Damas Gratis, la banda que puso a los hinchas de Millonarios a cantar cumbia argentina

Damas Gratis, la banda que puso a los hinchas de Millonarios a cantar cumbia argentina

Pablo Lescano es el responsable de que esta música suene en todo el continente. Ahora vuelve a Bogotá, luego de llenar en la última edición del Cordillera

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mayo 10, 2024
Damas Gratis, la banda que puso a los hinchas de Millonarios a cantar cumbia argentina

Para entender el legado de Pablo Lescano de Damas Gratis y la importancia de Colombia en las cumbias villeras que él interpreta, también es necesario hablar del impacto arrollador que en Argentina que tuvieron Los Wawancó. Una agrupación formada por el valluno Hernán Rojas, en compañía de otros habitantes de un pequeño albergue estudiantil en la ciudad de La Plata (Provincia de Buenos Aires).

Los Wawancó, recordados por clásicos como “El pescador”, “Atrévete a mirarme de frente” o “El cuertetazo”, eran furor en las fiestas estudiantiles de la época. Pero en la siguiente década, otros artistas argentinos como Chico Novarro o Sexteto Palmeras (hoy Los Palmeras) comenzaron a explorar este sonido, pero con su propia identidad.

En los años setenta, Argentina se llenó de bailantas, que es el nombre con el que hasta el día de hoy se conoce a las discotecas donde sólo suena cumbia; pero las bailantas eran mal vistas por las clases altas, que las consideraban espacios de populares de poco prestigio. Así que muchos habitantes de los sectores más carenciados de la ciudad comenzaron a construir su propia identidad a partir de la cumbia.

Los ochentas trajeron consigo la proliferación de todo: músicos, bailantas, sellos discográficos, los programas de televisión. Y en los años noventa, llegó Ráfaga, una banda que fue tan gigante que explotó en varias partes del continente y hasta llegó a infiltrarse acá en Colombia. Un país donde los artistas preferidos (como Rodolfo Aicardi o Pastor López) popularizaron una cumbia bastante diferente.

Es probable que Ráfaga, a quienes en los barrios colombianos conocen por éxitos como “La luna y tú” o “Mentirosa”, haya sido la primera banda de cumbia en despertar un fervor similar al que entonces sólo se veía con músicos de rock y de desatar un nivel de fanatismo por los cumbieros que se multiplicará con el paso de los años.

Porque la cumbia despechada o romántica fue otro boom de los años noventa, con Leo Mattioli y, su máxima exponente, Gilda; quien se convirtió en un ícono (y para algunos, hasta en una santa) cuando murió en un accidente de carretera.

El nacimiento de Damas Gratis tuvo que ver con muchos de estos elementos y al cantante y productor Pablo Lescano lo adoptaron como si fuera un Gustavo Cerati tropical. Además, él también le canta amor, exalta el venir de un barrio marginal y es un explorador incansable del género. Es decir, no toca cumbia al estilo colombiano, pero si te sentás a charlar con él, la conoce bastante bien.

Amada y odiada, la cumbia villera fue el reggaetón que nos llegó a los argentinos antes de que este género urbano fuera conocido afuera de Puerto Rico. Ha tenido letras machistas, le ha cantado a la droga y al delito, pero también ha sido una voz confiable para un montón de chicos –empleados y desempleados– que no han encontrado oportunidades en una sociedad excluyente.

Estas cualidades de Damas Gratis ayudan a entender por qué se volvieron tan gigantes en todo el continente y principalmente entre las barras bravas de las hinchadas de futbol. También, por qué a menos de un año de haberla sacado del estadio en el Festival Cordillera, ahora se preparan para llenar el Royal Center de Bogotá.

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Los inicios de Pablo Lescano

Pablo Lescano nació en 1977 en una región del conurbano bonaerense llamada San Isidro, pero vivió casi toda su vida en el barrio La Esperanza, que pertenece a otra zona llamada San Fernando. Desde niño escuchó cumbia, pero también polka y un género folclórico argentino llamado chamamé, que fue una de las influencias que recibió la cumbia argentina en los primeros años.

Empezó tocando con el piano de un amigo y luego cambió un microondas para tener un teclado propio y hasta prefirió no hacer con sus compañeros de colegio el viaje de graduación, para comprar otro teclado más. De adolescente debutó en algunas orquestas barriales como Sueños De Amar y Caprichos De Luna, con las que comenzó a tocar en cumpleaños, matrimonios y clubes nocturnos.

Al principio trabajaba por puro amor al arte, por empanadas y Coca Cola; pero luego entró a la agrupación Amar Azul, empezó a girar por Argentina y a juntar sus primeros pesos. En sólo tres años con ellos, debe haber tocado unas 3000 veces.

Sin embargo, había un problema, que Amar Azul tenía varios compositores y una forma poco leal de repartir las regalías. Por ejemplo, Lescano les hizo su mayor éxito “Yo me enamoré” y no sólo sus compañeros le pagaron mal por esa canción, sino que tampoco lo dejaron componer otros grandes éxitos. Por lo menos, una de las explicaciones era comprensible: Pablo escribía de forma muy cruda y Amar Azul era una banda más romántica. 

