La lectura es fundamental en la formación de los periodistas. Este hábito permite adquirir destrezas que perfeccionan la expresión oral y escrita.
Así pues, la academia posee un papel fundamental, ya que tiene la posibilidad de incentivar a sus estudiantes a fortalecer esta práctica.
En años pasados se solía estudiar la lectura como dominio técnico de la gramática y del mismo modo se establecía al docente como el que entregaba el conocimiento y al estudiante como el receptor, lo que no dejaba un espacio para la autoeducación.
Este modelo de aprendizaje provocó grandes vacíos en los estudiantes, razón por la cual este sistema se ha modificado notablemente con la esperanza de que las habilidades lectoescritoras mejoren.
La lectura abre miles de posibilidades para conocer y entender el mundo que habitamos. Es por esto por lo que los periodistas tienen el reto de ser los mejores en leer y escribir.
El trabajo de un periodista requiere conocimientos culturales amplios, estos solo se adquieren por medio de la lectura. Un periodista debe saber sobre historia, actualidad, políticas, economía, música…
La lectura forma personas críticas, con argumentos y poder para tomar decisiones acertadas. Es por eso que la invitación a todos los aspirantes, estudiantes e incluso profesionales en el periodismo es a nunca abandonar la lectura.