Hace algunas semanas me pidieron evaluar los proyectos que se presentaron como candidatos para el Premio Chris Nicol de software libre otorgado por la Asociación para el Progreso de las comunicaciones (APC). Este premio constituye un reconocimiento a las iniciativas que ayudan a la gente a empezar a usar software libre o que se dedican a promover el cambio social y a poner en marcha proyectos de desarrollo utilizando software libre. En particular reconoce iniciativas innovadoras que se centran en grupos de usuarios que antes no podían usar las TIC porque no son “rentables” para los proveedores de tecnología convencionales.
La labor de evaluar y conocer los proyectos que se presentaron la compartí con Ragib Hasan, Nnenna Nwakanma y Wojtek Bogusz. Al pie de esos gigantes me sentí pequeñita, sobre todo frente a Nnenna, quien para mí es una fuente de inspiración y se volvió un referente con su maravilloso, elocuente y muy acertado discurso durante la apertura de NetMundial.
La tarea de ser jurado fue interesante. De los proyectos postulados soy usuaria diaria de uno, Debian, mi distribución Gnu/LInux habitual de los últimos 5 años. De otros dos proyectos soy fan: Calibre, un software que uso para gestionar libros digitales, cambiarles el formato y enviarlos a otros dispositivos de lectura y Tails, un sistema operativo portable que busca garantizar la privacidad de sus usuarios y que yo llevo en mi llavero para cuando pueda ser necesario. Los otros proyectos incluían al sistema operativo 100% libre Trisquel, la plataforma de estadísticas Piwik, F-Droid, un market de aplicaciones de software libre para Android y el proyecto de accesibilidad de Gnome que en los últimos años se ha planteado la tarea de hacer posible a las personas con algún tipo de dificultad (física, motora, visual o auditiva) entrar en el mundo del software libre. Todos estos son proyectos de desarrollo con una larga trayectoria, a los que se otorgó una mención espacial, pero no ganaron.
Los últimos dos proyectos que debimos evaluar: Nuestra red LaLoLib y Hexoquinasa, correspondían a otra lógica, implementaciones en comunidades particulares. Por estos dos últimos proyectos no pude votar, me declaré impedida, en ambos casos conozco desde hace años a las personas que los desarrollan, los considero amigos cercanos además, he tenido la oportunidad de trabajar con ambos. Para mi alegría, estas dos fueron las propuestas que los demás jurados votaron como finalistas. La razón, las dos son implementaciones que buscan acercar el software libre a sus comunidades, pero más allá de eso, las dos son propuestas que buscan el empoderamiento local con el uso de software libre.
Hexoquinasa es un proyecto liderado por Somos Azúcar, una iniciativa que surge en Perú, pero que también desarrolla proyectos en Colombia en el marco del proyecto OLPC. Además de proveer una actualización del sistema operativo Sugar, Hexoquinasa brinda acceso a la Red Azúcar, una especie de red social que en realidad es un lugar de encuentro para todos los niños y niñas que usan dispositivos OLPC, sus maestros y también a los desarrolladores. Esta red es un espacio para obtener, discutir y construir software, contenidos y recursos educativos. A ellos los conocí en 2008 cuando se realizó una maratón de traducción de software y manuales a español, que luego replicaron para construir la traducción a quechua. Más adelante trabajamos juntos buscando apoyar las implementaciones que se estaban haciendo en Colombia. Justo ahora están terminando un curso de programación en python con niños en Chía y organizando el siguiente maratón, que esta vez con la excusa de desarrollar juegos pretende ser un espacio de encuentro para las personas que participan de las implementaciones de OLPC en Colombia, Perú y Uruguay. Lejos de ser solo desarrolladores o capacitadores ellos han aportado permanentemente una visión crítica y reflexiva sobre el proyecto, han mantenido un profundo interés en la construcción de comunidad y se han centrado en la mirada social y política de las implementaciones de OLPC, algo muy difícil de hacer en este tipo de proyecto. No ganaron pero estuvieron muy cerca.
Nuestra Red LaLoLib es el último proyecto de ConVerGentes, una comunidad de práctica que empezó su trabajo en 2004. Yo los conocí en un Campus Party en 2008 y desde entonces los acompaño en su involucramiento en la cultura libre y el software libre. En sus primeros años recuperaban la memoria histórica de su vereda, La Loma, en Medellín. Aprendieron a usar textos, fotos, audios y videos para contar sus historias. Después, comenzaron a utilizar blogs y se convirtieron en periodistas ciudadanos. Decidieron involucrarse en el programa de presupuestos participativos y cuando empezaron a formular proyectos se dieron cuenta que ellos no aparecían en los mapas oficiales, así que se volvieron cartógrafos comunitarios y construyeron su propio mapa usando OpenStreetMaps. Ahora están construyendo su propia red para ofrecer servicios de comunicación y educación a través de esta. Este fue el proyecto ganador, para mí son un gran ejemplo de lo que una comunidad puede hacer cuando se encuentran empoderados por las tecnologías relacionadas con el software libre y las utilizan en sus propios términos. Ejemplos a seguir.
------
RedPaTodos es un colectivo de organizaciones e individuos de la sociedad civil que promueve un uso incluyente de Internet y aboga por el respeto a los derechos fundamentales y las libertades civiles de todos los colombianos en el entorno digital.
http://redpatodos.co/
@redpato2
http://www.facebook.com/RedPaTodos
Este artículo está licenciado CC-BY-SA 2.5 Colombia. Usted puede copiar, distribuir, ejecutar y comunicar públicamente este artículo, incluso si el uso que hace es comercial, siempre y cuando de los créditos correspondientes. Puede hacer obras derivadas si la nueva obra es distribuida con una licencia idéntica a esta. Para conocer el texto completo de la licencia visite http://creativecommons.org/licenses/by-sa/2.5/co/
