No son solo las casas de piques (que nombre tan suave para un horrendo lugar donde personas inocentes son descuartizadas vivas), narcotráfico, prostitución y miseria lo que atormenta a la martirizada población del puerto de Buenaventura, ahora como curibito del pastel, como refinamiento máximo del sadismo y la infamia, su alcalde Bartolo Valencia ha contratado con una fundación de Cali la matanza de la totalidad de la población canina en la ciudad.
Una sociedad tan degenerada y enferma, que esté dispuesta a permitir la matanza de los inocentes, no merece siquiera existir. Una sociedad tan deshumanizada, que mire para otro lado mientras los ángeles de la calle, maestros del amor incondicional, del perdón y la compasión perfecta, son llevados al matadero solo para satisfacer la ambición y mezquindad de unos gobernantes insanos que prefieren llenarse los bolsillos con la sangre de seres maravillosos que en apostar por salvar sus vidas, no merece siquiera existir.
¿Qué esperanzas tienen los ángeles en una ciudad como Buenaventura? Que durante siglos ha bajado la cabeza ante los explotadores y no ha tomado las riendas de su propio destino. No, no habrá piedad para los inocentes, ni de parte de los funcionarios de Buenaventura, ni de su alcalde, ni de la policía, ni de la fundación caleña que ejecutará la matanza.
Por eso suplicamos que el país entero y la opinión pública nacional e internacional, se pongan en pie y detengan esto. Tanto que hablan de paz, de amor, de reconciliación,¿ De qué valen tan bonitas palabras si no hay compasión hacia los débiles?
La verdadera sabiduría es la piedad, mucho más si estamos hablando de la vida de seres puros y perfectos, que también son hijos de Dios. Los perros son criaturas de espíritu limpio y noble, que son tan dueños de este planeta como lo somos nosotros, y que tienen todo el derecho de vivir, disfrutar y respirar su vida con plenitud y alegría, libremente, como lo deseamos hacer nosotros.
Algo parecido ha ocurrido en Barranquilla con el matadero de mascotas de Elsa Noguera. Los decretos que autorizan la sádica matanza de los inocentes, y que fueron firmados consecutivamente por Alex Char (quién se denomina a sí mismo el mejor alcalde del país) y su sucesora siguen en pie.
El presupuesto de mil millones anuales para ejecutar el holocausto de mascotas en Barranquilla fue aprobado desde diciembre de 2013, el matadero está construido en Juan Mina, al lado del relleno sanitario, fue construido además sin valla de curaduría urbana, está además aprobado por la junta defensora de animales. Pero la señora Elsa Noguera de la Espriella, en su mitomanía compulsiva y descarada, se dedica a negar la innegable evidencia, los decretos vigentes, la gigantesca construcción, el presupuesto aprobado por ella misma, con comunicados de prensa que faltan a la verdad en todos y cada uno de sus puntos. Es muy fácil gobernar una ciudad cuando la totalidad de la prensa está arrodillada ante los Char Chaljub, la familia reinante. Cuando una sociedad como Barranquilla tomó la decisión de perder la dignidad, el honor y la valentía, envileciendo sus corazones de esa manera, no hay mucho que hacer.
Sabemos de buena fuente que el tema del Holocausto de mascotas de Elsa Noguera (escándalo monumental que sacudió fuertemente la adormecida conciencia ciudadana) fue acallado en la prensa porque corrió mucho dinero por debajo de la mesa. Los que llevamos a cabo la denuncia fuimos amenazados, amedrentados, personalmente mis cuentas personales fueron hackeadas, mis cuentas de Facebook bloqueadas. Tengo pruebas de que mis cuentas de correo son hackeadas y leídas en la actualidad desde la ciudad de Barranquilla, ciudad a la valga aclarar, no visito hace más de un año.
La respuesta de Elsa Noguera al escándalo no fue detener el holocausto de mascotas sino acallarlo en las redes sociales, y como en cualquier vulgar dictadura estalinista, construyó en Barranquilla una realidad virtual que se cae a la primera de cambio.
