Cuando lo eliminaron hubo júbilo en el equipo de los santandereanos. Habían sido varios intentos por lograrlo pero el equipo ya estaba convencido de que el antiguo integrante de los vallecaucanos era invencible. Parecía que nada ni nadie podía sacarlo y sin importar cuántas veces lo mandaran al desafío a muerte, siempre iba a regresar. Por eso cuando regresó de enfrentar a Nathy, su ex compañera de equipo, la sorpresa fue grande. Sin embargo, ninguno fingió tristeza de que Óscar por fin saliera del reality. El único que le dio unas palabras de despedida y un abrazo decente fue Frank. Jose, el participante más odiado por los televidentes, fue el que más se alegró.
Sin embargo, la alegría en el equipo santandereano duró poco. Las lesiones que Jose había sufrido lo obligaron a renunciar. Todos sabían que por norma general cuando un participante renuncia o es expulsado, reingresa el último eliminado en su reemplazo. Aunque Jose aceptó haber sido capaz de quedarse solo para impedir el reingreso de Óscar, prefirió no poner en riesgo su propia salud. Así, como si fuera un castigo divino, el participante que tanto matoneó terminó ocupando su lugar en el reality. Con esto, Óscar completa seis desafíos a muerte de los cuales ha ganado cuatro y las dos veces que ha sido eliminado, ha terminado reemplazando a otro participante. Ahora pasó con Jose pero antes había pasado con Tatiana, del mismo equipo de los santandereanos. Por eso dejó el equipo de los vallunos.
Desde que llegó al equipo santandereano los conflictos se encendieron. En una ocasión se negaron a compartir la comida con él. Paradójicamente Óscar ha hecho que los integrantes del equipo se mantengan en el juego. Cada vez que alguien del equipo debe ir a desafío a muerte, los santandereanos usan a Óscar como comodín para que ninguno de ellos corra el riesgo de ser eliminado si pierde. En todo caso, el valluno de 29 años se ha convertido en una de las leyendas del programa en toda su historia. Nunca antes se había visto un participante que tuviera su misma capacidad de supervivencia.
A diferencia de la gran mayoría de participantes hombres del reality, Óscar no tiene grandes músculos ni puede levantar tres veces su peso. No alza pesas, ni hace calistenia o es entrenador personal de famosos. Es delgado y la fuerza no es su mayor cualidad. Sin embargo, su agilidad sobresale en las pruebas. Antes de estar en el programa era un consagrado maratonista, duatlonista y triatlonista que ha ganado premios en Cali, Caracas, Panamá y Guatemala. Ha estado corriendo desde los nueve años, cuando empezó en su natal Sevilla, Valle. Tampoco hace esfuerzo alguno por ocultar su homosexualidad. De hecho, ha reconocido que extraña a su pareja.
A juzgar por el movimiento de su cuenta de Instagram, si Oscar no llegó a la final del programa, de todos modos debió llegar lejos. Es posible que todavía esté en República Dominicana porque aún no retoma él la cuenta, sino que lo hace su familia. Ellos mantienen actualizados a los más de 60.000 seguidores que están pendientes de Óscar.
Contrario a lo que los televidentes que cada noche lo ven sufriendo, su mayor guerra no ha sido la que tiene con el equipo de los santandereanos. Una vez ganó una batalla contra un cáncer gástrico que casi lo deja por fuera de las competencias. En esa ocasión Óscar venció a la mismísima muerte como lo ha hecho con cada uno de los participantes del desafío que ha sacado del juego. No es de extrañar lo que está haciendo en el programa.