Número cero. Con este título, Umberto Eco, autor de El nombre de la rosa, publica lo que se cree fue su último libro, que se desarrolla en torno a la creación de un periódico que no se editará, ni siquiera el número cero. El creador del proyecto tiene el propósito de ejercer presión para “poner en apuros a los altos círculos financieros y políticos” con el fin de acceder a ellos chantajeándolos, incluso a los grandes medios que monopolizan la información. Esta idea solo la debe conocer el financista y el director del periódico. Los demás colaboradores deben ignorarla dedicándose únicamente a buscar la noticia que alimente todas las secciones del rotativo.
Entonces, director, financista y periodistas se tranzan en un ebullir de ideas que garanticen el éxito comercial y de publicidad del periódico sin que queden por fuera los espacios dedicados a los pasatiempos, a la farándula, la política, la economía, el horóscopo y la crónica roja que no debe faltar por muy grotescos y conmovedores que sean los hechos criminológicos que la llenan.
Entre comentarios, conjeturas, iniciativas de todo orden y cuanto sea posible imaginarse los contertulios, saturan la sala de redacción, de cuya explosión de suposiciones, fantasías y otros delirios, rescato algunas frases, apuntes o sugerencias que trae el libro que transcribo sin ningún orden lógico, pero con el sentido propio que encierra cada cita en el contexto en que el autor la trae. Recordémoslas:
- “Cuándo vives cultivando esperanzas imposibles, ya eres un perdedor” (pág. 19).
- “Los perdedores, como los autodidactas, tienen siempre conocimiento más vastos que los ganadores… El placer de la erudición está reservado a los perdedores. Cuanto más sabe uno, es que peor le han ido las cosas” (pág. 20).
- “El miedo a morir infunde aliento a los recuerdos” (pág. 22).
- “El ojo del huracán es el único lugar donde reina la calma mientras el huracán se desata a su alrededor” (pág. 31).
- “Mao había matado a más gente que Stalin y Hitler junto” (pág. 43).
- “Siempre hay alguien a nuestras espaldas que nos está engañando” (pág. 44).
- “Sospechar, sospechar, solo de este modo se encuentra la verdad” (pág. 49).
- “No son las noticias las que hacen el periódico, sino el periódico el que hace las noticias” (pág. 58).
- “¿Por qué Dios es el ser perfectísimo? Porque si fuera imperfectísimo, sería mi primo Gustavo” (pág. 68). “¿Y sabes cuando empecé a ser de verdad un perdedor?. Cuando empecé a pensar que era un perdedor” (pág. 85).
- “No hay mayor éxito que el ameno encuentro de dos fracasos” (pág. 87).
- “Pedir perdón indica un ejercicio de humildad o de desfachatez” (pág. 100).
“Un dictador debería tener un doble” (pág. 118).
- “Hoy en día para rebatir una acusación, no es necesario probar lo contrario, basta deslegitimar al acusador” (pág. 128).
- “Los periódicos no están hechos para difundir, sino para encubrir noticias” (pág. 169).
- “La sobra de Mussoline, dado por muerto, domina todos los acontecimientos italianos desde 1945 hasta hoy” (pág. 183).
- “Las noticias no es necesario inventarlas, basta con reciclarlas” (pág. 187).
Después de extenuantes jornadas en la sala de redacción organizando las noticias, la diagramación, las historias, las verdades, las falsedades, las estrategias publicitarias, se produce el asesinato de un periodista que da al traste con el proyecto que desde un principio se montó con el engaño, impidiendo que el número cero saliera tal como se lo propuso su director y financista.
Desconocidos los autores del asesinato y los motivos que lo inspiraron, los demás colegas de la víctima se escondieron en una isla amparados en la presunción de que cualquier afectado con las cien noticias que investigaba, pudo haber cometido el hecho, dado el cúmulo de información explosiva que había obtenido el periodista, a pesar de que ninguna alcanzó a publicarse, tal como seguramente así lo quiso el autor del homicidio. Entonces, el miedo y la incertidumbre los hizo desaparecer.
No sobra advertir que los acontecimientos narrados en el libro seguramente son parte de la imaginación del autor, pero si guardan algún parecido con la realidad es mera coincidencia.
