Dos hechos en redes esta semana de diciembre han cautivado nuestra atención:
- La exposición mediática a la que fue sometido “ imauri13”, tildado en algunos medios como un “don nadie” tras la imagen que divulgó Mariana Pajón por haber sido tratada por dicho usuario de Perr…..y de hijue…..
- La tutela que ganó en primera instancia el alcalde de la ciudad de Honda contra un abogado que lesionaba constantemente la honra y reputación de dicho mandatario en las cuentas de Facebook.
Las personas que usan redes generalmente desconocen la distinción entre opinar e informar. La libertad de expresión comprende las dos anteriores, pero la libertad de opinión, aunque no admite acciones de tutela, cuando se usa ofendiendo a las personas amerita un llamado de atención.
Decir que Mariana Pajon es una Perr….. hijue….., ciertamente no es una opinión, es un claro insulto público, que ella misma supo manejar con bofetada de guante blanco y que llevó a que incluso le tomara un pantallazo al mismo y lo republicara para poner en evidencia a ese “don nadie” como lo llamaron algunos medios.
¿Será que ese tal "imauri13” aún tiene cuenta en Instagram o será que no, ya sea porque se la cancelaron o porque salió corriendo a cerrarla? Eso ya no es relevante y ciertamente lo que dicho usuario opine o escriba ya no será de interés para muchos; no obstante, se hizo famoso por cuenta de Mariana Pajón.
Y quiero llamar la atención de quienes usan las redes pensando que pueden ir insultando y agrediendo a las personas sobre la base de pensar que no serán vistos o sancionados por ello. Nótese que de igual manera cualquier persona puede tomar un pantallazo de lo que usted le dice en las redes y usarlo (ya que es un documento electrónico ley 527 de 1999) para interponer una acción de tutela en su contra por lesionar el buen nombre o la honra y si se trata de un personaje público con mayor razón usted se arriesga a ser el “don nadie” más famoso.
Opine sí, pero con respeto. Si a usted como a mí no le parece bien que Mariana Pajón publique en sus redes fotos donde sale con Popeye, pues dígalo, pero sin insultar.
En lo que respecta al otro caso, el del alcalde de Honda que ganó tutela contra un abogado que lo insultaba a través de las redes, aplaudo que nuestros jueces ya tengan una visión más clara de como las redes son un vehículo de comunicación con una altísima capacidad de causar daño a la reputación, el buen nombre y honra de las personas.
Fallo ejemplar que sigue los de otros países en donde dado que la lesión al buen nombre es constante (no es como en un medio impreso, radio o televisión) se ordena rectificar al ofensor en los mismos medios y redes donde agredió y por treinta días, lo cual ciertamente lo sobreexpone frente a sus amigos, familiares y vinculados a las redes.
Recuerde esto: no publique en redes lo que no tiene el valor de decirle a una persona en la cara.
