Operación Cangrejo Negro: un paso adelante y dos pasos atrás

Operación Cangrejo Negro: un paso adelante y dos pasos atrás

Una perspectiva a raíz del plan que busca la recuperación ambiental de Providencia tras el devastador paso del huracán Iota

Por: Luis Alfredo Muñoz Wilches
diciembre 10, 2020
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Operación Cangrejo Negro: un paso adelante y dos pasos atrás
Foto: MinAmbiente

“El verdadero milagro no ha sido que la Virgen María de Providencia se mantenga en pie, sino que las gentes raizales hayan sobrevivido al huracán Iota” (raizal de Providencia).

Después de la visita presidencial a Providencia para repartir unas vituallas que calmaran la sed de sus desolados pobladores raizales, el ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible Carlos E. Correa anunció la Operación Cangrejo Negro, un plan de restauración a ejecutarse en 100 días por parte de las entidades del Sistema Nacional Ambiental (Sina).

Para la ejecución del plan, entidades como el Ideam, el Sinchi, Invemar, el Instituto Humboldt, Anda, Parques Nacionales y la Corporación Coralina, desplazaron sus equipos técnicos con el propósito de verificar y evaluar los daños provocados por el paso devastador del huracán Iota, el pasado 16 de noviembre.

El huracán alcanzó la categoría 5, la más alta de los huracanes y se convirtió en el primero de esta magnitud en golpear de forma violenta a las islas; generando la muerte de 3 personas, la desaparición de 2 más, la destrucción del 98% de las viviendas, la infraestructura y la más grave afectación de los (6) ecosistemas de Providencia y Santa Catalina. A pesar de las múltiples advertencias y de las alertas tempranas de diferentes organismos nacionales e internacionales como el Sistema Nacional para la Atención y Prevención de Desastres (Ungrd) y Centro Nacional de Huracanes (NCH), en su sigla en inglés)

La devastación de Providencia y Santa Catalina es extremadamente grave; sin embargo, desde hace más de 6 años distintas voces habían advertido de la alta vulnerabilidad de las islas ante un eventual evento climático de las proporciones del huracán Iota.

El Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático (DNP y Mads, 2012) había señalado que el 80% de los efectos del cambio climático se sentirían con mayor fuerza en la región del Caribe colombiano. Así mismo, el Ideam (2018) en su tercera comunicación sobre el cambio climático señaló que San Andrés y Providencia estaba en el primer lugar de los “departamentos más vulnerables ante el cambio climático”. Igualmente, Coralina (2014), advirtió de estas amenazas y señaló las fallas en la infraestructura que en un 40,3% estaban en regular estado y un 34,5% en muy mal estado. Además, había llamado la atención sobre la precariedad del 80% de las viviendas de la población raizal, construidas en madera y con techos de zinc.

Sin embargo, poco o nada se ha hecho al respecto. En una auditoría, la Contraloría General de la República (CGR, 2018) señaló que, de los 324.000 millones de pesos destinados en el Plan de Ordenamiento Territorial (POT) para la protección de la Reserva de la Biosfera Seaflower, no se evidenciaban las obras de adaptación al cambio climático.

En la historia política del árchipiélago de San Andrés y Providencia es bien conocida la corrupción de las élites gobernantes que han terminado llevando a la cárcel a varios alcaldes y gobernadores de las islas.

Recientemente, varios investigadores y académicos como Gladys Bernal, Phd en ecología marina y experta en oceanografía costera, ante los efectos de los huracanes Johan (1998) y Beta (2005), había señalado la importancia de fortalecer los sistemas de monitoreo ante el incremento de su frecuencia y magnitud en el mar Caribe. “Todavía se está discutiendo esto en los círculos científicos, pero existe un consenso generalizado acerca de que los huracanes de categoría 3 se están transformando rápidamente en categorías 4 y 5”, afirmó ella a la sección Medio Ambiente de El Espectador (21/11/2020)

Como se ha avanzado poco o nada en materia de adaptación al cambio climático, los estragos devastadores del huracán Iota le pasaron factura al archipiélago. Según Andrés Osorio, director de la Corporación Centro de Excelencia en Ciencias Marinas (Cemarin), los sistemas de arrecifes y corales existentes en las zonas costeras del archipiélago constituyen las mejores barreras naturales para controlar el oleaje y proteger la pesca costera artesanal. Igualmente, el biólogo caribeño Julián Prato, señala que tanto los arrecifes de coral como los manglares protegen las zonas costeras de los altos oleajes y de los embates de los huracanes.

Según la evaluación preliminar realizada por Coralina e Invemar, el huracán Iota dejó una gran afectación de los arrecifes coralinos, dejando una gran cicatriz en las colonias costeras de Providencia y Santa Catalina. De acuerdo con Andrés Caicedo, director del proyecto de monitoreo Coralina de Paz, el 41% de ellos presentan signos de afectación y el 5% están muertos.

Así mismo, el ecosistema del bosque seco tropical y las áreas seminaturales que abarcan 1.704,2 hectáreas, correspondientes al 77,8% de los suelos de la isla donde se desarrollan las actividades agrícolas sufrieron quemaduras y el derrumbamiento de árboles de los principales cultivos de almendros, coco, plátano, frutos de pan, mamón, tamarindo, aguacate, caucho y mangos, entre otros. De acuerdo con las evaluaciones preliminares el 28,8% de dicha cobertura presenta amenazas moderadas y 17% graves riesgo de pérdida total.

De tal manera que las severas afectaciones a los ecosistemas agroecológicos de las islas de Providencia y Santa Catalina constituyen una grave amenaza a la seguridad y soberanía alimentaria de los habitantes de las islas, que requieren de urgentes y potentes planes de restauración que hasta el momento brillan por su ausencia; situación que se agrava por la no presencia de entidades del sector agropecuario como el ICA, la Upra, Aunap, Agrosabia, las agencias de desarrollo rural y el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, en los equipos técnicos que el gobierno nacional desplazó al territorio. ¡Un paso adelante y dos pasos atrás!

Posdata:

Me uno al duelo por el fallecimiento de dos grandes cuidadores de los ecosistemas de Providencia y Santa Catalina: Nicasio Howard, Mr. Nick, guarda del área marina de Seaflower, y Ardonik Livington Bernal, dirigente agrario que nos acompañó en la formulación del Plan Agropecuario y Pesquero Municipal (PAM) de Providencia y Santa Catalina.

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