Curiosamente, Pablo Lescano ha explicado en entrevistas, que más que a figuras como Los Wawancó, Los Palmeras o Gilda, él le debe su estilo a la agrupación punk 2 Minutos, que también es muy famosa en el continente y muy reconocida entre los barristas colombianos.

Gracias a 2 Minutos, Pablo Lescano entendió que la cumbia argentina no estaba hablando de la realidad del barrio y que él era quien tenía que comenzar a hacerlo. Así que en paralelo montó otra banda, que terminó siendo la gran precursora de la cumbia villera.

Eran los últimos años de la década del noventa, cuando se multiplicó la pobreza y proliferaron las villas miseria (lo que en Colombia llamaríamos ollas). Para quienes vivían esas realidades, la cumbia era una forma de sacar a bailar la tristeza y un escape ante esa realidad tan brutal. 

Los primeros proyectos con el sello de Pablo Lescano

La primera agrupación con la que Pablo Lescano mostró la realidad de los barrios fue Flor De Piedra, que salió en 1999 y se volvió gigante por canciones como “Sos botón”. Un término despectivo que se utiliza para hablar de la policía. Era el reggaetón de la época y hasta los niños cantaban sus letras.

Así fue como Pablo Lescano se enfocó en componer sobre el barrio, los amigos, el tráfico de drogas, la policía y a todas esas realidades que, según él, también tenían que ser cantadas por otros exponentes de cumbia. Gracias a su trabajo aparecieron otros proyectos musicales como Yerba Brava, Los Pibes Chorros o Supermerk2.

Aunque Pablo Lescano no cantaba en Flor De Piedra, sus letras allí fueron todo un éxito. Pero en el momento en la agrupación comenzaba a volverse masiva, tuvo un accidente de moto en el que se partió las dos piernas y necesitó guardar reposo varios meses. Por eso es que muchos dicen que la cumbia villera se inventó en una cama.

De ahí salieron muchas nuevas ideas y entre ellas su proyecto Damas Gratis, una banda donde a falta de cantante él comenzó a poner su voz en las canciones, aun cuando siempre le había dado vergüenza este rol protagónico. Cuando sus amigos escuchaban los demos, ni siquiera se lo sospechaban.

Algunos demos de Pablo se piratearon y canciones que él tenía guardadas en secreto comenzaron a ser cantadas por otros artistas. Fue así como Damas Gratis tuvo que debutar en escena, porque Lescano tenía que demostrar que era él, el verdadero genio detrás de la fórmula.

En realidad, era el propio Pablo Lescano quien filtraba las canciones. En tiempos en que las discográficas hablaban de la piratería como si fuera un delito talibán, Pablo Lescano prefería que su música sonara... y que explotara.

En los últimos veinte años, Damas gratis ha dado conciertos en bailantas, en coliseos, en estadios y hasta en hoteles cinco estrellas (como el Alvear Palace Hotel, donde trabajó como mesero mi padre). La cumbia villera sigue asociándose a lo popular y a lo barrial, pero ha crecido tanto en Argentina que hasta los fanáticos y músicos del rock han cantado sus canciones.

Por ejemplo, hace muchos años Los Fabulosos Cadillacs invitaron a Pablo a una gira por el continente. Lescano les había producido el éxito “Padre nuestro” (la nueva versión) y ellos disfrutaban tenerlo a él tocando en escena.

Al volver a Argentina, y luego de un obligado paso por Colombia, Damas Gratis lanzó una nueva canción llamada “Recostada en la cama”. Sí, la misma que popularizó en México un cantante llamado Julión Álvarez y que acá se convirtió en el primer éxito de Pipe Bueno.

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La música de Damas Gratis en el futbol colombiano

Damas Gratis ha sonado en barrios de distintas ciudades colombianas y, por eso, es probable que muchos fanáticos del futbol colombiano hayan cantado o bailado sus canciones; pero el equipo que parece haber adoptado con más fervor las melodías de Lescano es Millonarios.

Por ejemplo, es común ver en la cancha a la hinchada cantando “de Millonarios me enamoré”, con la música “Yo me enamoré”, el megaéxito de Amar Azul. También, que toquen “Moliendo café”, un clásico que Pablo Lescano interpreta en clave de cumbia, mientras una parte del público lo acompaña cantando al unísono “y dale, dale, dale, dale; dale embajador”.

Además, “No le falles a tu hinchada”, otro popular cántico en las canchas, nació a partir de otro éxito de Damas Gratis que se llama “Mirá cómo está la vagancia”.

Pero Pablo Lescano, quien es confeso admirador del equipo argentino Tigre, no alienta divisiones entre equipos y, según sus hinchas, incluso se lo ha visto en videos donde usa la camiseta del Santa Fe. Así que si hay un equipo, que el cantante de Damas Gratis prefiera para ser hincha, ese no es otro más que el Cumbia Villera Futbol Club.

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