Barranquilla y Atlántico
A simple vista se anuncia un triunfo del charismo en la capital del caribe y su departamento, Jaime Pumarejo y Elsa Noguera, deambulan por el departamento sin que se asome una competencia de peso que le dispute el poder o que contenga la expansión del charismo allende sus fronteras locales.
La imposibilidad de que todas las fuerzas alternativas y democráticas de la ciudad se fundan en una sola, difuminadas en 3 candidaturas a la alcaldía y a la gobernación, impiden enviar un mensaje contundente e inequívoco de que tenemos la madurez y la altura suficiente para deponer nuestras diferencias y darle prioridad al interés general.
Los candidatos, sin excepción alguna, recogen importantes atributos y liderazgos, pero ha primado la vieja e insana costumbre de considerar que cada dirigente es una iglesia con feligreses propios, y no comprender que se es parte de un proceso social complejo que demanda astucia y perspicacia para derrotar a una poderosa maquinaria (aceitada como pocas en el país) que lleva 12 años en el poder y que se perfila para ir por la Presidencia de la República.
Cuán emocionante sería ver a Antonio Bohórquez (mi candidato), Rafael Sánchez y Diógenes Rosero en un gran acto público, anunciando que los 3 proyectos políticos se funden en uno solo, alrededor de una plataforma programática y que uno de ellos tres será el candidato único y unitario de todas las fuerzas alternativas y democráticas de la ciudad.
Qué efecto más esperanzador y dinamizador que ver a las 3 listas al Concejo Distrital de las plataformas políticas que ellos representan trabajando día y noche por un solo objetivo: la Alcaldía Distrital de Barranquilla.
Estoy completamente seguro que la disputa sería mucho más pareja, digna y sobre todo aleccionadora para quienes se creen con el poder absoluto de la ciudad en sus manos.
Lo mismo para el caso de la Gobernación del Atlántico, en el que se destacan las candidaturas de Nicolás Petro (nuestro candidato), Rodney Castro y Diana Macías.
La unidad tiene efectos que pueden resultar inusitados hasta para los más sesudos analistas y firmas encuestadoras.
Unidad con decisión y determinación es lo que necesitamos de nuestros y nuestras dirigentes, máxime cuando las casas compradoras de votos están “aculilladas” por el CTI y las ías.
Después del 27 de octubre no hay lugar para reflexiones, análisis y llantos, el momento es ahora.
Bogotá, D.C.
Qué mejor ejemplo de lo que es la política nacional que Bogotá, 4 candidatos de las fuerzas más disímiles entre sí y cada uno con serias posibilidades de ganar.
Llama la atención la caída de Claudia López en las encuestas, luego de tirar por la borda el pre-acuerdo con Petro, producto de la soberbia, dicen algunos, producto de su matrimonio político con Sergio Fajardo, dicen otros, en todo caso, este hecho político, alteró el orden y puso a Hollman y a Uribe a subir más puntos en las encuestas de lo que parecía indicar el porvenir.
Hoy, está una Claudia en descenso, con un notable desgaste; Galán de segundo, pescando entre incautos al vender su candidatura como independiente, pacifista y mediador; Uribe, mostrándose como un ser tierno, dulce y huérfano y no como el más fiel representante de las políticas de Peñalosa y Hollman, con un lastre a cuestas como resultado de una serie de denuncias por maltrato a la mujer, pero creciendo de manera sorpresiva, gracias a que Petro se lo ha echado al hombro y seguirá creciendo ya que la denuncia hecha por él en contra de la horrorosa corrupción del Metro Elevado, ha sido contundente y demoledora, por más que los medios capitalinos intenten opacar el tamaño de este asalto al erario de los bogotanos y colombianos.
A simple vista no se avizora un ganador o ganadora clara, lo que preocupa es que tanto Galán como Uribe puedan hacerse al Palacio de Liévano, lo cual sería fatal para el futuro de la capital del país, en por lo menos una década.
La posibilidad, remota, pero existente, de que Claudia y Hollman puedan unificarse en torno a una sola candidatura, tiene que ser el motor de quienes les hablan al oído y de quienes de alguna manera ejercemos un liderazgo político desde la periferia política.
Si gana Galán o Uribe, olvidémonos de Petro y Fajardo para las presidenciales de 2.022, en cambio si gana Claudia o Hollman, las posibilidades de que los sectores alternativos obtengan una importante victoria en la capital del país y esto se pueda replicar a otras ciudades con mayor fuerza que en las elecciones presidenciales del año pasado, serán mucho mayores. Y aclaro, no considero a Fajardo dentro del campo alternativo, simplemente, la forma en que han presentado su perfil y el aval dado por sectores alternativos lo enmarcan como una opción “alternativa”, vaya paradoja.
Medellín, Cali y Bucaramanga
Daniel Quintero Calle, Jorge Iván Ospina y Juan Carlos Cárdenas se presentan con importantes opciones de triunfo.
Quintero Calle, es un joven empresario liberal (aunque se reivindique independiente) que ha sido un fenómeno en redes sociales, con denuncias cruciales como la corrupción y riesgo de HidroItuango, su paso por el Viceministerio de las TIC le dio el capital político y la experiencia suficiente para entrar a disputarle el poder al uribismo en su principal fortín político-electoral del país.
Es segundo en las encuestas y el que más crece.
Roguemos por que los medellinenses nos den una gran sorpresa y den el palo de la jornada.
Quintero Calle, votó por Petro en las elecciones presidenciales.
Jorge Iván Ospina, exsenador, exalcalde de Cali y presidente del Partido Verde, lidera en las encuestas por encima de Roberto “El Chontico” Ortiz (avalado por firmas y el Centro Democrático) y de Alejandro Éder (candidato de Sergio Fajardo).
Ospina, votó por Fajardo en las elecciones presidenciales, aunque recientemente se “arrepintió” por no sentar una posición respecto de la JEP y no marchar por la paz.
Juan Carlos Cárdenas, continuador del Alcalde Rodolfo Hernández, está en un empate técnico con la candidata del Partido Liberal, la U, el Centro Democrático y el Mira, Claudia Lucero López.
Del caso Bucaramanga llama la atención que el exalcalde Rodolfo Hernández, anticipó su voto por Gustavo Petro para las elecciones presidenciales de 2.018, en todo caso, la posibilidad de que su proceso político pueda continuar, significa un espacio menos para las fuerzas políticas tradicionales, más allá de que desde ahora anticipe su aspiración a la presidencia en 2.022 con el reconocido empresario Arturo Calle.
El panorama en las 5 principales capitales del país, que es en donde se definen las elecciones presidenciales en su gran mayoría, depende una vez más de la sagacidad y sobre todo, la grandeza, esa cualidad que tanto escasea en nuestros dirigentes políticos.
Ruego al todopoderoso que les habla cada mañana, al que se encomiendan en sus plegarias y ante el que se arrodillan cuando van a misa, para que los ilumine y por una vez en la historia, nos den una grata y maravillosa sorpresa, la de deponer los egos y anteponer los intereses de los colombianos y colombianas de a pie.
