Vivimos en una sociedad en la cual todo lo que hacemos queremos que se haga de la forma más rápida posible, simplificar todas nuestras acciones y los procedimientos diarios se ha vuelto prioridad a la hora de pensar en los avances a nivel tecnológico, simplificarlo todo, que todo sea más fácil. Entre estos procedimientos nos topamos diariamente con la inscripción a sitios web determinados, o en el momento de usar nuestros smartphones y descargar una aplicación llegamos al punto de registrarnos en esta y lo que hacemos es sincronizar estas aplicaciones y demás con nuestras cuentas de redes sociales.
Por lo general la más utilizada es Facebook y a raíz de esta sincronizamos las otras redes sociales que podamos manejar (porque en el siglo XXI tener únicamente Facebook es ser un peón más de la sociedad y debemos tener nuestra vida esparcida en Instagram, Twitter, Gmail, y demás para encajar y estar a la moda); lo que ignoramos al momento de hacer esta sincronización con las otras diferentes aplicaciones que manejamos diariamente es que esto no es sólo una manera de simplificar nuestras vidas. Es bien sabido que muchas empresas y grandes multinacionales en el momento de realizar las contrataciones o de indagar acerca de la vida de sus empleados no les basta con una hoja de vida y con un background que mostramos en nuestros antecedentes laborales, no, en el mundo actual las empresas utilizan la información que nosotros consideramos privada y de uso personal para conocernos mejor, o para espiar de una forma legal la vida de quienes trabajamos para ciertas compañías.
Por medio de esta red de información lo que hacen es conocernos de los pies a la cabeza sin nosotros siquiera saberlo, es decir, tienen acceso a todo lo que hacemos o todo lo que decidimos mostrarle al mundo; a nuestras fotos, nuestro pasado, lo que hemos hecho a lo largo de nuestras vidas que de manera ingenua publicamos en nuestras redes sociales pero que sin saberlo estamos haciendo de nuestra vida social otra parte de nuestra hoja de vida, esa que creemos que no ve nadie aparte de nuestros allegados y familiares. La vida que publicamos por diversión, por pasar el rato, por compartir y nada más ya no es sólo eso, ahora es una fuente de información vital para las empresas que tienen acceso a todo este tipo de información lo cual muchas personas pasan por alto y sin saberlo le están haciendo saber al mundo más de lo que deberían.
Es entonces cuando hay que preguntarse qué tanto es eso que deseamos compartir acerca de nosotros ahí afuera en el mundo cibernético, no es sólo pasarla bien y dejarle saber el mundo, ya no es solamente acerca de esto, es acerca de saber qué es lo que publicamos y porqué; tener cuidado en el momento de compartir información así pensemos que sea irrelevante ya que en el mundo actual todo lo que tocamos tiene ojos, tiene oídos y nuestros pasos ya no son sólo nuestros, es decir, podemos hacer nuestra propia hoja de vida, pero hay que saber hacerla, hoy en día no basta con un título y una carrera determinada con ciertos pasos dados en la vida profesional, hoy en día lo que pienses, lo que haces, lo que expreses y el modo en cómo lo hagas, todo esto es tomado en cuenta para crear una hoja de vida de la cual antes ni estabas enterado.
