Habían sido las elecciones más pacíficas de la historia del país hasta que un comando bajo el mando de Gustavo Aníbal Quinchía, alias “Pablito” atacó a una comisión de la registraduría en la Sierra nevada del Cocuy, matando a once soldados y a un policía.
En Boyacá, Casanare y, sobre todo, en Arauca, todos saben quién es Pablito. Recuerdan que fue guerrillero desde que tuvo conciencia. Sus padres, campesinos que llegaron en los años sesenta provenientes de Antioquia a colonizar las tierras que hoy componen los municipios de Sarabena, Fortul y Tame, más adelante conformarían el grupo de campesinos que se radicalizaron ante los incumplimientos de los gobiernos de la época que les prometieron resolver el problema de propiedad de las tierras y movilidad en la zona, entonces se alzaron en armas. En 1978 crearon el frente Domingo Laín, hoy llamado Comando Oriental, el más poderoso del ELN con cerca de 500 hombres en sus filas y unos 1.500 milicianos al mando de Pablito.
Pablito se convirtió en el comandante del frente Domingo Laín cuando el jefe máximo de la época, Armel Robles Cermeño, un profesor y sindicalista fue capturado en Bogotá. Desde entonces Pablito es el líder máximo y las fuerzas de dicho grupo se han multiplicado. Este frente ha sido el responsable de los atentados contra la infraestructura petrolera en Arauca y han hecho notar su poderío militar.
A propósito de los 50 años del ELN, Pablito aprovechó para hacer pública su posición frente los diálogos que el comando central de esta guerrilla, al mando de Nicolás Rodríguez Bautista, adelantaba en Ecuador y Venezuela con Frank Pearl, el vocero del gobierno Santos. Además, se refirió a una posible unificación con la guerrilla de las Frac: “Fue un error confrontarnos como guerrillas. Un error que solo ayudó a fortalecer al Estado. Nuestra reflexión como organizaciones guerrilleras es no volver a caer en este error fratricida en una confrontación militar en el que no podemos caer por ninguna razón. Nuestro compromiso fue fortalecer la unidad con los avances a nivel nacional en la parte política y en la convivencia y la cooperación que hemos venido teniendo como guerrillas’’.
Sobre los diálogos exploratorios que avanzan con el gobierno Santos, Pablito reveló que los avances han sido pocos y que no están dispuestos a un sometimiento sino a una negociación política entre iguales: “Los avances son muy mínimos. Son facultades de nuestro comandante Nicolás Rodríguez Bautista, Gabino”. Asimismo, recalcó que el ELN “tiene toda la voluntad de entablar los diálogos dentro de una correspondencia en el reconocimiento por el Estado de nuestra vigencia y de nuestra realidad revolucionaria. A lo que el Estado a veces trata de confundir, enredar y mal informar. El ELN no está dispuesto a un sometimiento. El ELN está planteando una negociación política. Quieren vernos como unos terroristas y no lo somos”, aseguró uno de los hombres más radicales de esta guerrilla.
La ofensiva que esta guerrilla adelanta en las últimas horas en el país sirve para recordarle al gobierno nacional que el ELN todavía tiene capacidad de lucha y que las negociaciones de paz no corresponden a una rendición sino a un acuerdo concertado.