Detuvieron el clamor popular engañando a las fundaciones protectoras y a la opinión pública, pero han seguido adelante con sus satánicos planes. Y donde está el periodismo independiente de Barranquilla? Olvídenlo! Murió hace 21 años con el asesinato del temerario periodista Carlos Lajub Catalan, cuyo crimen duerme el sueño de los justos, mientras sus verdugos (que todos conocemos) se pasean orondos por la ciudad.
En Santa Marta, por su parte, los perros fueron recogidos y desaparecidos al comenzar el verano por funcionarios de la alcaldía, para preparar a la ciudad para las fiestas del mar, y como no pueden negar la evidencia porque hay fotos y vídeos que lo prueban, sale el secretario de gobierno con la conchudez más grande del planeta, a declarar en la W Radio que estos funcionarios, vestidos con sus uniformes oficiales, en carros oficiales y con guacales e implementos adecuados para capturar a los ángeles, lo hicieron porque les dió la gana y no porque la alcaldía lo hubiera ordenado de ninguna manera. Y como estamos en Macondo, aquí no pasa nada y a nadie le importa.
En el día de hoy, en una reunión en la guardia ambiental, con asistencia de fundaciones protectoras y la veeduría, el subintendente Arturo Gonzales confirmó que el matadero de mascotas de Santa Marta está ya construido en el Km 29 de la troncal del caribe. Esa dirección corresponde a Villa Carmelo, Centro Vacacional. Su propietario es el señor Héctor Camelo, antiguo director de la
Umata de Santa Marta, quién fue capturado por los delitos de peculado y apropiación en el año 2010.
http://www.elinformador.com.co/index.php/judiciales/sucesos/5679-das-capturo-a-ex-funcionario-de-la-umata-de-santa-marta
En Cartagena, “La Fantástica”, el alcalde Dionisio Vélez desoye el clamor de una ciudadanía conmovida e inmensamente dolida por el sufrimiento, tortura y muerte de los caballos cocheros que trabajan en la zona turística, obligados a trabajar sin comer ni beber hasta literalmente colapsar y morir. Pero continua en su malvado empeño de permitir que ese negocio ilegal, que no factura a los pasajeros, que no paga impuestos a la Dian a pesar de mover miles de millones, que no ofrece contratos laborales de ninguna especie a los cocheros, que invade el espacio público con las ilegales caballerizas de Chambacú (que hasta porqueriza de cerdos tiene), que contamina la bahía, continúe impune porque aquí se hace lo que Dionisio Vélez diga, y él siente que está por encima de la Procuraduría, de la Defensoría (quienes le han pedido reiteradamente que suspenda este mal llamado servicio) y de la opinión ciudadana. Además, muy bien lo dijo en la revista Semana “Los caballos están para eso”. No es necesario recordar que Vélez es taurino, eso lo explica todo.
Cuando nuestro corazón no se repone aún de la muerte del último caballo cochero que colapso y murió en Bocagrande, de un paro cardiaco causado por deshidratación masiva, nos enteramos de esta nueva e inminente matanza de ángeles inocentes en Buenaventura, que debe ejecutarse en menos de 72 horas.
Por esto hacemos un llamado urgente a la opinión pública nacional e internacional, para encontrar los mecanismos legales para obligar a la alcaldía de Buenaventura a cumplir la ley 84 de 1989 de bienestar animal.
Las leyes básicas para salvar y proteger a nuestros hermanos animales existen en Colombia, lo que no tenemos es gobernantes de buen corazón, de buenos sentimientos, lo que se convierte en una gran tragedia en el caso puntual de Barranquilla, gobernada por Elsa Noguera, una mujer minusválida, que padece una enfermedad degenerativa, incurable y progresiva, que se ha superado intelectual y políticamente impulsada por el infinito poder económico de su familia, pero que carece por completo de honestidad, ética, sensibilidad o altruismo.
Solo la opinión pública y la presión ciudadana pueden salvar a los ángeles inocentes de las manos de estos sádicos, por esto pedimos la movilización inmediata de los indignados, los defensores de la vida, los activistas, a que nos ayuden a hacer presión internacional, porque por cuenta de Elsa Noguera, Dionisio Vélez, Bartolo Valencia y Carlos Caicedo y un largo etc., los inocentes creados por el señor para servirnos de amorosa compañía y consuelo, no tendrán esperanza alguna de tener ni siquiera la primera oportunidad en esta tierra.
