Buenos días, padre.
Buenos días, ¿cómo va todo?
¡Pues ahí ¡
Y ¿qué es ahí?
Ahí padre, todo patas arriba. Todo complicado, en la casa, en la economía o es que ¿usted no se está dando cuenta de cómo nos tiene este asunto del virus?
Claro que me doy cuenta. Pero también me doy cuenta que está algo exaltado.
Es que yo soy así, malgeniado. Pero ahora me irrito más que antes. Con decirle que peleo con mis vecinos, hasta golpes nos hemos dado y en la casa estoy que le doy a un hijo que me contradice todo.
Ese “yo soy así” es ¿desde que era pequeño o por la cuarentena?
Siempre, siempre padre, esto me ha traído muchos problemas en los lugares donde he trabajado, vivido y hasta con mis familiares. Este es el tercer matrimonio y todas mis mujeres me han tenido que aguantar hasta que se aburren y me dejan. Lo que pasa es que ya no soy tan joven y fuerte como antes, ya la salud no me da para estos trotes y con esta cuarentena me desespero más. No se qué hacer, cómo actuar, por eso, aunque sea a través de este computador quiero conversar con usted.
Pues me alegra, siempre me alegra cuando alguien es valiente para identificar que tiene un problema y debe atenderlo. Tal vez esta conversación no va a solucionar su problema, pero va a ser el inicio de un camino que es necesario emprender para que usted viva más tranquilo, no cometa errores cuando se le suba a la cabeza la ira y sobretodo no vaya a hacer daño a las personas que están cerca y que seguramente porque lo aman aun con esa forma de ser, quieren compartir la vida con usted.
Si me va a decir que vaya al sicólogo o al siquiatra, ni lo sueñe, yo no estoy loco.
Entonces qué quiere que le diga, soluciones mágicas no existen y menos cuando ha dejado avanzar esta situación tanto tiempo y le ha traído problemas. Por supuesto que existe una dimensión espiritual que hay que atender en su vida y dejando obrar al Señor seguramente la situación se podrá manejar mejor. Pero siempre es importante buscar terapia profesional que le de herramientas para aprender a vivir de una manera diferente.
Padre yo leo muchos libros y ahora sobre todo de autoayuda y me han servido mucho pero luego de que termino de leerlos, cualquier situación me pone nervioso y reacciono mal y me doy cuenta que sigo en las mismas.
Los libros de autoayuda son interesantes, pero se centran mucho en encontrar el poder del cambio en uno mismo y ahí la cosa se complica porque para las personas que hemos descubierto la fuerza de Dios en nuestra vida y reconocemos nuestra fragilidad, nos damos cuenta que nuestra condición humana no da para mucho. Recuerde la fuerza para cambiar se encuentra en el Señor que nunca falla.
Padre es que a mi me criaron así a las patadas, pocas muestras de amor tuve y eso me hizo tener una coraza impenetrable.
Seguramente parte del problema tiene raíz ahí en su historia personal, es por eso tan importante aprovechar este tiempo de Pascua en que estamos para hacer camino también con el Señor Resucitado, de tal manera que nos ayude a ver las cosas de otra manera, a poder sanar muchas heridas y a perdonar también a personas que tal vez igual de amarnos y brindarnos protección, nos hicieron daño porque ellas a su vez también otros les hicieron daño.
Creo que voy a necesitar mucha ayuda para salir de esto padre Ramón y no se si ya a mi edad lo pueda lograr.
Claro que lo puede lograr, con Dios todo es posible, déjese ayudar, ore un poquito más, ahí está Cristovisión que le puede servir mucho, arme una rutina que le tenga su mente ocupado y considere algo de terapia profesional. Pero eso si, nunca piense solucionar algo con violencia y a golpes, cuando le pase eso por la cabeza mejor salga rápido de ahí, piense inmediatamente en algo que lo tranquilice, respire y dese cuenta que no valía la pena agrandar cualquier conflicto. Ánimo, el saludo de estos días de Pascua del Resucitado a sus discípulos es “les doy mi paz” también recíbala usted.
Gracias, padre.