Por estos días, donde la palabra parece carecer de toda la validez que siempre ha tenido, los politiqueros (que un 90% de los actores políticos de Colombia son) siguen vendiéndonos el cuentico de que si son rojos son malos y que si son azules son peores. Y nos llevan de esquina en esquina como si de un cuadrilátero se tratara. Mientras sus "aliados" se adueñan de cuanto contrato sea posible y ellos reparten los cargos del estado como si fuera su empresa privada; que cuando no les renta la exprimen con alianzas criminales o corruptelas de cualquier tipo con tal de no dejar el poder que los hacer ser seres "impolutos" de la alta sociedad.
Es que la polarización que vivimos en el país no es de ahora, viene desde antes del "frente nacional", entiéndase este como la unión de los poderosos para repartirse el capital de nuestros impuestos. Esa polarización siempre ha sido usada como un caballito de batalla contra lo que pueda llegar a afectar su posición poderosa y ventajosa para su circulo cercano.
Esas artimañas que no son más que eso deben ser destruidas por la ciudadanía. Además, cada uno de los que votamos debemos emprender una campaña real del pueblo, no por la defensa de una idea de color, más bien por la defensa del color del pueblo. Ese mismo que desde Buenaventura, Chocó, La Guajira, Nariño, el Catatumbo y cualquier parte lejana de Colombia clama que el estado llegue con soluciones reales y tangibles, que están a su alcance; pero la corruptela y tráfico de influencias e incumplimiento de la ley al lado de pésimas políticas económicas no ha permitido que llegue.
Quiero por ultimo recordarles una frase del gran JG "si ustedes los jóvenes no asumen la dirección de su país, nadie va a venir a salvárselo".