Cuando monseñor Monsalve se refirió a lo sucedido en este gobierno con los Acuerdos de Paz alcanzados por el gobierno anterior, le cayó encima una cascada de críticas. La Nunciatura Apostólica, algo así como el embajador del Estado Vaticano en el país, salió a decir que tiene una visión distinta de la compleja situación por la que pasan el Acuerdo Final de 2016 y los acuerdos para dialogar con el ELN.
Monseñor Monsalve afirmó en conferencia virtual de los obispos colombianos, que el gobierno de Iván Duque tiene una venganza genocida contra los acuerdos alcanzados durante la administración de Juan Manuel Santos. El obispo de Cali fundó su aseveración en lo que denominó retorno evidente de la guerra, así como en la multiplicación de actores armados en los territorios. Todo originado en un manejo partidista de los acuerdos de paz.
Que ha recrudecido la violencia contra líderes sociales y reincorporados. En palabras del vocero del Vaticano, la palabra genocidio tiene un significado preciso en el derecho internacional, por lo que no cabía usarla como lo hizo el arzobispo Monsalve. Interesante debate para los especialistas en el Estatuto de Roma, pero que no cambia el hecho de centenares de líderes sociales y excombatientes de las FARC asesinados en este gobierno.
Tal vez el Nuncio Apostólico tema, como lo aseguró, que voceros de la Iglesia se valgan de ese término en las discusiones públicas o debates legítimos sobre las políticas concretas de un determinado gobierno, pero la verdad es que la matanza creciente de grupos nacionales se acelera notablemente con la pandemia. De hecho 94 congresistas norteamericanos se lo indicaron en una carta abierta al gobierno de Donald Trump.
La misiva entregada al Secretario de Estado Mike Pompeo no se anda en rodeos ni en prudencias diplomáticas: “Nos dirigimos a usted para pedirle que inste a la Administración Duque a que renueve sus compromisos de implementar los históricos acuerdos de paz de 2016 y proteger a los amenazados defensores de los derechos humanos de Colombia, cuya vulnerabilidad se ha agudizado durante la cuarentena de la COVID-19″.
"Colombia es ahora el país más peligroso del mundo para los defensores de derechos humanos. Más de 400 han sido asesinados desde que se firmó la paz en 2016… La lentitud del Gobierno a la hora de implementar los acuerdos, su fracaso en llevar el Estado a las zonas de conflicto, y su imposibilidad de detener y/o castigar los ataques contra los defensores ha permitido que esta tragedia avance sin control”.
Tras reparar en cifras y casos concretos de crímenes y situación de vulnerabilidad de regiones, le piden a Pompeo que coordine una reacción unificada de todas las agencias de Estados Unidos, en la que se condene con una sola voz el incremento de los ataques y se presione a Duque para que investigue y condene a los responsables y autores intelectuales. Quizás Trump salga a contradecirlos en apoyo a Duque, pero eso tampoco borrará los hechos.
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Campesinos, indígenas, afros, estudiantes y sindicalistas arribarán a Bogotá hoy con consignas como como Nos están matando, Vencerá la vida, Se hace camino al andar y Honrar la vida
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Los mismos que denuncian centenares de pobladores del suroccidente del país que decidieron marchar a Bogotá desde el departamento del Cauca, partiendo de Popayán, denominando su acción de manera legítima como la Marcha de la Dignidad. Campesinos, indígenas, afros, estudiantes y sindicalistas arribarán a la capital este viernes con consignas como como Nos están matando, Vencerá la vida, Se hace camino al andar y Honrar la vida.
Su objetivo número uno es exigir al gobierno nacional que pare el genocidio contra líderes sociales, defensores de derechos humanos y firmantes de la paz. Que detenga esa ola de violencia criminal. Lo proclaman con coraje a su paso: Como defensores y defensoras de DD.HH. irrumpimos el orden para denunciar que no podemos naturalizar la política de la muerte, el asesinato sistemático de líderes y lideresas sociales, los feminicidios y la corrupción.
Al grupo inicial de 14 personas se fueron sumando sobre el pavimento otros líderes, cumpliendo con todos los protocolos, incluidas las pruebas de la COVID-19. En cada ciudad han salido a acompañarlos representantes de comunidades y organizaciones sociales, celebrando diversos actos simbólicos de protesta y esperanza. Ayudas económicas, alimentos, refrescos y agua brindados solidariamente por estas han facilitado el éxito de la dura iniciativa.
Este viernes 10 arriban a Bogotá, donde los recibirán múltiples sectores sociales y políticos alternativos. A las 8 de la mañana será el encuentro con los marchantes en la sede de Protabaco, en Bosa. De allí marcharán a la alcaldía local de Ciudad Bolívar donde habrá rueda de prensa. Realizarán luego un acto por la vida en el antiguo Hospital San Juan de Dios y otro en la plaza de Ecopetrol en respaldo a la USO. Harán velatón en el sitio donde murió Dilan Cruz.
No estarán solos. Crece un poderoso movimiento por la defensa de la vida y la paz en Colombia. Ya lo verán.
