Origen del ordenamiento jurídico como contrato social

Origen del ordenamiento jurídico como contrato social

Y los problemas que afronta el ordenamiento jurídico en Colombia

Por: Alvaro Fuentes Landazuri
mayo 20, 2015
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Origen del ordenamiento jurídico como contrato social
Foto: tomada de internet

Desde la creación del ser humano, ya sea por la teoría del caldo primitivo de Oparin, la selección natural de Charles Darwin, la visión religiosa que habla de Adán y Eva, la mítica o la de los primeros homínidos. El hombre se caracterizó por su libertad ilimitada, en donde no había orden y mucho menos regulaciones que lo limitaran, era nómada al principio después de un tiempo se volvió sedentario ,había caos y el poder que fue la principal lucha, detentaba en aquellos que eran más fuertes o poseían más habilidades.

A lo dicho anteriormente, en donde se describía lo que caracterizaba al hombre desde su creación, también se le puede llamar como el estado de naturaleza que explica Thomas Hobbes como “el estado natural de los hombres es un estado de guerra interminable, de guerra de todos contra todos y que la razón de que el estado natural sea así se explica, fundamentalmente por dos razones: el hecho de que en el estado natural no hayan normas intersubjetivamente válidas y por el hecho de que los hombres obren por motivos egoístas”.

Partiendo de la definición que brinda Thomas Hobbes del estado de naturaleza, se empieza hablar de lo que plantean los teóricos contractualistas, incluyendo al ya nombrado anteriormente. “Estos plantean el llamado contrato social o pacto del nuevo orden, en el cual los individuos renuncia a ser naturalmente libres, en este pacto que se hace voluntariamente, se empieza a regular la convivencia mediante leyes que garanticen la perpetuación y la duración del sistema.”

Desde el contrato social, se comienza a formar lo que conocemos hoy en día como el ordenamiento jurídico, el cual es la base y fundamento de todo estado en la actualidad. Este ordenamiento se puede definir, según Rafael Díaz Roca, como “el conjunto sistemático de reglas, principios o directrices a través de las cuales se prefigura la organización de un grupo social, o partiendo de los cuales, se realiza dentro de un grupo social una función de pacificación y satisfacción de conflictos, pretensiones e intereses intersubjetivos.” (Monroy Cabra)

De acuerdo a este concepto, se puede determinar que el ordenamiento jurídico tiene la misión de regular la vida de los hombres en sociedad a través de un sistema organizado y estable. Partiendo de esa definición se hace preciso adéntranos en el ordenamiento jurídico colombiano ¿Cuáles son los problemas que este afronta en la actualidad?

Tradicionalmente, un ordenamiento jurídico tenía como problemas las antinomias que, como las define Bobbio, es aquella situación en la que se encuentran dos normas, cuando una obliga y la otra prohíbe, o una obliga y la otra permite, y las lagunas jurídicas que son la ausencia de reglamentación legislativa en una materia. Usualmente se discutía acerca de cómo estas dos tenían incidencia en la plenitud y coherencia del ordenamiento o de las llamadas imperfecciones legislativas. Eran problemas bastantes menores, comparados con los que se pueden ver en la actualidad. En donde la corrupción ha descarriado los principios por los que estaban regidos los ordenamientos jurídicos y específicamente en Colombia.

El fin de todo ordenamiento jurídico es mantener la convivencia y la pacificación entre los habitantes y la sociedad, pero aclaro, a lo largo del tiempo, como ya lo mencione anteriormente, que estos principios que dieron inicio al ordenamiento han venido mermando en la mayoría de los países, y Colombia, puntualizo, no es la excepción.

Este país se encuentra azotado, incesante y violentamente por la corrupción, en donde el sistema público está viciado, la inflación legislativa no da treguas, las instituciones que regulan el comportamiento de la sociedad están debilitadas y el prevaricato deja muy mal parado a al sistema judicial, pues es un delito que consiste en que una autoridad, juez u otro servidor público dicte una resolución arbitraria en un asunto administrativo o judicial, a sabiendas de que dicha resolución es injusta, como ejemplo: “Hugo Carmelo Ortiz Clavijo, el juez que falló una tutela contra los recicladores de Bogotá y en favor de la Unidad Administrativa Especial de Servicios Públicos de Bogotá (Uaesp),y fue capturado por la presunta comisión del delito de prevaricato por acción en ese trámite jurídico”

Para concluir, vale decir que estos hechos demuestran que el ordenamiento jurídico está debilitado y urge pronto que se renueve o, por lo menos, se la haga frente a los problemas que este tiene, ya que el más perjudicado, al final, sería el pueblo. Este se encuentra a expensas de un ordenamiento, en el que no sabe que esperar, pues nadie le va a garantizar que se le cumplan sus derechos en un sistema que está putrefacto y que es manejado, en su mayoría, por ladrones de cuello blanco, que lo utilizan a su antojo y solo esperan sacar la mejor rebanada.

Dice Rawls: «una sociedad bien organizada exige la condición de la estabilidad».

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