¿Cómo está Señor Ramón?
Padre Ramón: Yo bien gracias a Dios. ¿y usted qué tal?
Ahí vamos. Espero que no se moleste porque no le diga padre, pero es que yo hace mucho tiempo no creo en Dios y menos en los “padres”
No se preocupe… yo tampoco creo… en los padres, pero en Dios si y mucho. ¿Y qué pasó, para no creer en Dios?
Es que me cuestiona mucho ese Dios en que ustedes creen, cuando yo era pequeño se murió mi mamá y recuerdo que una tía, muy católica, me dijo: “Tranquilo sobrino, ¡Dios se la llevó!”. Desde ese instante algo se me apagó, ¿cómo es que Dios es tan miserable que me quita mi mamá cuando yo más la necesitaba? Luego crecí y siempre que sucedía algo: un terremoto, una tragedia, una enfermedad, lo único que se le ocurre decir a ustedes es: “será voluntad de Dios” o “las pruebas que Dios nos manda”. Nooo ese Dios es muy “rabón”. Yo prefiero, ahora que ya estoy terminando mi carrera prescindir de la idea de ese Dios.
Pues claro, yo también, en esa idea de Dios no vale la pena creer. El Dios que hay que creer no es así, es totalmente distinto.
No padrecito, no me venga a lavar el cerebro con retórica, yo no trago entero.
No fresco, no se estrese, mi interés no es tramarlo, es compartir mi fe en el Dios que creemos porque así nos lo dejo ver su Hijo. Le agradezco que haya querido expresarme sus ideas y algo importante de su vida, yo también quiero compartirle algo que para mí es vital.
Haber, cuénteme
Lamento que, al perder a su mamá, su tía haya dicho eso. Tal vez lo hizo con buena intención. Sin embargo, no fue muy precisa y tengo que reconocer que algunas veces las personas que tenemos fe nos quedamos cortos cuando desde la fe tenemos que abordar las realidades difíciles de nuestros hermanos. No por que Dios no tenga una palabra salvadora sobre dichas realidades, sino porque muchas veces no sabemos expresarnos adecuadamente o tenemos aun ideas primitivas de la fe.
Pero espere un momento ustedes dicen que Dios da la vida y que Él la quita cuando quiere, es decir mi mamá que le dio un cáncer muy agresivo, ¿Dios no se lo envió para llevársela?
Por ejemplo, un caso como el que me cuenta requiere la mira salvadora de la fe. Cuando decimos que el Señor es el dueño de la vida lo que afirmamos es que es el Dador de vida y que en Él la vida tiene sentido y aún en la tragedia de la muerte (que no la manda Dios) la sigue sosteniendo y la lleva a plenitud.
Jesucristo mostró quién era Dios y de manera muy sencilla mostró que Dios era un Padre bueno, que nos ama y que, al contrario de jugar con nosotros, nos acompaña y fortalece y sobre todo, es capaz de dar la vida por nosotros. Ese es el Dios en quien yo creo y el que le da sentido a mi vida.
Ah interesante, pero no sé, no estoy muy seguro. Pero, ¿podemos seguir conversando de ese Dios?
¡Cuando quiera!