En menos de dos décadas Colombia ha afianzado la relación diplomática y comercial con la nación que estaba pisando fuerte en el desarrollo del Oriente Medio y escalaba los primeros lugares en la Organización de Países Exportadores de Petróleo (Opep). Los Emiratos Árabes Unidos son hoy amigos dispuestos a darle una mano a la paz, a ayudar en la pandemia, los inversionistas que buscan espacio entre los de los grandes grupos económicos, la minería, la energía, la banca, las esmeraldas.
El expresidente Álvaro Uribe inició las relaciones en 2006, a partir de un primer encuentro del ex congresista y empresario José de la Espriella con el jeque Tahnoon bin Zayed Al Nahyan presidente de Royal Group en Abu Dabi. Esta reunión abrió la puerta para que posteriormente el Presidente Uribe recibiera en la Casa de Nariño una delegación diez ejecutivos del poderoso conglomerado emiratí.
Las actuaciones del gobierno no se hicieron esperar y se concretaron los protocolos para inciar el intercambio. Se emitió un decreto que abolió la visa para los ciudadanos emiratíes y fue ésta una señal de buena voluntad que aplaudieron los árabes.
Tres años después el entonces ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, visitó el emirato como invitado a la inauguración de la pista de fórmula 1 de Ferrari, en 2009. Jose Guerra de la Espriella también estuvo como invitado en la tribuna especial del gobierno de Emiratos Arabes y aun representa ese país, a través de su oficina, para posibles inversiones en el país.
En los primeros tres años del gobierno de Juan Manuel Santos 8000 colombianos viajaron a Emiratos Arabes Unidos y a finales de su primer cuatrenio, en 2014, con María Ángela Holguín como canciller, abrió el consulado de Colombia en Dubái. En 2017 los emiratíes se matricularon con la paz firmada con la guerrilla de las Farc y aportaron USD 45 millones para la implementación del acuerdo tras la visita oficial de Santos, recibido por el hoy presidente Mohamed bin Zayed al Nahyan.
Doce meses después su bandera ya ondeaba en la carrera 7 de Bogotá, en el barrio Quinta Camacho en la que fuera casa de una familia tradicional bogotana. Y el 20 de julio de 2019 la colombiana se izaba en lo más alto de la torre más alta del mundo, en el Burj Khalifa, en Dubái, para conmemorar la independencia. Con el presidente Iván Duque fueron los amigos que durante la pandemia de covid-19 volcaron tres envíos en aviones de Etihad Airways hacia ciudades como Medellín y Barranquilla con productos desde pruebas rápidas hasta ventiladores.
La relación ha sido de doble vía y marcada por el interés en la inversión de los ingentes recursos de los EAU, -la monarquía federal fundada en 1971 por siete monarquías absolutas- que manejan el 6 % de las reservas probadas mundiales de petróleo. Los enormes fondos de inversión en manos de la familia real han puesto la lupa sobre variedad de negocios en Colombia que tienen el atractivo de su ubicación estratégica en Latinoamérica y están línea con la diversidad que buscan en la transición energética.
El irresistible oro de Santurbán
El primer interés árabe se centró en la mina de oro de Santurbán. La selección cuidadosa de esta primera inversión los llevó a contratar al ex primer ministro británico Tony Blair, con acceso a la información de Planeación Nacional a través de un contrato de 2013. El título minero de Santurbán que estaba en manos del banquero brasileño Elke Bautista, fue dado en pago a los árabes tras la quiebra del enorme grupo sudamericano en 2014 y cuando Santos fue a Dubai recibió no solo los dólares para la paz, sino USD 1.000 millones para la inversión adicional en la mina de oro.
Pero los problemas medioambientales y decidida acción de la comunidad para proteger el cerro de Santurbán detuvieron el proyecto del fondo Mubadala que administra activos por USD 17.000 millones y está presidido por el jeque Mansour bin Zayed, vicepresidente de EAU. La empresa Minesa, propiedad de Mubadala, adelanta el proyecto Soto Norte que pretende explotar durante 25 años más de 9 millones de onzas de oro en el municipio de California, Santander. Allí tiene 380 hectáreas disponibles, pero la extracción se circunscribiría a unos 2 k a lado y lado de la quebrada La Baja.
La licencia ambiental está archivada desde el 2020. En marzo del 2022 Minesa le vendió el 20 % del proyecto a la multinacional canadiense Aris Gold que es propietaria de la mina de Marmato, en Caldas y que podrá aumentar hasta 30 % su participación del negocio.
