-Mi nombre es Luis Evelio Rincón, paisa a mucho honor. Llevo más de 20 años por acá y soy miembro de la Junta de Acción Comunal y otras organizaciones campesinas de aquí de Solano, Caquetá.
-¿Cuál es el mayor reto que tiene la región?
-A ver pues hombre, cómo te lo explico. (Se quita la Gorra. Se rasca la cabeza). Nuestro principal problema ahora es nuestra mentalidad. Una mentalidad que es producto de las diferentes maneras de subsistencia que ha tenido últimamente este sector. Aquí se vio la bonanza del caucho, en la casa Arana, a 3 kilómetros de aquí de donde estamos. El municipio de Solano es producto de ese proceso cauchero. Luego llegó la bonanza de las pieles. Como aquí se juntan los ríos Caquetá y Orteguaza la zona se convirtió en el enclave del comercio de pieles. La mercancía subía por el río Putumayo y este era el centro de comercialización. Imagínate pues hombre el muelle de hoy hace 60 años, miles de pieles de animales se vendían aquí. Después llega la bonanza coquera. Aquí ese negocio sí que hizo su imperio. Se acabó la coca y los campesinos nos dimos cuenta que habíamos perdido esa tradición de producir siquiera los alimentos de subsistencia. Hace poco que hubo paro campesino se cerró la frontera con el Huila y acá nos quedamos sin arroz, sin el maicito, sin la yuca y sin plátano. Eso no es justo. Ahora lo que necesitamos es cambiar esa mentalidad. Esa es nuestra mayor lucha. Ahora el monstruo es la ganadería extensiva.
-¿Por qué es tan mala la ganadería?
La ganadería no es mala. Lo malo es el manejo que se le está dando. ¿Qué hace la gente aquí? Mirá te cuento: el fulano roza 50 hectáreas de montaña, con sus árboles de 200 y más años. Luego quema, le echa un fósforo y prende la tierra. Le siembra un maíz y luego pasto para el ganado. Y vuelve y repite eso cada año. Y siempre va tumbando. Más y más. Y todo ese territorio va quedando erosionado con el pisoteo del ganado. Estos terrenos por aquí tienen una capa vegetal muy pequeña y el suelo para poder alimentarse depende de la horajasca que produce el bosque. Si seguimos así nos vamos a quedar con una tierra estéril.
-¿Y se podría hacer ganadería respetuosa con el ambiente?
-¿Qué si se podría? ¡Pues claro hombre! Ganadería y muchas más cosas. Se pueden hacer arreglos silvopastoriles donde se aprovecha bien el espacio. Se hacen corrales conservando franjas de bosque. Se mejoran los animales genéticamente para que produzcan más en menos espacio. Se puede sembrar otro tipo de proteínas para los animales que no sea sólo pasto y otros productos amazónicos que se dan bien en estos bosques como el chontaduro, la uva caimarona, el arazá, el maraco (cacao amazónico). Solano tiene en el Río Caquetá, el Río Orteguaza, el Río Guayas y 52 ríos menores que nacen en el Chiribiquete. Lagunas como la de Potreros -20 hectáreas de espejo de agua-. Una capacidad de agua inmensa. Se podrían cultivar especies amazónicas como el pirarucú, la arawana, algunas especies de bagre. ¡Cuánto no podríamos hacer con todo este potencial productivo! Ya quisieran otros este paraíso.
-¿Y entonces por qué no lo hacen?
-¿No te digo pues hombre? Pues por esa cultura productiva maliciosa de nuestros hombres. Nos falta capacitación, y que el gobierno se interese, pero eso ya es otro cuento. Ahora lo principal es la mentalidad de la gente. Y eso no es de caudillos, ni de líderes, es de la base de la pirámide de donde tiene que venir el cambio. De nosotros los campesinos.
Luis Evelio Rincón Cardona
Vereda Campoalegre, Municipio de Solano – Caquetá.
Muelle Solano, Caquetá.