Dios lo bendiga padre
Padre Ramón: gracias, lo mismo para usted
Dios me ha pedido que hable con usted, soy su mensajero.
¡Ah caramba! ¿Y qué me mandó decir Dios?
Que va a terminar con el mundo, que la ira de Dios va a caer sobre todos.
No entiendo por qué Dios haría tal cosa. ¿Está seguro que la voz de Dios fue la que escuchó?
Por supuesto padre, mire no más la pandemia del coronavirus, el clima, cómo está de extraño. Es el Apocalipsis, lo dice la Biblia. Nadie se salva de esta. Bueno solo nos salvaremos unos pocos.
Entiendo que los acontecimientos que estamos viviendo lo interpelen y hasta lo preocupen, pero me parece que Dios no cambia de la noche a la mañana su decisión de salvar todo lo que es obra de sus manos. Quisiera preguntarle ¿cómo es el Dios que hablo con usted?
Pues el Dios Dueño y Señor del universo, el que puede castigarnos porque merecido nos lo tenemos. Pero padre, después que aniquile todo de la faz de la tierra, renacerá un grupo de escogidos de donde renacerá todo.
Pues quiero decirle que ese Dios que habló con usted no es el Dios que mostró su amado hijo Jesucristo. Si es el dueño y Señor del Universo por supuesto, pero no actúa en el mundo y en la historia así. No castiga, ni tampoco juega con nosotros de acuerdo a su estado de ánimo. Jesús, que viene del corazón mismo de Dios, nos mostró quién era, cómo actuaba y cómo se comporta frente al mal.
Padre, pero es que el mundo necesita purificación, nos hemos apartado de Dios y como dice la Biblia “llamamos dios a la obra de nuestras manos” cómo me viene a decir que este mudo no debe ser purificado con el fuego abrazador de Dios.
Haber, pensemos un momento, ¿usted tiene esposa e hijo?, ¿tiene familia?
Si claro pero no tengo tiempo para ellos, estoy en las cosas de Dios.
Las cosas de Dios tienen que ver con atender a su esposa y cuidar a sus hijos. Si se desea cumplir el proyecto salvador de Dios a los primeros que debemos cuidar son a nuestros familiares. Si alguno estuviera pasando un mal rato o cometiera una gran equivocación. ¿usted no lo ayudaría, solo por ser de su sangre y de su familia? ¿O lo aniquilaría por el error cometido?
Claro que no padre., es distinto es familia, sea lo que sea uno los quiere y los ayuda.
Ese es el punto querido amigo, nosotros somos familia de Dios y Él se la jugó con nosotros en la buena y en la mala, hasta dar la vida por nosotros, Si envío a su Hijo para que diera la vida y nos salvara, ¿por qué cree usted que ahora se va a arrepentir y acabar con su familia? Lo que estamos viviendo es difícil, pero no nos lo envió Dios para purificarnos, tratemos de ver las cosas de otra manera.
¡Pero yo siento que Dios me dijo eso, padre!
Por supuesto que Dios nos habla al corazón, pero algunas veces los ruidos de la vida y los acontecimientos de la historia nos hacen entender inadecuadamente sus palabras. Por eso necesitamos afinar nuestro corazón para descubrir a ese Dios, Padre misericordioso en la historia y en los acontecimientos.
Los acontecimientos son terribles, me llenan de desesperanza, hay tanta maldad en la humanidad.
Ciertamente el momento que vivimos nos lleva a reelaborar nuestra relación con Dios, con nosotros mimos, con los demás y hasta con la creación. Dios no nos envía, las tragedias, ni tampoco nos prueba poniéndonos zancadillas haber cómo actuamos. Somos nosotros los que actuamos así y usamos la libertad que Dios nos dio de manera egoísta y miserable. Él al contrario camina de nuestro lado, es cercano y solidario con nuestra pobre humanidad y nos enseña a vivir apasionados con su Reino de amor y justicia.
Entonces, ¿qué hago ahora?
Vuelva a hablar, pero con ese Dios que le conté y que anunció Jesucristo su hijo amado. Va a ver que le va cambiar la perspectiva. Vaya y luego me cuenta qué le dijo.