Según estudios del Banco Mundial las remesas alcanzaron en Latinoamérica y el Caribe para el año 2023, 155.000 millones de dólares, un 8 % más que el año anterior.
Los datos más sobresalientes están en los países centroamericanos, el Caribe y Colombia.
Para los países de Nicaragua, Honduras y Salvador, las remesas representan el primer puesto en la economía de sus países alcanzando alrededor del 25 % del producto interno bruto PIB de su economía.
Para México las remesas representan un 4 % del PIB y para Colombia un valor cercano al 3 %.
Se desprende del estudio aludido que todos estos valores han crecido en los últimos 40 años y en los últimos 4 años después de la pandemia especialmente por mayores migraciones, por una mejoría en el empleo en EE. UU. y una devaluación de las monedas locales.
La migración en Latinoamérica y el Caribe es fundamentalmente por razones de trabajo y otra por desplazamientos por la violencia.
En Colombia la migración se ha venido acrecentando en la medida que las condiciones de desempleo se han recrudecido.
La falta de empleo está correspondida con la llegada a nuestro país de la fórmulas monetaristas, neoliberales, del libre comercio, aplicadas con mayor profundidad desde 1990.
Con estas políticas se redujo significativamente la producción nacional de los sectores agropecuarios e industriales, privilegiando la importación de esos productos. Esta situación está plasmada en los 17 tratados de libre comercio que Colombia ha firmado, especialmente el de EE. UU.
Según la cancillería hay cerca de 5 millones de colombianos en el exterior. Algunos analistas señalan que fácilmente pueden superar los 6 millones.
Es evidente que este fenómeno de la migración, alivia las altísimas tasas de desempleo en nuestro país.
Si bien en las conferencias internacionales y en la OIT, se dice que el trabajo no es una mercancía, el modelo neoliberal y el capitalismo le aplican las leyes de las mercancías.
Así hablan del mercado del trabajo cuando se refieren a la situación laboral de los trabajadores.
Y en ese tratamiento reconocen que por lo menos el 80 % de nuestros migrantes lo hacen por motivo de empleo.
El papel de las remesas en Colombia cada vez es más relevante.
Representan como ya se dijo cerca del 3 % del PIB y son el segundo renglón en las exportaciones. Solo las superan el petróleo y sus derivados. Son más que el carbón y más que los otros productos agropecuarios.
Es decir exportamos trabajadores.
Se prevé que este año lleguen a 11.000 millones de dólares. 1 de cada 5 hogares reciben remesas
En el 2023 fueron 10.000 millones de dólares y se prevé que este año lleguen a 11.000 millones de dólares. 1 de cada 5 hogares reciben remesas.
La vida de nuestros migrantes se desenvuelve en medio de largas y extenuantes jornadas de trabajo en labores poco calificadas y sobreexplotados en esos países por la discriminación y las propias dificultades en su legalización. Pero por si fuera poco, les cobran alrededor del 6 % por las transferencias de envíos de 200 dólares.
Muchos abrigan la opción de volver. Ella estará en la medida que en Colombia haya gobiernos que piensen en volver a dinamizar y fortalecer el aparato productivo nacional con un desarrollo agropecuario, de la industria y el turismo. El actual gobierno lo prevee en el PND y se requiere que se aplique en ello.
Además debe formular una política pública para nuestros migrantes, en especial de atención en sus dificultades como extranjeros
Nuestros trabajadores migrantes se rompen el lomo para enviar una remesa a sus familiares y no siempre lo hacen con un trabajo decente según los estándares de la OIT.
Posdata: el gobierno nacional anuncia la firma de la nueva ley de pensiones el 16 de julio en acto público en la Plaza de Bolívar de Bogotá. Acompañemos ese acto popular.