Si fuera sólo por los números James Rodríguez sería el mejor jugador de la historia de la Selección. Goleador de un mundial, doble en tantos a Carlos Valderrama y eso que apenas tiene 29 años. El Pibe nunca triunfó en los dos equipos en los que jugó en Europa, el Valladolid y el Montpellier y en el exterior sólo se destacó en el Tampa Bay, cuando recién se asentaba la MLS. Afortunadamente la vida no es sólo números.
El futbol es mucho más que estadísticas, por eso es que nunca pudo embrujar por completo a los cuadriculados y tecnócratas aficionados gringos. ¿Quién registró actitud y funcionamiento en partidos memorables como el que jugó Colombia en el Centenario de Montevideo contra el Uruguay de Álvro Recoba en las eliminatorias a Francia 98. En la cancha donde todos se achican, Carlos se hacía grande. A los uruguayos les escondió la pelota con sus pies chuecos. Era un entrenador adentro de la cancha. Sus compañeros contaban que, después de una larga charla técnica de Bolillo Gómez, el "Mono", como le decían sus compañeros, les decía en pleno túnel mientras salían al campo de juego "No le vamos a hacer caso a este man, vamos a salir a divertirnos".
Nunca se lesionaba. Cuando se rompió un pie durante un amistoso a dos meses del mundial de Estados Unidos, se recuperó de manera milagrosa en un par de semanas. Era de acero y por eso pudo entregar lo mejor de sí a los 33 años. Miren esta jugada que es de las más gritadas por la historia del Junior. Así como lo hizo con Colombia en el recordado partido contra Alemania, en el último minuto el Pibe tenía la suficiente entereza como para pensar y meter pases como este:
Esa jerarquía, esa capacidad de liderazgo no la tiene James. Cuando el barco zozobró en el vestuario del Metropolitano en las horas previas al partido contra Uruguay James lo único que hizo fue llorar porque le habían dado el 10 a Steven Alzate y provocar una trifulca en el vestuario. Por eso la rabia del Pibe y de Rincón, quienes no se sienten representados con el cucuteño. Esa enjundia, eso que tiene que poner en momentos claves, eso no tiene el jugador del Everton. Si, calidad le sobra, pero mentalidad, compromiso y huevos le hacen falta a James. Colombia necesita más Pibes. Su gran fracaso fue el Mundial de 1994 pero, ¿qué quieren? en ese momento Colombia apenas empezaba a insertarse, a pertenecer a la élite del fútbol mundial. La jerarquía es algo que no aparece de la noche a la mañana y estos muchachos, los Zapata, los Muriel, los James, están parados sobre los hombros de los pioneros. El Pibe tiene razón, si James no va a dar lo mejor que tiene mejor que ni venga a jugar contra Brasil.
