Los 20 años del TLC son como sus quince o diez primeros años, meras fechas de calendario; la diferencia estriba en que México recupera su sitio en el concierto mundial de naciones. Los cuatro lustros fueron el pretexto para Obama y Harper de llegar en pisa y corre a Toluca, para premiar al Estadista de nueva generación que se coloca, casi íngrimo, en el podio de reformistas. Obama con su bono democrático de ser el primer hombre de color que cumple el sueño abolicionista, no ha podido avanzar más allá del coloquialismo racial, lucha contra su propio partido que comparte vicios coloniales con los republicanos. Y ahí está atorado en su segundo periodo quejándose de su edad y perdiendo el tiempo con affaires con la primer ministra o la cantante pop. Hace treinta años muchos estadistas querían competir con Margaret Thatcher, entre sus sombras brotó el bloque comercial de América del Norte, superado luego por Maastricht. Peña Nieto propuso refrescar el proyecto inicial convirtiendo a Canadá, EU y México en el polo de la prosperidad jamás vista. Es un soñador cuyas alas fueron robustecidas después de lograr lo inimaginable con las reformas educativa, energética, social hacendaria, telecomunicaciones y de gobierno abierto. Obama y Harper han acariciado el oportunismo de alimentarse de los logros de Peña Nieto, por eso llegaron a un evento simple para convertirlo en una fiesta de relanzamiento para sus proyectos políticos y en especial en beneficio de sus partidos demócrata y conservador. ¿Qué tan ancha es la talla del Presidente de México para liderar un proyecto de competitividad internacional? Dependerá de la confianza que Obama esté dispuesto a depositar hacia su homólogo sureño sin asomo de celos.
Gustavo Madero ha fijado su proyecto personal en el CEN panista, en la figura de un niño: el bebé que coordina la Mesa Directiva de San lázaro será su fórmula segunda para repetir en la dirigencia nacional de Acción Nacional. Si Gustavo no fuera un “macho probado”, lo tildarían de pedófilo político por fincar su futuro en un Antínoo o un Patroclo. Aunque en la reciedumbre de los broncos norteños cualquiera se rompe la columna en una montaña (Brokeback Mountain). Vaqueros de botas picudas, cigarro en los labios, rostro sin afeitar y sombrero alado, para entusiasmar a David Guetta. No así a las chicas albiazules que ven vilipendiada la cuota de género, al erradicar el CEN a Cecilia Romero, removida no por mujer sino por su cercanía con el calderonismo y el fardo de los cientos de migrantes descuartizados por los Zetas en Tamaulipas. Para que no digan que Gustavo es hombre de escasa palabra, sostiene lo dicho: medio tiempo para su chiquillo preferido y el otro medio tiempo al personaje de Luxor que lleva varios sexenios saltando de una curul a otra en el legislativo, González Morfín. Representará Ricardo Anaya la sangre nueva albiazul, cuando los miles de jóvenes y de medianía generacional abandonaron la militancia dejando vacío al partido de la derecha nacional, escasamente con 300 mil militantes sin que ello menguara los subsidios millonarios del IFE. Anaya trotará en el proyecto maderista como en un interinato, es sacado con pinzas pelucheras del Congreso con tal de reproyectarlo en la agenda nacional como figura de la conquista queretana. Cuando llegue el proceso electoral del Perico Blas, el Patroclo de la Secretaría General saltará a competir con la familia Loyola portadora de la camiseta priísta. César Camacho ha dicho que el año entrante irá el PRI de 9 – 9: tendrá carro completo y jamás permitirá que Querétaro vuelva a manos de los albiazules. Una promesa elevada cuando Madero torció los resultados de Baja California con un mal candidato como Kiko Vega. La cercanía de Anaya con Beltrones, Osorio Chong y el Presidente de la República, blindan la prospectiva concertacionista: es un chavo digno de confianza en el gobierno federal que sabe apreciar a aquellos que se esforzaron sacando la reformas, energética, política, hacendaria. Trabaja Madero para las generaciones venideras, el proceso de reelección es un mero trámite que trae en sus bolsillos, se mira dirigente y monta el tablado del 2015.
La unidad de un polo izquierdista que trata de liderar Marcelo Ebrard se deshilvana cuando su grupo político no tiene coincidencias en objetivos valiosos para ellos, como la legalización de las drogas en el DF. Pelea MEC por apertura en la renovación del CEN, llama a aplicar en estos momentos los estatutos para que no haya interinato y Nueva Izquierda no se reelija en primera o segunda persona. Pero a la vez que Ebrard critica el arribismo de Nueva Izquierda, por otro lado se junta con su adversario sacando en coalición legislativa, la legalización de los estupefacientes. Mario Delgado, de estirpe marcelista, presiona a más no poder en la agenda senatorial, quiere que las drogas ocupen un sitio privilegiado en los temas de la reforma política y de legislación secundaria. La narcomanía del operador financiero de Ebrard, diverge de la oposición del médico Ahued que deplora el desviacionismo sanitario en un tema que es de lucro, divertimento y criminal. Se opone el médico de la tribu camachista a convertir las clínicas del GDF en centros de expendio de la cannabis, observa los efectos colaterales que dañarán al sistema de salud por la sobrecarga de demanda. Algunas tribus del PRD protegen a miles de tienditas que surten drogas en las colonias, barrios y pueblos del DF. La protección política a los narcomenudistas se traduce en la SSP cobrando diezmos como si protegiera a la manera Templaria tiendas de abarrotes, comiderías o cafeterías. Las presiones de los 30 mil expendios de drogas en el DF, deriva en el trabajo de los legisladores negriamarillos apostándole a legalizar dichos negocios, la descomposición seguirá hasta la ingobernabilidad michoacana de la que el GDF no podrá hacer mucho. Las conclusiones ya se muestran espantosas, a varias alas del PRD se les denomina, narcoizquierdas. ¿Cómo creerle a un Ebrard que sataniza a los Chuchos, pero a la vuelta de la esquina se periquea con ellos?
