La información o las noticias no son, necesariamente, la verdad. Es importante recordar esta perogrullada en nuestros días de inmediata comunicación electrónica. Sobre todo si se trata de información o noticias médicas y “científicas”. Ingenuamente creemos fácil conocer algo con certeza sobre el mundo con nuestros limitados sentidos y nuestras conversaciones a través de la sutil e ilusoria web, esa peligrosa tela de araña. ¿Dónde está la verdad? Hay que pensar, no solo enterarse, y eso es lo que nos da casi siempre pereza.
En CNN.com (febrero 6, 2014) se publica un artículo de opinión del profesor Frank Y. Wong, de la Escuela de Salud Pública de Emory University, con el título La ceguera al fraude científico es peligrosa. Lo científico del fraude no se refiere a su realización por científicos, que casos ocurren, sino a la distribución de noticias y asociaciones falsas rotuladas “científicas”. En EE. UU. en 1922 ocurrieron 107.473 casos de tosferina, solo 1.248 en 1981 y en 2012 ¡48.277! Este escandaloso y peligroso aumento de una enfermedad que estaba casi controlada se debe sin duda al descenso del número de personas vacunadas. Los niños no son vacunados ni los adultos aceptan refuerzo a las vacunas por innumerables dudosas asociaciones de ellas, en redes sociales, a diversos problemas médicos.
Un llamativo ejemplo de lo anterior es la Nota Ciudadana en www.las2orillas.co titulada “Los riesgos de la vacuna del papiloma humano”. Este portal virtual habitualmente cuidadoso en la publicación de notas aclara que ellas “no comprometen el pensamiento ni la opinión de las 2 Orillas” Pero la nota citada es, en mi opinión, superficial y peligrosa. Las vacunas aprobadas para prevenir la infección por VPH y el cáncer de cuello uterino han sido repetidamente probadas en diversos y rigurosos estudios de población. Teniendo en cuenta que ninguna intervención (fármacos, cirugías, vacunas, terapias) en los complejos mecanismos biológicos humanos está absolutamente libre de peligros por idiosincrasias particulares o azar biológico, esta inmunización ha demostrado disminuir la tasa de infección por VPH en la población sin efectos negativos importantes. Basándonos en la mejor evidencia publicada se recomienda la aplicación de la vacuna contra el virus del papiloma humano a preadolescentes antes de iniciar la vida sexual activa.
Son interesantes los comentarios a la nota publicada. De nueve, siete bien argumentados están en contra de exagerar los peligros de la vacuna. Dos apoyan lo dicho en ella y uno comienza “Es la verdad…” Lo que nos lleva a la pregunta fundamental: ¿qué es noticia, qué es información y qué es verdad en medicina? Porque las tres no son lo mismo.
La medicina es frecuentemente reducida a noticia en los medios: alarmante aumento de casos de esto o aquello, nuevo descubrimiento terminará con esta enfermedad o aquella y así por el estilo. Nuestro intenso interés refleja nuestros miedos y esperanzas. Pero los problemas quedan reducidos a titulares que capturan nuestra atención sin discusión amplia de ellos. Parte de la responsabilidad radica en los editores de noticias que buscan por encima de todo ser leídos. Prueba de ello son los titulares de las secciones de “salud y belleza” en nuestros diarios y revistas con frecuentes “publirreportajes”
Y vamos al asunto de la información más allá de las noticias. Sabemos que en el mundo actual circula información, desinformación, información que es publicidad, información que produce celebridad, etc. Todos anhelamos esos 15 minutos de fama que nos prometió Andy Warhol y muchos lo consiguen repitiendo información llamativa o alarmante. La literatura científica y médica del siglo XX ideó un mecanismo que filtra información espuria:revisión anónima por pares científicos de lo que se va a publicar. Es un proceso largo, difícil, a veces desesperante, con algunas complicaciones éticas. Pero es lo único que tenemos para garantizar la probidad de los informes. El tema fue discutido por expertos en la augusta revista Science el año pasado (Vol 342, 4 October 2013). El título lo dice casi todo: “Comunicación en ciencia: presiones y predadores”
En Colombia tenemos una revista médica (Colombia Médica) de la Universidad del Valle que acaba de ser aceptada en el prestigioso repositorio de revistas biomédicas PubMed cumpliendo todos los requisitos para una publicación seria y ética de información con previa revisión por pares. En PubMed se han aceptado hasta ahora únicamente seis revistas de Latinoamérica, cinco brasileñas y Colombia Médica. Así pues en nuestro país se puede encontrar información confiable sobre muchos de nuestros problemas de salud.
Sobre la verdad en medicina solo queremos decir que no es fácil ni permanente ni ideológica. Es un mosaico de pequeñas verdades particulares para distintos grupos de pacientes. Algunos fragmentos de ese mosaico son claros y brillantes, otros opacos. Debemos buscarla y rebuscarla en las mejores fuentes, con sano escepticismo de información compartida como “verdad” en redes sociales y noticieros.