La entrada del narcotráfico al fútbol colombiano es una página negra para el balompié nacional. No porque no haya logrado potenciar el deporte, con el narcotráfico los equipos nacionales armaron verdaderas plantillas, sino por lo que significó después, clubes colombianos en la lista Clinton o jugadores siendo investigados.
Una de las relaciones más recordadas es la de Pablo Escobar con Atlético Nacional. El narco, según fuentes, era apasionado del fútbol y metió en sus negocios fraudulentos a varios clubes antioqueños, entre ellos al Envigado e Independiente Medellín. Sin embargo, las personas cercanas al capo, por ejemplo su hijo, no lo relacionan con el conjunto verdolaga. Incluso dicen que nunca estuvo interesado en ser dirigente o empresario del fútbol.
Después de la victoria de Nacional en la copa libertadores de 1989, un mito se creó alrededor de Pablo Escobar y su poder en el fútbol colombiano. La gente empezó a decir que el capo había manipulado los partidos para que el verde la montaña se convirtiera en el primer club colombiano en ser el mejor del continente. Pero aquello puede ser solo una historia para desprestigiar lo hecho por Nacional.
Según Sebastián Marroquín, hijo del narcotraficante, su papá nunca le fue a Nacional, sino que era fan del eterno rival Independiente Medellín. Incluso, mencionó que su papá, mientras estuvo recluido en la catedral, no se perdía ningún partido del poderoso y por la radio se enteraba de los resultados de su amado equipo. Además, según información, Medellín sí perteneció a Escobar a principios de los 80.
¿Por qué Escobar ayudaría a Nacional a ser el mejor del continente, siendo hincha del Medellín? Bueno, tal vez por temas de dinero le convenía más que el verde ganara todo, pero si se mira las relaciones del verdolaga con el narcotráfico, siempre hay más información sobre el narcotraficante Hector Mesa Gomez, que del propio Escobar. Incluso, en 1985 el presidente del club, Hernán Botero, fue extraditado por lavado de activos.
Ahora bien, no se puede olvidar los testimonios de uno de los mejores árbitros del continente, Carlos Esposito, quien aseguró que previo al juego entre Nacional y Danubio, Popeye lo intimidó y le ofreció dinero.
Muchas teorías hay detrás de Pablo Escobar y su relación con Atlético Nacional. Algunas ciertas y otras falsas, lo que si no se puede dudar es que una Libertadores comprada, no se gana con tiros desde el punto penal, o no con Escobar como artífice de la manipulación.
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