Los desfases de los tiempos mexicanos en las rendiciones de cuentas, generan desaguisados transexenales. La Auditoría Superior de la Federación, arquea con dos años de retraso a los gobiernos. No hay forma de que a 24 meses, los que se fueron de Los Pinos justifiquen las observaciones de su cuenta pública. Los responsables de este desfase son los partidos políticos en el Congreso, no legislan los tiempos y no los ciñen a un orden administrativo sano. El desgarriate implica no solo a la rendición de cuentas, incluye la toma de posesión del Presidente de México, el inicio de legislaturas, el Informe de Gobierno, el paquete presupuestal y el ejercicio del gasto. Como carecemos de la exactitud alemana o nipona, la idiosincrasia de lo cotidiano permea en los vicios del Estado, el cinco para las doce o el ya merito forman parte de los grandes retrasos estructurales que emprende el Congreso de la Unión. ¿Qué hará Peña Nieto en el 2020 cuando la ASF haga el balance de su último año de sexenio y su partido no gobierne en Los Pinos? Más bien, ¿qué hizo Felipe Calderón para evitarse vendettas contra él y su gobierno, como dice haber vivido con la cacería de sus ex colaboradores en Pemex y Energía? Más lo que falta con el desglose final del 2012.
El ex presidente Zedillo vuelve a ganar otra batalla a sus adversarios: la corte de apelaciones de Nueva York, lo limpia de la deshonra por Acteal. No hay elementos que lo incriminen como genocida o cultivador de limpieza étnica en el sureste mexicano. Mientras al ex mandatario lo acusaban los salinistas e izquierdas de cabildero de los grupos trasnacionales ferroviarios, Zedillo daba zancadas acelerando la resolución de la corte gringa. Los zedillistas tienen la certeza que ese proceso armado en su contra, requiere dinero y movilidad internacional de la que carecen las víctimas de Las Abejas, quienes por cierto se lavaron las manos en el juicio; su colectivo no emprendió ningún recurso en Connecticut sino “terceros interesados” cuyas identidades no se hicieron públicas tratándose de un caso de suma trascendencia pública. Al menos en Estados Unidos, contra Zedillo no podrán mover nada sus antagonistas y ni imaginar que acudan a Ginebra ante la ONU de la cual forma parte el prestigiado ex presidente mexicano de la transición. Sin embargo, el triunfo de Zedillo en Estados Unidos ¿lo hace invicto frente a la reforma ferrocarrilera? Con la reforma al 28 constitucional que Peña Nieto envió al Congreso contra los monopolios, parece que no.
El doctor Mancera recoge el interés de Peña Nieto por la reforma política del DF, el Pacto por México la contenía y la reforma secundaria política asume las promesas del Presidente de México y del líder panista, Gustavo Madero. Porque esa iniciativa es obra de dos partidos, PAN - PRI, la izquierda se hizo a un lado no obstante los beneficios que obtiene con la Consulta Popular y el Estado 32. La fragilidad de la reforma ahora queda del lado negriamarillo, Cuauhtémoc Cárdenas se destapó en la sucesión del CEN gracias a su campaña contra Peña Nieto por reformar Pemex. ¿Cuán beneficioso será para Mancera tener a un kamikaze en la dirigencia nacional del PRD? Hasta la fecha no ha tenido obstáculos en sus acuerdos con Peña Nieto, a pesar de que Cárdenas es un agitador bajo sueldo de canciller capitalino. La estrategia le ha funcionado bien al Jefe de Gobierno, es el dueño del Cancerbero que tiene gargantilla y cadena, nomás asusta con la demagogia anti peñanietista. Reforma Política habrá y Mancera se llevará las palmas que no consiguieron Cárdenas, Amlo y Ebrard.
Preciado metió en broncas a Madero con las pachangas familiares en el Senado y va por más. Las tarascadas que le lanza a Peña Nieto por modificar la reforma energética a través de la secundaria, contravienen la prelación: el único albiazul con derecho a usar la demagogia anti presidencial es el presidente del CEN del PAN, nadie más. En estos momentos de cambios en el panismo, se requiere mesura y claridad.
El discurso de Rodríguez Zapatero en la UNAM, fue aprendido con sangre. Al momento de desmontar el fenómeno de la globalización de las finanzas como estructuras con más peso que los Estados Nacionales y compararlo con la globalización de las drogas, no supo qué señalar sobre la izquierda mexicana al servicio del crimen organizado. El ex mandatario español, exigió que las preconcepciones no obstruyan el debate de las drogas en México, como ocurre con su preconcepción del neoliberalismo financiero que lo traba al momento de identificar el poder de las narcofinanzas. Por esos dobleces echaron al PSOE del poder y Zapatero se empecina en vivir en su zona gris.
El despacho contratado por Josefina Vázquez Mota para el relanzamiento de su imagen, sigue trabajando arduamente en posicionarla con mediciones, redes sociales, medios y ahora en el servicio exterior. El bufete que se buscó, parece filial de Manpower, le busca chamba en cualquier lado. ¿De dónde salen los recursos millonarios que doña Josefina invierte en su figura pública?
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