A partir del 01 de enero del 2020 iniciaron sus periodos de gobierno los alcaldes y gobernadores elegidos en las pasadas elecciones regionales. Los retos que se avecinan en materia de ordenamiento territorial para cada uno de ellos son mayúsculos, pues en la mayoría de los casos tendrán que llegar a resolver problemáticas heredadas por sus antecesores o sencillamente afrontar nuevos desafíos propios de cada territorio, sin tener a la mano herramientas que les permita hacerle frente a los obstáculos, que ineludiblemente se les presentará a lo largo de sus administraciones.
El actual ministro de Vivienda Jonathan Malagón, dentro de la Ruta del Desarrollo Sostenible, mencionó que 842 POT se encuentran obsoletos y deben ser reformados. La labor de reformar los POT debe ser asumida por las nuevas administraciones, es decir, los alcaldes y los concejos municipales. Para los gobernadores departamentales el reto, sobre ordenamiento, es iniciar el arduo camino para expedir los POTD (Planes de Ordenamiento Territorial Departamental), pues hasta la fecha solo el Valle del Cauca, mediante aprobación por parte de la asamblea departamental, adoptó su POTD, y se espera que se convierta en el modelo a seguir para los demás departamentos que conforman el territorio colombiano.
Si bien los POT se convierten en la urgencia del momento, no se puede olvidar que los municipios también deben adoptar o reformar otros instrumentos de planeación como lo son los PMGRD y los PGIRS, los cuales permiten tener a la mano instrumentos para la gestión del riesgo y manejo de los residuos sólidos. Tanto los departamentos como los municipios deben aportar en la construcción de los POMCA (Planes de Ordenación y Manejo de Cuencas Hidrográficas), que si bien son construidos por las CARs, este instrumento sobrepasa los límites departamentales y municipales generando controversias en la mayoría de los casos.
Aunque los alcaldes y gobernadores tratan de regirse por sus planes de desarrollo, lo cierto es que sin la implementación de los instrumentos de planeación será prácticamente imposible mejorar las condiciones de vida de la población, ante esto surge la preocupación sobre el escaso valor que tiene el asunto para los dirigentes territoriales que en un alto porcentaje desconoce la importancia del ordenamiento territorial, por tal razón, en la mayoría de municipios encontramos POT mal formulados, sin tener siquiera soportes cartográficos que permitan reconocer las características del territorio para la toma de decisiones.
Cada uno de los instrumentos mencionados necesariamente requieren de información espacial, es decir cartografía, que permita tomar decisiones sobre el territorio de una manera eficaz, en este sentido, el conocimiento por parte de las administraciones territoriales sobre las tecnologías de información geográficas y sus aportes a la planeación territorial son prácticamente nulas, pero necesarias y urgentes . Actualmente existen cientos de herramientas de uso gratuito que permiten obtener información espacial y utilizarla para el desarrollo local y regional en distintos ámbitos.
Ante los retos que se avecinan, se hace indispensable contar con herramientas que permitan tomar decisiones acertadas. Es imposible hacer una buena gestión dejando de lado los distintos instrumentos de planeación, que en todos los casos deberá contar con sus soportes cartográficos que permita leer o acercarse a las realidades del territorio.