En el siglo XX hubo maestros consagrados. David Manzur, quien está desde noviembre en el segundo piso del Mambo, nunca estuvo dentro de este grupo, fue parte de una generación que se notó pero que no tuvo un impacto decisivo en la creación artística. Por otro lado, en el siglo XXI, en un mundo que se achica y se conecta, están artistas como Nadín Ospina y María Fernanda Cardozo que rompen fronteras no solamente artísticas sino internacionales.
Postergué la visita a la exhibición de David Manzur en el Mambo para los últimos días -el domingo 23 entrada gratis- , porque no tenía expectativa de encontrarme algo nuevo o distinto a lo que siempre nos ha mostrado, su destreza con el dibujo, sus laúdes, sus moscas, sus caballos, sus naturalezas muertas, sus figuras masculinas, temas que han tendido a repetirse durante toda su obra pictórica. Oh sorpresa, encuentro una exposición de collage de tela sobre tela con el que construye sus personajes de siempre pero en una forma poderosa y bien ejecutada, y en donde los matices del color construyen una superficie interesante. La exposición, Oficio de la Pintura reúne, creo, porque no hay catálogo en el museo, piezas de su producción durante los últimos diez años. Sin duda, lo más relevante de la exposición es el montaje realizado por el nuevo curador del Mambo, Eugenio Viola, quien recrea en una pared enorme todas las referencias del arte colonial colombiano con los cuadros de David Manzur, una bella recreación que, sin embargo, no nos ofrece nada nuevo. El arte colonial no fue excepcional como tampoco lo ha sido Manzur.
Extrañé el rigor informativo que solía tener el museo. Dejando de un lado la falta de catálogo de una exposición colgada hace cuatro meses, y sin ir muy lejos, la página web que anuncia la exposición tiene solo una imagen, un texto que parece de Wikipedia, y parte del mismo en inglés. No se explica por qué un museo que representa al país en el mundo, tiene una pobre definición cibernética que no corresponde al oficio que hacen y a lo que representan. Volviendo a la exposición, la puesta en escena de una de las salas de Manzur es muy dramática, manejada con pocas luces produce un impacto muy especial. El resto, aunque no era el tema de la exposición, es más dibujo surgido como de la imaginación del siglo XVII Holandés.
Nadín Ospina presenta en el Museo Antropológico de Madrid ´Yo soy otro tú´
En la otra orilla, tenemos a jóvenes como Nadín Ospina exponiendo Yo Soy otro tú en el Museo de Antropología de Madrid, un lugar apropiado para dar a los españoles una nueva lectura de lo que nunca entendieron, la cerámica precolombina. Nadín retoma los iconos populares de toda una generación y los yuxtapone con esos otros seres humanos representados en la cerámica precolombina. La exposición está teniendo un inmenso impacto en España, porque hace una recapitulación de significados y de significantes relacionados con temas muy actuales como la discriminación, el racismo, la intolerancia y la incapacidad de ver a otros como parte del mismo mundo de todos.
María Fernanda Cardozo, lo inesperado encuentra reflexión en su obra
También está representando al nuevo arte colombiano en el mundo, María Fernanda Cardozo con una exposición en Milán. Sus nuevas obras, siempre cargadas de duplicidad de lecturas, usan el recurso de tomar tiempos remotos para volverlos modernos. En su trabajo siempre hay una sorpresa, lo inesperado encuentra reflexión en su obra.