Condoto es un municipio minero que se ha quedado sin oro y sin platino. Desde hace 15 años que llegaron las máquinas a excavar empezaron los problemas. Antiguamente, el platino se sacaba con la mano, se hacían murallas de barro que luego se escarbaban o como decimos nosotras se "mazamorreaba". Así sacábamos desde uno hasta quince castellanos que son de 25 granos de mineral, adelante. En esa búsqueda encontrábamos hasta los fogones de los indios pero todo este trabajo se hacía en las capas más superficiales de la tierra.
Cuando llegaron las retroexcavadoras se unió más gente a trabajar en la mina. Los que no sabían, aprendieron baraquetar -buscar y raspar el oro-. Había tanto trabajo para todos que las casas que antes eran de paja y de madera, se volvieron en casas de material. Compraron televisor, nevera, equipos de sonido y juegos de muebles. Las mujeres que aspiraban por mejorar su vivienda y la calidad de vida de sus hijos, los mandaron estudiar a Medellín, Cali y Bogotá. La máquinas eran una fuente de trabajo y de beneficio para toda la comunidad.
Pero en 2013 vinieron los problemas. El Gobierno empezó a exigirle a los mineros que tenían que legalizarse porque estaban acabando con la fauna, la madera y el medio ambiente. Por orden del gobierno se empezaron a quemar las retros que le daban el sustento a los padres de familia. Muchos que habían mandado a sus hijos a estudiar ya no tenían ingresos y optaron por formar grupos para atracar las minas y renació la violencia por la falta de trabajo. Muchas se fueron para Nariño, Antioquia y Buenaventura a que hacer.
Como en Condoto no hay fabricas, ni negocios grandes que permitan otra alternativa para el sostén de la familias, las madres han tenido que desplazarse a otros municipios a trabajar dejando a las niñas solas, arriesgándose a que las violen y por eso muchas han quedado embarazadas a las trece años.
Llegaron las empresas con sus máquinas que al principio dejaban que las personas trabajaran pero con el tiempo empezaron a aparecer la restricciones. Los celadores a amenazar con tiros a la gente y con perros bravos. La comunidad empezó a protesta y los pedazos que quedaban sin trabajar por la empresa, fueron tomados por la gente. Les metían bombas que son motores para acabar de extraer el poco metal que había quedado. A raíz de eso, las casas que estaban más cerca a la mina empezaron a agrietarse por lo que algunas familias demandaron a la empresa. Pero ellos no dierondar la cara, levantaron y se fueron dejando el daño hecho. Apenas quedaron los pozos y los campamentos vacíos.
Hoy nos quedamos sin mina, sin minerales y sin posibilidad de ir a barequear. Últimamente se han incrementado los zancudos por los pozos abandonados criando enfermedades como el paludismo y tifo.
Le pedimos al gobierno que deje trabajar a las máquinas con la regulación necesaria porque hoy no tenemos como trabajar. Que les exijan hacer los huecos donde caiga el agua sucia, no usen mercurio y que cuando terminen rellenen el hueco para evitar las epidemias. Que los dejen trabajar con normas y regulación.
Las mujeres quisiéramos capacitación en artesanías, producción de productos de aseo como traperos, escobas y jabones, y que nos enseñaran a reciclar. Muchas sabemos hacer cocadas, manjar blanco, criar cachamas y cerdos, sembrar plátano, maíz y hierbas pero no tenemos el dinero, ni la infraestrura que nos de el impulso para empezar.