El alcalde Gustavo Petro se auto proclama defensor de lo público, lastimosamente para todos los bogotanos sus acciones van en el sentido contrario. Uno de los ejemplos más sobresalientes del desmonte de lo público y la profundización del neoliberalismo es en educación, con la implementación en los colegios públicos del distrito de “el currículo para la excelencia y a la formación integral 40 horas”, más conocido como 40 x 40, o mejor aún, la jornada extendida.
Desde 1968, en el gobierno de Carlos Lleras Restrepo, se impuso la doble jornada de 6 horas, como una medida desesperada para dar cobertura sin invertir en infraestructura ni aumento real de la planta docente. Esta modalidad educativa se ha mantenido en el tiempo, y si bien tanto Fecode como la Asociación Distrital de Educadores (ADE) y demás sectores democráticos han reivindicado la jornada de 8 horas completamente pública y de altísima calidad, Petro y Santos hoy se burlan del pueblo colombiano y de los docentes, pues el 40 x 40 no es más sino otro atentado contra la educación pública.
Este programa que intenta imitar a la jornada única no es ni de excelencia, ni de formación integral. Al contrario, en la práctica lo que se evidencia es, primero, hacinamiento pues en los colegios durante las 10 a.m y las 3 p.m hay un cruce de jornadas y la infraestructura es deficiente, segundo, problemas alimenticios, ya que lo que se les brinda a los niños es un refrigerio “reforzado” que no cumple con parámetros mínimos nutricionales y, tercero, problemas convivenciales, por el caos que genera esta política.
Sin contar con la degradación de las garantías laborales para los maestros que ven cómo se aumenta la jornada sin aumentar salario y peor aún, cómo bajo el 40×40 se estableció la tercerización laboral como método de contratación.
Hoy, centenares de profesores están viviendo condiciones precarias en lo que respecta a la contratación, no los contrata directamente la Secretaría de Educación del Distrito (SED) sino que lo hace un tercero como Compensar, esto permite que no pertenezcan a ninguno de los dos estatutos docentes vigentes y sus contratos sean por prestación de servicios renovados cada dos o tres meses, modalidad ya conocida por la vulneración de los derechos laborales que permite el ya flexible código sustantivo del trabajo.
Los profesores reciben su pago de acuerdo a las horas trabajadas que oscilan entre 2 y 4 horas diarias, si por alguno motivo los niños no van al colegio estas horas no se les pagan a los educadores y estos pierden hasta en algunas ocasiones 2 semanas de salario.
Aparte de esto no pagan las capacitaciones, deben trasladarse de un colegio a otro sin reconocimiento de transportes, deben pagar por su cuenta salud y pensión, no tienen prima ni liquidación al finalizar su contrato que como lo expresan los mismos educadores es injusto, pues como son contratados por un privado este, entre sus “bondades”, les hace terminación de contrato a inicios de diciembre y los vuelve a contratar al finalizar enero, y de igual manera en vacaciones de mitad de año, lo que termina siendo cerca de dos meses y medio al año donde los educadores y sus familias quedan sin un ingreso económico.
El programa 40 x 40 no reivindica la excelencia académica, no da una formación integral, y, por el contrario, atenta contra la educación pública. No permitiremos que el PetroSantismo siga retrocediendo en la educación pública de la capital. Con la movilización democrática de todos los sectores implicados defenderemos y reivindicaremos la jornada única de 8 horas con suficiente infraestructura y con profesores vinculados directamente a la planta de la SED, pues solo así se fortalecerá el carácter público de la educación.