Para la historia quedó el dicho que el Tino Asprilla tenía todo para ser el mejor futbolista del mundo pero no quiso serlo. Sus condiciones futbolísticas fueron extraordinarias y logró consolidarse como la figura del Parma y el Newcastle, donde por ejemplo le hizo un triplete al Barcelona en Champions League.
Sin embargo, más allá del fútbol el Tino fue muy conocido por su vida fuera de las canchas. La rumba era infaltable en su vida y ya fuera en Colomba, Italia o Inglaterra él era el alma de la fiesta. Fruto de su carrera también se dio grandes excentricidades y tiene una gran vivienda en su natal Tuluá, pero parece que todo eso ya le pasa factura a casi 20 años de su retiro.
El Tino trabaja como panelista en ESPN donde seguramente percibe un buen sueldo. Además de eso tiene negocios como sus Condones El Tino, su propia marca de vinos y hasta un energizante sexual muy polémico pero que al parecer han resultado un fracaso. Ni eso lo ha salvado de la quiebra en la que está hoy en día.
Debido a deudas vencidas por un valor superior a 1.286 millones de pesos, el exfutbolista se acogió recientemente al proceso de reorganización de deudas abreviada de la Superintendencia de Sociedades. Producto de ser empresario pudo acogerse también a la Ley 116 de reorganización empresarial, por lo que espera gracias a esto reacomodar mejor sus negocios para lograr resurgir y que generen mayores ingresos.