Nuevo Plan Decenal de Educación: ¿lo mismo de antes?
Opinión

Nuevo Plan Decenal de Educación: ¿lo mismo de antes?

El riesgo de repetir el ritual y el modelo de los anteriores planes decenales de educación es que termine siendo uno más de los “útiles inútiles”

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julio 18, 2016
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Colombia, para sorpresa de muchos, ha tenido dos planes decenales de educación (1996-2006) (2006-2016), y ahora se prepara para tener un tercero (2017-2027). Desafortunadamente para el país y la educación no han pasado de ser una quimera: “sueño o ilusión que es producto de la imaginación y que se anhela o se persigue pese a ser muy improbable que se realice”.

Los dos planes han sido la reiteración de lo mismo de siempre. Irrefutables y necesarios propósitos con los cuales difícilmente se podría estar en desacuerdo:

  1. Convertir la educación en un propósito nacional y un asunto de todos; 2. Lograr que la educación se reconozca como el eje del desarrollo humano, social, político, económico y cultural de la nación; 3. Desarrollar el conocimiento, la ciencia, la técnica y la tecnología; 4. El sistema educativo debe diseñar propuestas pedagógicas, y crear condiciones materiales, psicosociales y de seguridad, que respondan a las necesidades educativas de todas las comunidades víctimas del conflicto armado (2006); 5. Garantizar la vigencia del derecho a la educación; 6. El Estado debe garantizar el pleno cumplimiento del derecho a la educación en condiciones de equidad para toda la población y la permanencia en el sistema educativo; 7. Fortalecer la educación pública en todos sus niveles, como tema prioritario en las agendas nacionales y territoriales; 8. El Estado colombiano, a través de políticas públicas sostenidas, garantizará la asignación, inversión y gestión de los recursos adecuados, suficientes y progresivos para la educación; 9. El sistema educativo colombiano debe tener su fundamento en la pedagogía, y estar basado en el respeto y en el reconocimiento social de la acción de los maestros, como sujetos esenciales del proceso educativo de calidad. El Estado garantizará a los maestros condiciones de vida dignas para su desarrollo profesional, personal y ético; 10. La educación debe ser objeto de una política de Estado, expresada en una ley estatutaria concertada con la sociedad, para fortalecer su carácter público, gratuito, incluyente y de calidad.

Diez loables propósitos, entre otros muchos, que suscribiría desde Pambelé hasta el científico Rodolfo Llinás, pasando por el secretario de Educación del municipio más pobre y olvidado del país, que sin embargo muy poco han contribuido a la elemental tarea de ser un país educado.

De noble propósito ha devenido en un canto a la bandera, en un documento más, que una vez expedido es periódico de ayer, asunto olvidado. De un ritual participativo para sembrar la ilusión de que tenemos un norte educativo.

 

La razón del incumplimiento e ineficacia de los planes decenales de educación
radica en que son planes indicativos,
es decir, no son obligatorios ni vinculantes

 

La razón del incumplimiento e ineficacia de los planes decenales de educación radica en que son planes indicativos, es decir, no son obligatorios ni vinculantes. Cada gobierno se orienta por su particular policía educativa, por el capricho y parecer del ministro o la ministra de turno, cada cual “mata sus pulgas a su manera”. En no pocos casos los gobiernos de los últimos 20 años han implementado políticas y acciones contrarias a lo que recomendaban los planes decenales.

La convocatoria de la ministra Gina Parody sigue el patrón y el modelo estándar de los dos planes anteriores: convocatoria del Ministerio de Educación, realización de foros regionales departamentales y municipales, consulta con expertos, redacción del plan a cargo de una comisión especial nombrada por la ministra, gran foro nacional de presentación del nuevo plan encabezado por el presidente Santos en el mes de diciembre, publicación del nuevo plan. Tal vez su única novedad radica en que gracias al Twitter “los colombianos que lo deseen podrán enviar una frase o un párrafo de cómo sueñan la educación en 2025”, en 140 caracteres.

Más que un nuevo plan decenal de educación, que corra la misma suerte de los dos anteriores, ser el rey de burlas de la educación, la “lista de mercado” grandilocuente de siempre, lo que se requiere es un gran acuerdo político sobre la educación para el posconflicto, que materialice y haga realidad algunos de los sueños educativos que se han propuestos los anteriores planes decenales de educación.

 

Un acuerdo sobre lo fundamental en educación debería incluir
el establecimiento en todo el país
de la Jornada Única de ocho horas en todos los colegios públicos

 

Un acuerdo sobre lo fundamental en educación debería incluir el establecimiento en todo el país de la Jornada Única de ocho horas en todos los colegios públicos, para eliminar la inequidad de las dobles y triples jornadas, que unos estudien ocho diarias y la inmensa mayoría solo cinco.

Realizar una gran reforma curricular de los contendidos y métodos de enseñanza en el conjunto de la educación pública y privada, que permita poner la educación a tono con los nuevos desarrollos científicos y tecnológicos.

Asegurar que todos los niños entre los 3 y los 5 años reciban educación preescolar, superando las profundas inequidades que hoy existen, en contravía de las recomendaciones de los expertos sobre la importancia de la educación inicial.

Ofrecer amplias y diversas  oportunidades educativas para las personas mayores de 18 años que han sido expulsadas del sistema educativo y que padecen las consecuencias derivadas de una educación incompleta. Una población que pueda ser igual o mayor que los niños y jóvenes  en edad escolar, condenada a empleos de baja calidad, a la informalidad y los peores salarios.

Fortalecimiento y creación de nuevas universidades públicas en capacidad de disminuir la brecha existente en el acceso a la educación superior.

Convertir al magisterio en eje de la transformación educativa, lo cual pasa por una mejora sustancial de sus condiciones salariales y profesionales, en particular la reforma de las facultades de educación y terminar con la discriminación que entraña el que existan dos estatutos docentes para una misma profesión.

El riesgo de repetir el ritual y el modelo de los anteriores planes decenales de educación es que termine siendo uno más de los “útiles inútiles”.

 

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