductividad, regresión y estancamiento. Además de mayor riesgo de enfermedades crónicas.
Felicidad versus tropicalismo
El estudio de felicidad actual entre los países analizados nos ubica en el puesto 33, debajo de Costa Rica, México, Brasil, Uruguay, Chile, Panamá, Venezuela y Argentina, entre otros latinoamericanos. Los 10 primeros lugares los ocupan Suiza, Islandia, Dinamarca, Noruega, Canadá, Finlandia, Holanda, Suecia, Nueva Zelanda y Australia. Ello tiene mucha lógica, ya que son los países con un mayor índice de desarrollo humano y alta calidad de vida (los menos corruptos del planeta), preocupados más por la dignidad de las personas y su bienestar, que por actividades de escape, al estilo de “pan y circo”. Debemos replantear nuestras concepciones tropicalistas para no engañarnos y entender el verdadero concepto de felicidad. El factor FIB hoy es medible y es el principal indicador de felicidad de los pueblos.