Hace treinta y un (31) años nos encontrábamos con la fatal, con la nefasta noticia, hoy convertida en Memoria Histórica: “Hernando Baquero Borda se salvó del holocausto del Palacio de Justicia. (…).
Sin embargo, ocho meses y 25 días después de los hechos del Palacio de Justicia, el 31 de julio de 1986, Baquero Borda sería asesinado por la banda de Los Priscos a órdenes de Pablo Escobar. (…)
Cuando Baquero Borda se dirigía en su automóvil a la Corte Suprema, varios sicarios en moto, (…) lo atacaron a tiros de ametralladora y pistola. (…)
En el hecho murieron dos personas, (…) mientras que la esposa del jurista, Susana Sampedro, recibió varios impactos en el hombro derecho y en una mano”.
Cómo no recordar esa época del terror. Cómo no recordar que corrieron idéntico destino, como consta en libros oficiales, entre otros, los magistrados de la Sala Penal: “REPÚBLICA DE COLOMBIA. GACETA JUDICIAL. ORGANO DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. TOMO CLXXXIII. SEGUNDO SEMESTRE. 1985. JURISPRUDENCIA CONSTITUCIONAL. BOGOTA, D. E., COLOMBIA - IMPRENTA NACIONAL – 1990. (…) SALA PENAL (…) MAGISTRADOS: Luis Enrique Aldana Rozo (+) Fabio Calderón Botero (+) Dante L. Fiorillo Porras (+) (…) Hernando Baquero Borda (+) Alfonso Reyes Echandía (+) Pedro Elías Serrano Abadía (+) Darío Velásquez Gaviria (+)”; una masacre.
Hoy, se percibe la oscuridad absoluta; … nada pasó: “Hernando Baquero, un magistrado en el olvido. (…) la seguidilla de asesinatos que se vino en 1986 da fuerza a la hipótesis de que los sicarios de Pablo Escobar asesinaron a las personas que lo confrontaron públicamente y desde la legalidad. (…) La familia del magistrado Baquero siente hoy que la historia de Colombia ha sido muy injusta con su memoria. La prueba es que durante estos 30 años que han transcurrido, el nombre de Hernando Baquero Borda no ha figurado ni en el más sencillo de los homenajes a las víctimas del narcotráfico. Además, la justicia nunca desenmascaró a los culpables del crimen. Y, a la larga, la violencia lo enterró en el anonimato sin que el país hoy conozca su valiente legado”; y, es verdad, el Magistrado se encuentra en el olvido.
La suerte estaba echada: “El magistrado Hernando Baquero Borda (…) Había sido corredactor del Código Penal de 1980 y, siendo procurador, había estado en Washington revisando el tratado de extradición con Estados Unidos. (…)
Otro magistrado de la Sala Penal de la Corte, Luis Enrique Aldana Rozo, murió el 17 de octubre de 1986. Como Baquero, había estado en Washington revisando el mismo tratado. Aldana recibió en su casa un féretro con una leyenda: "es para usted". Un presagio.
Al ser olvidado su nombre, su trayectoria, sus ejecutorias,
se pierde: su legado
Clara y evidente: “La causa del asesinato de Hernando Baquero Borda no parecía ser otra distinta a la de su participación en calidad de funcionario de la Procuraduría, en el estudio y redacción de los primeros borradores que se hicieron del Tratado de Extradición (…)”, solo en una investigación tangencial, no en el caso, la Corte Suprema de Justicia, en oportunidad, consideró que[1]: “LUIS EDUARDO OSORIO y GARCIA SALDARRIAGA, lo mismo que ELKIN DE JESUS GARCIA culpables de la muerte del doctor Baquero Borda, fueron muertos con posterioridad a la comisión de los homicidios, exhibiendo un modus operandi urdido por el programador y determinador del homicidio (…) según lo revelado por Velásquez; (…)”; así, no hubo responsable alguno; y continua la recordación, “Aparte de sus actividades profesionales, su inquietud intelectual lo llevó a ser miembro de la Academia Colombiana de la Lengua”; al ser olvidado su nombre, su trayectoria, sus ejecutorias, se pierde: su legado.
Hoy me detengo, para hacer un homenaje al Magistrado Baquero Borda que encarna también la suerte de tantos y tantos servidores de la justicia que, por el ejercicio de su mandato fueron inmolados y cuyos casos se encuentra en la oscuridad: avatares, riesgos de los correctos: riesgos mortales, fatales de la Magistratura.
[1] Corte Suprema de Justicia. Sala de Casación Penal. Sentencia de dos (2) de abril de mil novecientos noventa y ocho (1998). Rad.: 13200. M. P. DR. JUAN MANUEL TORRES FRESNEDA.