Ante el nuevo paro que se realiza en el país, y que hasta el momento ya deja como resultado bloqueos en las vías principales de más de 6 departamentos, refriegas entre policía y manifestantes, que ya ha comenzado a producir alzas y escases de productos de consumo cotidiano y que parecería que no tendrá pronta solución, le pedimos a José Emilio Yepez Rivas, vocero nacional Dignidad Cafetera, que nos hiciera un análisis de lo que está sucediendo y esto fue lo que nos respondió:
Nos enseña un adagio popular muy común entre nuestros antecesores que:
-es fácil criticar la crianza de los hijos de los vecinos,
-es más fácil arreglar el problema matrimonial de los demás, y que
-es elemental el manejo de la billetera de nuestros amigos.
Pero que cuando el tema es el nuestro, la cosa se pone difícil y pesada!!!
Frente al tema del Paro Nacional Agropecuario que estamos viviendo en estos momentos en todo el territorio nacional, muchos de los que no conocen la verdadera motivación de la justa causa de los campesinos colombianos y que sencillamente conocen los datos que da la información parcializada de algunos medios de comunicación, entran a criticar, con toda razón, de las acciones desesperadas de los campesinos y trabajadores de nuestro país que invitan a una parálisis de las actividades y movilizaciones masivas en todos los rincones del país.
La falta de Planeación Nacional Estratégica para el desarrollo del sector agropecuario y la ausencia de políticas de choque para enfrentar la ola de aperturas comerciales y TLCs que enfrentamos en la actualidad, ha desnudado las debilidades de más de quince millones de colombianos que vivimos del campo.
Un país que tiene que convivir con: el precio de gasolina más oneroso del mundo, el costo de energía más caro del continente, la falta de créditos de fomento agropecuario, el altísimo costo de los agroinsumos, el mayor numero de impuestos parafiscales del planeta, y la falta de un justo presupuesto nacional para sostener las actividad insignia de Colombia, el campo, enardece y desespera a los hombres y mujeres más trabajadores y honrados de nuestro país: los campesinos.
Hoy vemos con preocupación como el subsuelo que sostiene nuestras fincas está totalmente concesionado a firmas multinacionales que no van a tener consideración alguna para convertir nuestros verdes campos en socavones llenos de dragas y las aguas de las que hoy disfrutamos serán corrientes de aguas contaminadas con mercurio y otros metales pesados.
Sorprende como todos los productos agrícolas necesarios para sostener nuestra seguridad alimentaria llegan de los países vecinos y pasan sin ninguna consideración las fronteras del país a surtir las galerías y supermercados donde adquirimos nuestros mercados alimenticios.
Asombra el incumplimiento de los acuerdos suscritos entre el gobierno nacional y los diferentes gremios productivos; Es más, quedamos pasmados porque existen leyes como la LEY 302 DE 1996 (Creación del fondo de solidaridad agropecuaria) y la LEY 1337 DE 2009 (Ley nacional del café) que no pasa de adornar los anaqueles de los padres de la patria, pero que no se implementan de manera práctica para ayudar a los campesinos colombianos.
Quedan entonces muchas reflexiones por hacer y muchas acciones por emprender……
Hoy la facilidad en la utilización del internet, celulares, tablets y medios electrónicos de comunicación, nos facilita la tarea que tenemos de divulgar y reproducir la verdadera realidad que vive nuestro país.
Estamos en la obligación de comunicarle al mundo el injustificado abandono estatal al sector rural, registrado especialmente en los últimos veinte años, donde la falta de políticas claras de fomento agropecuario ha sido crónica y solo se le ha puesto especial atención al desarrollo centralista desconociendo el aporte social y económico de nuestros campesinos colombianos.
No somos amigos de las acciones de hecho (bloqueos de vías y demás) que perjudican indiscriminadamente a nuestros coterráneos, todo lo contrario, emprendemos acciones sociales de derecho que llamen la atención los colombianos y de nuestra dirigencia política, arrancando por la presidencia de la república.
Si pudiéramos con la ayuda de todos ustedes, castigar con el voto a aquellos que solo buscan favores electorales y que definitivamente NO demuestran interés en ayudar al clamor de los más necesitados de nuestro país (incluyan a los campesinos), creo que hasta la reelección del hoy candidato-presidente se vería en calzas prietas.
Colombia es el país más lleno de riqueza de todo el planeta tierra, tiene la combinación de culturas y de gentes más extraordinario del universo, poseemos la biodiversidad mas exuberante, pero desafortunadamente carecemos de una dirigencia comprometida con el desarrollo sostenible de nuestras comunidades.
Invito a todos los sectores de la sociedad colombiana para que nos apropiemos de las justas causas de los campesinos y apoyemos este paro nacional agrario de manera proactiva y generemos una nueva revolución social de derecho.
