Dos políticos, dos vicepresidentes y un mismo camino. Me acuerdo cuando Álvaro Uribe era presidente de Colombia y se oía decir: “ojalá no le pase nada porque quedaríamos en manos de Pachito”; situación no muy diferente de cuando en Estados Unidos se decía: “lo terrible de que quede McCain es que tiene más de setenta años y lo reemplazaría Palin”.
¿Por qué? Quizá el problema es que no son fórmula de gobierno, pero si se complementaran, serían el equipo perfecto. Incluso podrían liderar una potencia mundial de la talla de Estados Unidos o “un país como África”. Siempre pensé que las salidas en falso de Pachito las podría salvar Sarita y viceversa. Así, la opinión pública estaría satisfecha y no habría esos malentendidos mediáticos que tanto les dañan la imagen.
Empecemos con el tema de las relaciones internacionales. Muy seguramente Pachito, con la diplomacia (típica de un gran líder) que lo caracteriza, tomando su experiencia en Medellín, decidiría poner unas vallas comparando al líder norcoreano Kim Jung Un con el famoso asesino Charles Manson. Los medios se molestarían y dirían que no es el momento de enfurecer a un país lleno de armas nucleares. Pero saldría Sarita y aclararía que es una confusión de Pachito que “obviamente ellos están del lado de sus siempre aliados los norcoreanos”.
Más adelante, cuando estuvieran debatiendo la reforma migratoria, Pachito sugeriría coger a todo el que tenga cara de latino o musulmán e “innovar con armas no letales de esas que les meten voltios a los muchachos”. Para corroborar el éxito de su política citaría el famoso caso del colombiano Israel Hernández. Pero como no faltan los aguafiestas, y Pachito “se emberraca fácil”, Sarita tendría que salir a justificar a su compañero aclarando que, a pesar de que sería mejor el uso de gases (pues “le encanta el olor de las emisiones”), lo de Pachito tiene justificación divina: “si Dios no quisiera que electrocutáramos inmigrantes no los habría hecho de un material que conduce la electricidad”. Usaría la misma forma de argumentar que utilizó para criticar a los vegetarianos: “si Dios no quisiera que comiéramos animales, ¿cómo es que los hizo de carne?".
Los medios tienen que dejar de odiarlos sin razón. No se han dado cuenta que los dos son, según la autodefinición de Pachito “informales, alegres pero serios y profundos”. Es por esto que no entiendo cuál es la demora del expresidente Uribe para elegir el candidato presidencial de su partido. Esperemos que alguien lo asesore bien para que elija “a dedo” a Pachito: un líder con potencial, que cumple con todo lo necesario para ser presidente; tal vez solo le falta el apoyo de la ciudadanía pero es por pura ignorancia. Pachito es un incomprendido y una víctima de su época. Ojalá se lograra una alianza entre el Puro Centro y el Partido del Té, ambos tan democráticos. Solo así podríamos salvarnos “del mal”.