Los militantes del grupo Talibán, que tomaron el poder de Afganistán antes de la retirada de las tropas extranjeras, anunciaron la composición de su nuevo Gobierno interino.
Los talibanes nombraron al mulá Mohammad Hassan Akhund, socio del difunto fundador del movimiento, el mulá Omar, como jefe del nuevo Gobierno de Afganistán y al cofundador de los talibanes, Abdul Ghani Baradar, como el número dos del nuevo Ejecutivo.
Sarajuddin Haqqani, hijo del fundador de la red Haqqani, designada como organización terrorista por Estados Unidos y buscado por el FBI, será el nuevo ministro del Interior.
El mulá Mohammad Yaqoob, hijo del mulá Omar, fue nombrado ministro de Defensa.
Los cargos fueron anunciados este martes por Zabihullah Mujahid, portavoz los talibanes, durante una conferencia de prensa en Kabul.
“Sabemos que la gente de nuestro país ha estado esperando un nuevo Gobierno”, dijo Mujahid durante la conferencia de prensa.
El jefe del nuevo Gobierno de Afganistán, el mulá Mohammad Hassan Akhund, es miembro de la cúpula dirigente de los talibanes desde hace dos décadas y uno de sus fundadores. Fue ministro de Relaciones Exteriores y luego viceprimer ministro durante el último Gobierno de los talibanes de 1996 a 2001.
#EXCLUSIVE: Mullah Mohammad Hassan Akhund has been named as the country's interim prime minister
Exclusive picture of Mullah Mohammad #HassanAkhund, one of the movement's founders.#kabul #Afghanistan #TalibanTakeover pic.twitter.com/jBmscKfNhr
— Pakistan Observer (@pakobserver) September 7, 2021
Según algunos observadores, Akhund es visto como una figura más política que religiosa y su control sobre el consejo de liderazgo también le da voz en asuntos militares.
Abdul Ghani Baradar, ahora número dos en el nuevo Ejecutivo, es el cofundador del grupo Talibán y durante años fue la mano derecha del mulá Omar, el líder fundador del movimiento insurgente.
Una muestra de resistencia, impensable tiempo atrás cuando reinó el Talibán
Los anuncios de este martes por parte de los talibanes recrudecerán muy probablemente las manifestaciones que han tenido lugar en las calles de Kabul y otras ciudades en los últimos días, como una señal de desafío de muchos afganos contra el movimiento islamista de línea dura que llegó al poder el mes pasado, tras la retirada de las tropas de Estados Unidos y la OTAN.
Incluso, las mujeres han salido a manifestar en contra de un nuevo Gobierno al que poco le creen, pues las promesas de respetar los derechos ganados en los últimos veinte años y la participación de ellas en el nuevo Gobierno son poco fiables con el regreso de un movimiento que, en el pasado, reinó de manera brutal y represiva.
Se han registrado manifestaciones de mujeres en Kabul, Herat y Mazar-i-Sharif, donde han exigido formar parte del nuevo Gobierno.
En otros países con gran presencia de afganos, como es el caso de Pakistán, también hubo manifestaciones. “Las mujeres afganas quieren que su país sea libre. Quieren que su país sea reconstruido. Estamos cansadas”, dijo Sarah Fahim, participante de una marcha en Islamabad, citada por AFP.
El miedo por estos actos de terror, por el regreso de las mujeres al encierro del hogar y por coartar las libertades de ellas y de la sociedad en general, ha provocado el rechazo del nuevo Gobierno, que ya estuvo en el poder entre 1996 y 2001.
Pero, los nuevos gobernantes de Afganistán se han comprometido a ser más “inclusivos” que durante su primer período en el poder, con un Gobierno que representa la compleja composición étnica del país, aunque, por la estricta Ley islámica o sharia, es poco probable que se incluya a las mujeres.
Te puede interesar:
China el primer socio en la reconstrucción de Afganistán de los talibanes