Olga Lucía Velásquez Nieto es la protegida de María Eugenia Rojas, madre de Iván y Samuel Moreno. Olga Lucía, ingeniera industrial y oriunda de Villavicencio, inició su amistad con el exalcalde tras asumir el rol como subsecretaria de integración social en la magistratura más escandalosa de los últimos 30 años. Tiempo después fue nombrada por Samuel como su Secretaria de Gobierno hasta el día que la Procuraduría tumbó al alcalde por varios delitos que hoy lo tienen en la cárcel la Picota junto a su hermano Iván.
Tres años más tarde del escándalo por el cartel de la contratación en Bogotá, donde se desaparecieron miles de millones de pesos, Olga Lucía Velásquez Nieto terminó siendo elegida Representante a la Cámara bajo los colores del liberalismo. Para sus rivales, esta mujer heredó todo el fortín político de la casa Moreno Rojas e incluso su oscuro musculo financiero. Paradójicamente Velásquez Nieto hasta hace un año era una completa desconocida en la capital de Colombia, sin embargó el pasado domingo según la Registraduría Nacional obtuvo más de 23500 votos que la encumbraron en el primer puesto de los candidatos rojos y de facto una curul en el Congreso de la República. Era de esperarse que los dueños de la desaparecida ANAPO, partido fundado por el general Rojas Pinilla, no la llevaran a las filas del Polo democrático porque de allá salieron echados por la puerta trasera.
La casa de doña María Eugenia, ‘La Capitana’ ha sido un epicentro de poder por décadas. En ese lugar se logró el triunfo de Samuel Moreno para la Alcaldía de Bogotá en el año 2008 e incluso se afirma que ahí se pactó más de un “negocio” relacionado con el gigantesco escandalo de contratación que descalabró a la Capital. Sí mismo, fuentes coinciden que la campaña política de la desconocida Velásquez Nieto se fraguó en aquella vieja casona del Barrio Teusaquillo.
De hecho, en la pasada contienda electoral -que para los expertos ha sido la más mediática en la historia de las elecciones a Congreso-, el nombre de Olga Lucía Velásquez Nieto nunca figuró. Para muestra un botón, si se investiga en medios, escasamente la hoy congresista solo dio cinco entrevistas. Las cuatro propuestas que aparecen en su página de internet poco fueron expuestas a la gran población bogotana.
¿Cómo logró entonces 23.591 votos?
Todo indica que la estrategia fue no figurar en medios para no advertir su herencia política. Pero al contrario, como muy pocos candidatos, las calles del sur de Bogotá se inundaron de afiches, vallas y pasacalles. De igual manera la antesala de sus visitas a las barriadas eran con tarimas, cantantes, música, regalos, comida, discursos y se remataban con bombos y platillos. “Claro que dio tamales y también balones”, dijo una de las fuentes. Hizo lo de siempre, buscar ediles para que empujaran a votar a sus vecinos y después les retornaba el favor. Claramente una campaña a la vieja usanza, donde las arengas y las promesas eran los platos fuertes, que sumada a la llave que hizo con Andrés Cristo como fórmula electoral le dio unos réditos que nadie esperaba.