En mi casa hay un olor fétido que sale del baño, es una situación penosa sobre todo en tiempos de encierro. El COVID-19 no se conformó con quitarme el empleo y la posibilidad de estudiar de manera presencial, ahora me castiga impidiéndome ir al baño en paz, pues la fosa séptica de mi casa está rebozando. ¡Por suerte mi padre la hizo en el callejón!
La situación es preocupante debido a que el baño está en medio de dos cuartos y al frente de la sala, donde se encuentra el televisor, tratar de entrar en el espacio es un reto pues los olores que emana son capaces de generar nauseas, a eso se le añade lo difícil que es hacer que los desechos bajen por el sanitario, ya que pueden durar horas descendiendo, lo que aumenta la intensidad de los olores.
Aunque es una situación difícil para mí y mi familia, soy consciente de que hay personas que están atravesando por situaciones mucho más complejas que las mías, basta mirar las noticias en la televisión o abrir las redes sociales y encontrarse con sorpresas jamás imaginadas, como la que nos sorprendió en casa en medio de los olores de pudrición, la del arresto domiciliario que recibió el expresidente Álvaro Uribe Vélez.
En casa comenzamos a bromear del por qué tanta gente ha salido a manifestarse en el país. Aunque notamos más movilizaciones en redes sociales que en el mundo de los olores fecales.
¿Será que están preocupados por las condiciones en la que se encuentra recluido el preso #1087985? ¿Quizá se encuentre en hacinamiento? En casa hemos visto cómo utilizan etiquetas como forma de manifestarse a favor del expresidente: #UribeEnLibertad #EstoyConUribe #UribeLibreYA, lo cual nos hace pensar que está en condiciones inhumanas porque incluso en redes han propuesto #UribeSecuestrado.
Aún no comprendemos si lo que afirman tiene que ver con la realidad. Aunque hay muchas voces que lo anuncian con certeza y mucha seguridad, yo estoy seguro del no funcionamiento de mi baño, tengo pruebas: las heces que flotan en el sanitario, la fosa séptica que rebosa en el callejón, los olores; pero afirmar un secuestro, ¿cómo sostengo esa postura?, ¿en qué lógica la fundamento? Sin embargo, esos enunciados fluyen por todos los medios. ¡Ojalá los desechos en mi casa fluyeran así! Sin que nadie los detenga para confirmar su veracidad.
Nosotros creemos que el líder del Centro Democrático está atravesando por algo grave en su casa y por eso no quiere estar allí ni un minuto más.
En realidad, quisiera saber cómo es la casa del expresidente, ¡ojalá exista algún medio que nos diga! Me preocupa mucho que se encuentre en una situación penosa como la mía, esta duda será despejada cuando nos aclaren esta confusión que en casa nos hace olvidar de nuestras penas. Algún periodista ha de decirnos los acontecimientos como son, sin necesidad de poner sus intereses personales para así lograr llevar la información completa y veraz.
En casa cuestionamos el manejo que le han dado a toda la información relacionada al arresto de Uribe. Los periodistas se juegan su credibilidad y la confianza que tenemos en ellos, la responsabilidad que tienen es muy grande, ellos y ellas deben ser conscientes de lo que observan pues están sujetos a cometer errores al lanzar afirmaciones que nada tienen que ver con la realidad, sin sustento alguno o por el hecho de omitir información que obstruye la veracidad haciendo pasar por cierta información incompleta.
Ahora bien, para salir de estas dudas es importante que los medios de comunicación nos den detalles e informen mostrando todos los puntos de vista de la situación del proceso que atraviesa el tan mencionado personaje colombiano, mientras que en mi casa hacemos lo posible para superar la situación de no tener un baño digno, el cual es un derecho que todos los seres humanos tenemos.
Este escrito fue inspirado por la lectura del XIII del libro Ética del Comunicador Profesional de José Morales León y la situación que estoy afrontando en mi casa en tiempo de pandemia.