Los familiares de las víctimas de la masacre del 16 de mayo de 1998 en Barrancabermeja,seguimos en la cuenta regresiva de la recuperación de los restos óseos de nuestros seres queridos.
El 23 de enero de 2009, la Unidad de Derechos Humanos de la Fiscalía General de la Nación,nos hizo la entrega formal de cinco restos óseos de nuestros familiares.El pasado 5 de julio del presente año, la Unidad de Exhumaciones de la Fiscalía de Justicia y Paz también nos hace la entrega de 3 restos óseos.
Lo irónico de esta cuenta es que se los llevaron en grupo, en una misma noche a 25 y ya llevamos 15 años esperando del Estado colombiano, que los devuelvan al seno de sus hogares,que haga justicia,nos reparen y haga claridad sobre lo ocurrido el 16 de mayo en Barrancabermeja.
A este paso pareciera que lo máximo que podemos esperar, es que en otros 15 años, nos devuelvan otros 8 restos óseos.O... morirnos de viejos esperando.
La angustiosa lentitud de estas entregas contrasta con la rapidez que el paramilitarismo desplegò para llevarce a nuestro seres queridos y luego tomarse a Barrancabemeja. En una ciudad totalmente copada y unas autoridades displicentes y còmplices, debemos mantener nuestra lucha
"hasta encontrarlos"sin el respaldo de quienes están para proteger la vida y honra de todos los ciudadanos.
Ha sido una lucha silenciosa y permanente, en la que hemos sido generosamente acompañados por organizaciones sociales y algunos líderes de la iglesia. De no haber sido por esta solidaridad, no habríamos soportado las amenazas, el destierro y la muerte de varios de los familiares que conformamos el Colectivo; en este punto es muy importante decir que de esos familiares asesinados hay dos mujeres,que fueron testigos en los Tribunales Internacionales de Opinión,los cuales se llevaron a cabo dos en CANADA (Montreal y Toronto) y, el otro al año siguiente aquí en Barrancabermeja.Otros 3 fueron asesinados en extrañas circunstancias,los cuales siguen en la más completa impunidad. Hay algo muy doloroso para los familiares y es la apatía y la negligencia de funcionarios públicos que decidieron mirar para otra parte y ser cómplices con su silencio.
El día de la entrega de los últimos 3 restos óseos, se dieron unos hechos muy particulares y sumamente sospechosos: primero, la Fiscalía de Justicia y Paz mandó un oficio al comando de la Policía para que se le prestara la debida seguridad al evento de velación de los restos que se llevaron a cabo en el sector donde ocurrieron los hechos, y esto no se cumplió, pues no hubo ninguna seguridad,segundo,en horas de la madrugada,unos sujetos desconocidos intentaron violentar los candados de la puerta donde se guardaban los restos;¿Con que fin?...no lo sabemos.
Sentimos con las familias Salamanca Quintero, Alaix Prada y Valdivieso Pabón, su encuentro con la dura realidad de un pasado que vuelve a doler. Los sentimientos que nos embargan son encontrados. Por una parte, inician su despedida final y de alguna manera, la angustia de la desaparición forzada, termina hoy para ellas, Pero por otra parte, sentimos el terrible peso de la impunidad y la verdad a medias de las personas que han declarado sobre los hechos.
La sensación de las familias víctimas del 16 de mayo, es de un vacío profundo en el corazón, por un Estado que ha hecho un pequeñísimo y lento esfuerzo por proteger su dignidad y sus derechos, Como víctimas que han sufrido en carne propia y sin ninguna justificación, la violencia de grupos armados, soñamos con que un día se concreten acuerdos políticos para que nunca más un colombiano agreda a otro por razones políticas o económicas y que el Estado nunca más abandone a sus ciudadanos.
Después de terminado el homenaje póstumo a Melquisedec, Carlos Arturo y Juan de Jesús, seguimos construyendo sobre su memoria y les pedimos que desde el cielo nos den la fuerza para seguir esta lucha para que se haga justicia.
Seguiremos buscando a los demás y exigiendo los derechos de todas las víctimas. Seguiremos dando testimonio de lo que pasó, para que no se vuelva a repetir la indolencia, el crimen impune y el uso del terror con fines políticos. Como familias unidas por este dolor común, nos abrazamos en la solidaridad, con la terca decisión de no claudicar en el empeño de seguir exigiendo VERDAD Y JUSTICIA.
Jaime Peña:representante Colectivo 16 de Mayo