Ecopetrol. en cabeza de Felipe Bayón, comenzó la aventura del fracking en Estados Unidos hace 30 meses con la Occidental Petroleum cuya CEO, desde el 2016 es Vicki Hollub, y estas alturas va volando.
Las cifras para el proyecto de Texas, en la monumental cuenca de Permian, muestran resultados por encima de las expectativas. Al terminar el año pasado ya había 132 pozos perforados, el pico de la producción había llegado a un sorprendente 50.000 barriles por día, y el 11 % de las reservas probadas de Ecopetrol correspondían a Permian y Ecopetrol America.
A Permian llegó la petrolera colombiana de la mano de Occidental Petroleum Corp (Oxy) al comprar el 49 % de la sociedad Rodeo Midland Basin que Oxy creó para el desarrollo del proyecto, y por los que Ecopetrol pagó 876,5 millones – de los 1.500 millones totales- a la firma el 13 de noviembre de 2019. Oxy fue una elección incuestionada. Es un jugador de peso en una de las cuencas petroleras más prolíficas del Estados Unidos, donde están algunos de los pozos de mayor rendimiento. Allí tiene allí 1,5 millones de acres (6.070 kilómetros cuadrados) entre yacimientos convencionales y no convencionales (los de fracking).
Para Ecopetrol, el join venture ha significado aumentar las reservas en 160 millones de barriles, obtener una producción que se estima hasta 95.000 barriles diarios en 2027 y la experiencia operacional para los proyectos en Colombia. Aunque su emblemático proyecto piloto de fracking Kalé está en entredicho, porque a fines del mes pasado le fue reversada la licencia ambiental.
Caño Limón, el campo emblemático, que en 1983 cambió la histota petrolera, Colombia dejó de ser importadora
Oxy es una vieja amiga de Colombia. Llegó hace 40 años con Caño Limón, el pozo que en 1983 partió en dos la historia reciente del petróleo colombiano, porque gracias a él Colombia dejó de ser importadora y recuperó su autosuficiencia. Este pozo fue el de mayor producción en el país, a tal punto que hoy, a pesar de estar en su fase de declive, produce 21.000 barriles diarios de crudo. Pero Caño Limón ya no es de Oxy, ni el resto de su operación en tierra. Por 825 millones de dólares la firma de inversión Carlyle Group la adquirió en octubre del 2020 con una producción de 33.000 barriles diarios, 14 bloques en Arauca, Santander y Putumayo, y designó a Tony Hayward , ex -CEO de BP y Glencore como presidente ejecutivo en Colombia.
Oxy se quedó con Ecopetrol en Permian y operaciones offshore en Colombia. Estaba sobreendeudada después de comprar su rival Anadarko por 57.000 millones de dólares, las deudas por 35.000 millones la estaban ahogando. En una posición muy comprometida pudo aguantar varios “totazos” petroleros. Aguantó la guerra del petróleo que Vladimir Putin le decretó al príncipe Muhamed bin Salman de Arabia Saudita con el shale de Estados Unidos en la mira cuando la potencia del Norte se había convertido en el primer productor mundial con 13 millones de barriles por día y los precios se desfondaron a 20 dólares ese 2020. Aguantó también la pandemia.
Permian produce el 41 % del petróleo de EE. UU. y Oxy con 487.000 bped, el 9% del total de esa cuenca
Es un axioma en la industria petrolera que tan pronto suben los precios, los productores de shale resurgen de sus cenizas. Eso es lo que se esta viendo en el primer trimestre de este año. Como resultado de los precios del petróleo más altos desde 2014, por encima de los 100 dólares por barril, y una aprendida disciplina de gasto de capital, el parche de esquisto está en camino de generar flujos de efectivo masivos de 172.000 millones de dólares solo en 2022, según estimaciones de Deloitte citadas por Bloomberg. Además, la mayoría de las 20 empresas con mejores retornos en el S&P 500 hasta la fecha son compañías petroleras , incluidas Occidental, Halliburton, Devon Energy, Hess Corporation, ExxonMobil, ConocoPhillips, Chevron, Natural Reources (la de Harold Hamm el pionero del fracking).
Oxy mantiene su posición de liderazgo en Permian. La cuenca produjo el 41 % del total de crudo de Estados Unidos en el 2021 y Occidental participó con 487.000 barriles de petróleo equivalente, el 9 % de todo Permian. Las lecciones de las crisis fueron bien aprendidas, y si los sauditas manejaron los precios para sacar del mercado a los productores de esquisto gringos, hoy la situación es a otro precio. Porque si al principio necesitaban 80 dólares por barril para vender, recuperar la inversión, pagar regalías y tener utilidad, ahora fluctúan alrededor de 40. El caso de Oxy es excepcional: ¡6,25 dólares!
Según el informe de la petrolera, eso se ha logrado con procesos bien diseñados, mejorías en tecnología y logística, unidas para lograr eficiencias que logren bajar el costo de en la operación de los pozos. De esto se ha aprovechado el socio colombiano. La producción de crudo de Rodeo -Oxy-Ecopetrol- inició en noviembre de 2019 con 400 barriles de petróleo por día, y se fue incrementando con el tiempo, tanto así que en enero alcanzó los 2.600 barriles de petróleo por día. En mayo de 2020, la producción del combustible había alcanzado su pico de 4.200 barriles por día, pero en junio la cifra se disparó a los 17.900 barriles por día. En el cuarto trimestre del año pasado ya se habían registrado picos de 50.000 y el promedio de esos tres meses fue 25.000 barriles por día.
Fuente: Ecopetrol
La nueva apuesta de Occidental, en línea con la de Ecopetrol, es lograr eliminar las emisiones de carbono. El objetivo es reducir a cero las emisiones de gases efecto invernadero de toda su operación, para el año 2040. “Estamos forjando nuevos caminos para reducir las emisiones en nuestras operaciones químicas y de energía, al mismo tiempo que proporcionamos productos y servicios para ayudar a otros a hacer lo mismo, con la ambición de lograr el cero neto. Para llegar allí, debemos Zero In™ juntos para avanzar en cada parte de nuestro negocio hoy”, dice Oxy.
La apuesta medioambiental es clave no solo para la operación de Estados Unidos, sino para los proyectos de Ecopetrol en Colombia, donde el fracking es uno de los temas más controversiales entre los hidrocarburos. La época electoral y los planteamientos del candidato que puntea las encuestas han vuelto al fracking literalmente la piedra en el zapato, mientras el mundo se debate entre el aumento de consumo pospandemia y los efectos de la guerra que han disparado los precios, y la vigencia de los combustibles fósiles con los esfuerzos para eliminar sus emisiones de carbono. Sin contar con que desde Ucrania hay dos palabras clave: independencia energética.
