Nuevo petróleo: no es ´fracking´, es el acceso a la información
Opinión

Nuevo petróleo: no es ´fracking´, es el acceso a la información

Las brechas sociales vendrán del acceso a la información; los países rezagados en la conectividad a internet verán ampliar sus diferencias con los puedan y sepan sacar ventaja de ella

Por:
diciembre 16, 2019
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En la estadística, Colombia avanza en el acceso a internet, aunque zonas importantes quedan rezagadas. Regiones en la costa atlántica, la pacífica, los antiguos territorios nacionales, el campo, están deficientemente conectados o carecen, en absoluto, de acceso.

Jack Ma, el docente chino fundador de Alibaba, el gigante mayor del comercio electrónico a escala planetaria, afirma que el acceso a la información es a nuestra época lo que el petróleo fue a la era industrial. La infraestructura de hoy es internet, dice Ma; la energía, como en su momento lo fueron el carbón, el petróleo y la electricidad, serán los datos. Que las brechas sociales y económicas del futuro no tendrán que ver con vivienda y agua, sino con la conectividad a los ductos de la información. Carecer, hacia 2030, de acceso a internet será peor que no haber contado con servicios de electricidad a fines del siglo XX.

Como los cambios que estamos viviendo por motivo de la revolución tecnológica ocurren a velocidades exponenciales, las diferencias entre países que puedan y sepan sacar ventaja a la conectividad a internet y aquellos rezagados serán mayores. Las consecuencias para individuos, comunidades y empresas van de la mano del grado de conectividad, su carácter inclusivo y la habilidad de la sociedad para hacer buen uso de internet. El empoderamiento de los jóvenes como protagonistas en los usos, bien en relación con la educación, con el emprendimiento, con la lucha contra el cambio climático buscando fuentes de energías alternativas, es una condición de éxito en la transición en que nos encontramos.

Se trata de una revolución en la que confluyen las tecnologías de la información con la biotecnología, la inteligencia artificial, nanotecnología, robótica, en contextos que han visto y verán desaparecer ocupaciones a velocidades mayores de las nuevas que surgirán. La incertidumbre sobre cómo serán los mercados laborales, digamos en el 2030 o el 2040, es muy alta, aún para aquellos con oportunidades de acceso a la información. ¿Qué será de aquellos en el campo disperso colombiano, en amplias regiones, como en las costas nuestras, que carecen, en absoluto, de conectividad?

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La incertidumbre sobre cómo serán los mercados laborales es muy alta, aún para aquellos con oportunidades de acceso a la información

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Un síndrome grave: Colombia sigue de espaldas al mundo. Una de las hipótesis en los años de la apertura, a comienzos de los años 90, se refería a la relocalización industrial, a la construcción de infraestructura competitiva hacia adentro y hacia afuera, al despliegue de la ciencia y la tecnología, a lo que la Costa, tras siglos de hegemonía del triángulo Bogotá - Medellín - Cali, representaría al cabo del tiempo: convertirse en una región líder en el desarrollo económico y social del país.

Lamentable: año tras año, de forma consistente, los departamentos costeños siguen anclados en otro siglo en materia de conectividad a internet. Sin que nos metamos con San Andrés que, en medio del Caribe, pese a las promesas posteriores al golazo nicaragüense, sigue incomunicada en términos de internet.

Estar de espaldas al mundo no solo es un asunto de desequilibrios territoriales. A propósito de los argumentos a favor del fracking, pareciera que guardan relación con la dosis que hay que suministrarle a algún adicto de algún estupefaciente: si no se le inyecta, sufrirá gravemente. De la misma manera, como seguimos con la misma estructura productiva, exportando lo mismo que hace 40 años, con mínima participación de bienes y servicios intensivos en tecnología y conocimiento, es obvio que, por la alta dependencia a las exportaciones del petróleo y los pocos derivados que vendemos y los commodities de siempre, cualquier reducción produzca pánico por devaluación o déficit fiscal. El cuento ha sido cantado por las misiones de CyT en el 90, el 94 y se acaba de reiterar por parte de la misión de sabios que entregó su informe recientemente. Le llaman sociedad del conocimiento.

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