El análisis y las cifras de lo que aprobó el honorable Concejo de El Bagre como presupuesto para la vigencia del 2021, el mismo que corre más que el viento, destinado a ponerle un tatequieto a las desigualdades sociales que vive este municipio del olvidado y cada vez más desprotegido Bajo Cauca Antioqueño, nos permite concluir a las claras de que vamos por el camino que no es. En efecto, en palabras del concejal Yoiber Miranda Galvis, en el presupuesto para la actual vigencia, sobre todo en lo que se destinará a las políticas de desarrollo social, los números indican que, en vez de salir bien librada esta población como lo pregona en sus escasas apariciones públicas el alcalde Faber Enrique Trespalacio, habría un severo recorte en programas de atención a la población vulnerable, primera infancia, adulto mayor, madres cabeza de hogar y en general los sectores que a la hora del reparto nunca han sido tenidos en cuenta.
Y esto, además de grave, resulta ser un verdadero contrasentido cuando a la cabeza de la administración municipal se tiene a una persona que debe conocer muy de cerca y en los más mínimos detalles lo que significa hacer parte de la comunidad que nunca ha estado en las cuentas de las políticas públicas de un Estado que se declara como social de derecho, pero sobre todo porque dentro de las propuestas que lo llevaron a ese cargo estaban las de corregir este tipo de desviaciones y llevarle soluciones precisas a los indígenas, los grupos afrocolombianos, a la población LGBT, el apoyo a las víctimas, y a la población desplazada.
Para este concejal que pertenece a la Alianza Verde y que llegó al cabildo municipal con el respaldo de 287 ciudadanos, las cosas comenzaron mal desde que se presentó a discusión el presupuesto, muy a pesar de que el director de la oficina que tiene que ver con la materia, el señor Adil Segundo Arrieta Gaviria es un conocedor a fondo de la materia en su calidad de concejal por muchos años, incluso lo fue hasta el 31 de diciembre del 2019, razón por la cual no puede argumentar que desconoce el tema. Es así como el alcalde Faber Enrique Trespalacio, al sancionar el acuerdo y ponerlo en vigencia, debió darse cuenta de que apenas el aumento a la inversión anual para esta población corresponde al 1 % de los ingresos de libre destinación, cuando, por el contrario, los gastos de funcionamiento tienden a crecer.
Por ello, el edil Miranda Galvis señala que esta situación pone en riesgo al municipio para el cumplimento de los límites del gasto de funcionamiento definidos en la Ley 617 del 2000 cuando se afecta, como se acaba de demostrar, una disminución de recursos para la inversión. Se entiende por gasto público social aquel cuyo objetivo es la solución de las necesidades básicas insatisfechas de salud, educación, saneamiento ambiental, agua potable, vivienda, y las tendientes al bienestar general y al mejoramiento de la calidad de vida de la población.
Habrá que recordar que la mencionada Ley 617 fue la que puso el límite de gastos de funcionamiento de los municipios, calculada sobre los Ingresos Corrientes de Libre Destinación, que para el caso del municipio de El Bagre se toma un máximo del 80 % de los ICLD, precisa el concejal.
Esa norma es clara cuando señala que el presupuesto de inversión social no se podrá disminuir de manera porcentual en relación con el del año anterior, por eso sale de bulto que en el actual presupuesto se presenta una proyección del gasto de funcionamiento, cuyo renglón que más crecerá es el de los Servicios personales indirectos, es decir, los destinados a los contratos de prestación de servicios Profesionales y técnicos: los cuales representan el 24,31 % sobre el total de los gastos de funcionamiento de la alcaldía y el 52,34% sobre los gastos de nómina. Y es de allí donde la mayoría de los alcaldes sacan la varita mágica para ponerse al día con los favores políticos. En vez de hacer lo anterior, sostiene el líder político, se deberían disminuir estos gastos y con su ahorro tratar de fortalecer la inversión y con ello brindar una mejor calidad de vida a sus más de 60.000 habitantes, la mayoría de los cuales hacen parte de la llamada población vulnerable y avanzar hacia la superación de la pobreza extrema, en especial en estos tiempos de pandemia y de escasez de oportunidades laborales.
Más adelante el concejal dice que al parecer el equipo financiero de la administración no realizó el proceso teniendo en cuenta la dinámica o procedimientos definidos por las normas vigentes que reglamentan el sistema presupuestal. En efecto, el Proyecto de presupuesto 2021 radicado al Concejo para su estudio y aprobación se presentó sin los anexos suficientes para su estudio objetivo, de acuerdo a las normas legales vigentes. Sumado a eso se presentaron algunas inconsistencias porque los valores presentados en su original no coinciden con el que enviaron en el medio magnético o Excel que fue el que estudio en pleno la corporación, de allí que los valores presupuestales aprobados en el acta del Comfis no coinciden con el marco fiscal de mediano plazo, ni el Poai, ni con el presupuesto enviado en Excel, argumento el edil.
Ante semejantes incongruencias, la alcaldía de El Bagre, no acogió ninguna de las recomendaciones que se le hicieron en su momento, todas ellas dirigidas a ajustar el desequilibrio en la inversión y poder nivelar sus gastos de funcionamiento, ya que por ese mismo camino se presenta una reforma tributaria que busca incrementar el impuesto predial y a mantener las altas tarifas en el alumbrado púbico, un engendro que ha causado suficientes dolores de cabeza a la población, subraya Miranda Galvis.
Aparte de lo anterior, recordó que por el simple hecho de no aportar la suma de $20 millones de pesos se perdió una nueva ambulancia para El Bagre, que además de enviar el proyecto incompleto, y sin cumplir con los requisitos técnicos exigidos por la Gobernación de Antioquia, se dejó en evidencia la falta de coordinación que hubo entre la Dirección de presupuesto, la ESE hospital Nuestra Señora de El Carmen, la Secretaría de Planeación y el Banco de Proyectos, toda vez que se presentó el proyecto con un alto grado de improvisación, hecho que hizo que la Gobernación de Antioquia exigiera mayor rigurosidad al respecto.
La cereza de este pastel se presentó en diciembre pasado en las sesiones extraordinarias para el estudio de 4 proyectos de acuerdo con gran contenido normativo, como es el caso de la reforma tributaria municipal con más de 130 artículos para estudio y otros acuerdos de refinanciación de la deuda con Corantioquia por sanciones ambientales, donde el municipio tiene desventajas porque aumentan los intereses de 7.49% al 12%, así como el plazo y el pago total de la deuda.
Y para finalizar, el personaje de estas denuncias se presenta como un concejal independiente de El Bagre, avalado por el partido político Alianza Verde, nacido en El Bagre el 05 de marzo de 1987 y de profesión Administrador Financiero, comerciante, casado y con 2 hijas. Dice que su liderazgo lo comenzó con la iglesia cristiana con un trabajo comunitario en donde participan jóvenes, adolescentes y otros sectores sociales. Otra motivación para ser concejal es la de observar las injusticias que se ven en nuestro municipio con el alto costo del impuesto del alumbrado público y su propósito es hacer todo lo posible por buscar la reducción del mismo y de paso convertirse en la voz de la comunidad afectada con los proyectos que presenta el alcalde Trespalacio.
Todo eso pasa cuando elegimos a una persona convencidos de sus grandes conocimientos y experiencias, que para muchos fueron logrados en la prestigiosa Universidad de Harvard, como ahora lo muestran a lo largo y ancho del país, cuando no deja de ser una realidad que los mismos apenas pasaron por ser unos expertos vendedores de bicicletas Arbar.
