El senador liberal Mario Castaño se salvó de la cárcel porque tiene fuero como senador y su acusación pasó a la Corte Suprema. Pero claramente lo dejó ver la Fiscalía en la audiencia de acusación de sus nueves cómplices, él es el cerebro de una operación de corrupción que cobraba jugosos porcentajes por direccionar contratos en varias entidades públicas. El entramado comenzó a tejerse en la Industria Licorera de Caldas en 2008, con Carlos Arturo Fheó en la gerencia, cargo al que llegó nombrado por el gobernador Mario Aristizábal quien fue destituido por la Procuraduría antes de terminar su periodo.
Fheó armó una alianza con Mario Castaño, subalterno suyo en el área financiera y Octavio Cardona, entonces concejal de Manizales, para negocios de la Licorera, que terminaron comprometiéndolos penalmente. Castaño se salvó de la cárcel pero tanto Fheó como Cardona, quien aspira ahora a la Cámara por Caldas, terminaron detenidos. El gerente logró huir y permaneció prófugo cinco años hasta que fue capturado en Panamá y llegó extraditado directo a La Picota en 2015. Cardona fue detenido en marzo del 2009, ambos señalados de haber pedido coimas para participar en las ganancias en el contrato de distribución de licores en el Valle. Cardona, quien pagó prisión domiciliaria, terminó absuelto.
Sin embargo su cercanía con Mario Castaño y su alianza política en Caldas se profundizó hasta llevarlo a la alcaldía en el 2015, una gestión que tiene varios lunares negros que ha sido denunciada y puede terminar en investigaciones en firme.
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