El 5 de diciembre pasado se confirmó la decisión del gobierno de Gustavo Petro de no explotar el oro de Santurbán. En medio de la conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP28) en Dubai y con ocasión de la firma Acuerdo Integral de Asociación Económica entre Colombia y EAU (Cepa, por sus siglas en inglés) que llevó dos años, el ministro de Comercio Germán Umaña resaltó “cumpliendo con la sentencia de la Corte Constitucional sobre la delimitación de los páramos, en ningún caso se aceptará la explotación de oro en el Páramo de Santurbán. Son instrucciones del presidente”.
El poderoso jeque que llegó a Nutresa
El desembarco de las inversiones emiratíes ha tenido su punto más alto en la sociedad que con el Grupo Gilinski hizo para quedarse con el 87 % de Nutresa, tras una toma hostil al Grupo Empresarial Antioqueño, una de las más largas batallas empresariales de este siglo en Colombia. El socio de los magnates caleños es el jeque Tanhnoon bin Zayed Al Nahyan, uno de los más poderosos de la región. Ocupa el cuarto lugar jerárquico, pero pocos dudan que su poder solo sea superado por el de su hermano mayor Mohamed bin Zayed (apodado MBZ) el actual presidente del país.
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La relación con la familia de Jaime Gilinski parece ser de vieja data y algunos la aproximan a la embajada de su padre Isaac en Israel durante el gobierno de Álvaro Uribe a comienzos de este siglo. Otros, a los negocios inmobiliarios en Panamá cuando la Base Howard, la antigua base militar de Estados Unidos, fue convertida por Gilinski en Panamá Pacifico, el más audaz proyecto inmobiliario del mundo, según la revista Forbes. El Royal Group de Tahnoon bin Zayed Al Nahyan, se quedó con el 50 % de participación, después de dos años de negociaciones, y se volvió su gran aliado en 2010.
Trece años después el jeque cerró con Gilinski el negocio de Nutresa, la multilatina que posee las firmas de alimentos más queridas por los colombianos. El grupo caleño la sumó a su holding empresarial, y el árabe a su portafolio de International Holding Company (IHC), uno de los fondos más grandes del mundo con el que se realizó la transacción. IHC está valorado en USD 239.000 millones, y a ellos Tahnoon le sumó el 4 de enero un nuevo holding de USD 27.000 millones, llamada 2PointZero. IHC tiene ahora el doble de tamaño de Goldman Sachs Group y Blackstone Inc.
Esmeraldas de Coscuez y banco digital
Los árabes también han puesto su lupa sobre las esmeraldas de Coscuez. Hace cuatro años, en el 2018, llegó la multinacional Fura Gems, con sede en Dubái, especializada en la producción de piedras preciosas, y en junio del 2023 anunció inversiones por USD 200 millones en los próximos cinco años que convertirían a la mina en la más grande el mundo. Dev Shetty, el CEO de Fura Gems y la subastadora inglesa Bonas, ya han realizado cuatro subastas de las piedras que se comercializan en bruto, obtenidas en las 46 hectáreas en San Pablo de Barbor, Boyacá.
International Holding Company (IHC) no solo ha puesto sus dólares en Nutresa. El jeque Tanhnoon bin Zayed Al Nahyan ya le había inyectado USD 200 millones a Lulo Bank quedándose con el 49 % de la entidad financiera de los banqueros Gilinski. Lulo Bank es el primer banco digital autorizado a operar en Colombia por la Superintendencia Financiera, tiene actualmente, cerca de 100.000 usuarios activos y en su despegue registró pérdidas que en marzo 31 de 2023 totalizaron 20.342 millones de pesos.
El interés de los nuevos amigos de Emiratos Árabes también parece centrarse en grandes proyectos agroindustriales en los Llanos Orientales y en la energía térmica que empieza a tener relevancia con la entrada del fenómeno del Niño. Pro también en la construcción de un hospital en la que pondrán USD 40 millones para enfrentar la crisis humanitaria en La Guajira, así como proyectos de promoción de turismo en la región. Los “trillones de dólares” que deslumbraron a Santos en su viaje a Dubái apenas están empezado a llegar.
- Esta nota, publicada el martes 13 de febrero de 2024 fue actualizada el 15 de febrero del mismo año
